viernes, 30 de septiembre de 2016

La bifurcación está servida, menos mal! Y gracias, Susana,por dejar claro lo que hay y lo que no



Es posible que con el tiempo haya que agradecer a Susana Díaz su golpe final al viejo proyecto del felipismo, irreconocible como socialista casi desde el mismo momento en que llegó al poder y comenzó una soterrada labor de zapa para terminar de una vez por todas con cualquier conato de cambio real de valores sociales, políticos  y éticos, reducidos a la nada por una concepción absolutamente coyuntural y pragmática. El felipismo, favorecido por la bonanza económica de la sociedad de consumo y el "progreso" depredador de una Europa sin visión alguna de futuro y en plan carpe diem, facilitaron, aplaudieron y hasta premiaron en Aquisgrán con el Premio Carlo Magno, al representante español del Patio de Monipodio. El mítico "camarada Isidoro", más conocido como Felipe González. Un invento del sistema para perpetuarse en el poder y en el control de todo bajo la máscara de un socialismo corta y pega, vendido como señuelo y punto final a la manoseada y mixtificada Transición, que como Juan Palomo todo se lo guisó y se lo comió sin que en la tragicomedia de España cambiasen en realidad nada más que los decorados. Las formas. Mientras el fondo ancestral, descuidado y analfabeto estructural seguía a lo suyo, como ahora se está comprobando pasada la friolera de 34 años durante los cuales, el Psoe ha sido la formación que más legislaturas ha gobernado, con el resultado de un resurgimiento al alza de la derecha más desastrosa que nunca habríamos podido imaginar, inspirada, fortalecida y hasta justificada por las prácticas corruptas y contra natura del felipismo, que para colmo se ha convertido en un referente del bienhacer político para el propio socialismo y en precedente y paradigma de corruptos impunes en general. 

Tal degeneración y tal manipulación han acabado, lógicamente, por pasar factura a una transición deformada por tanto estirarse ad infinitum y a un socialismo tan light y escurridizo que nunca lo fue de verdad. Sólo una etiqueta pegada sobre el montaje y  la falacia. Una ridícula caricatura diseñada para un pueblo sin memoria que nunca había conocido más experiencia política que una dictadura interminable, en la que la mayoría de la población había nacido y había sido educada y para la que el concepto de libertades y derechos se reducía a manifestarse sin que la apaleasen, a no tener que ir a Perpignan para ver algo más que el NO.DO o a Paco Martínez Soria y a que los quioscos vendiesen revistas pornográficas con mujeres en bolas en las portadas. Eso fue la democracia que nos dieron, no la que nosotros, españoles en Babia, necesitábamos construir desde la base. Ya se encargó el sistema de ponerle sordina al comunismo y de colocar sus tentáculos bajo el disfraz del Psoe y el dosel protector de una monarquía democrática, como si esos dos conceptos fuesen compatibles tras el birli-birloque de una Constitución hecha a medida de los intereses de siempre, con  más miedo que vergüenza, hecha y pactada por padres de la patria que nunca nos consultaron mientras la iban engendrando y puesta en las urnas como señuelo/ultimatum para atrapar una legitimidad que no tenía en su base , a lo Luis XIV, "todo para el pueblo, pero sin el pueblo, y hasta contra él, cuando quiera reformarla".  

Ese socialismo que permitió y se ajustó al tinglado, y que no ha hecho nada por cambiarlo a lo largo de tantos años, salvo las tímidas reformas de Zapatero en algunas materias, como la Igualdad, la Memoria Histórica, el pacto efímero de Toledo, convertido por el pp en agua de borrajas y la Dependencia, pero dejando intacto el sistema económico, la especulación depredadora, los desahucios, los rescates públicos a la indecencia privada, la soberanía frente a la troika o la imposible laicidad y aconfesionalidad dle Estado como súbdito mantenedor del Estado Vaticano incapaz de cobrar el IBI a la iglesia católica y de no mantener a costa de los presupuestos la enseñanza religiosa. Ese socialismo felipista y marrullero, que de socialismo solo tiene el nombre, es el argumento que Susana Díaz está proponiendo como proyecto político, no solo sin revisar, sino considerándolo el modelo a seguir.

Pedro Sánchez ha dado demasiadas señales regeneradoras hablando de eliminar la corrupción y expulsar ipso facto a los corruptos lamentando que esas medidas no se puedan aplicar con efecto retroactivo, ha criticado a González públicamente, ha preferido poner  en solfa su propia secretaría general, como Leónidas en las Termópilas,  intentando que el pp no repita la faena otros cuatro años más. Ha roto el pacto de tolerancia con el pp, corrupto hasta las trancas, porque él no vivió la corrupción de su viejo partido, era un niño cuando el timo de la OTAN, la entrada con calzador en la miseria del Mercado Común a cambio de una reconversión que ha generado la ruina a lo largo y a lo ancho de la crisis resultante de un abuso general -en el que Zapatero acabó por ahorcar la soberanía-, el GAL y Mariano Rubio, y Roldán y Paesa, Vera y Barrionuevo,  Intxaurrondo y Amedo, Aida Álvarez, el Boe, la PSV, Juan Guerra, Filesa, Fondos Reservados con el aperitivo y menú para degustar en 'La Bodeguiya'  el tablao flamenco del Patio de Monipodio instalado en la Moncloa y como postre y ejemplar suma y sigue, los EREs andaluces de largo alcance en los tribunales, con copa y puro para rematar como secuelas de tanta dolce vita.
Tres legislaturas sin levantarse del sillón dan mucho juego en el  forring office giratorio, penalmente inmune e impune. Con la pérdida de toda decencia y honestidad, con la fundación "cloacas para la democracia" según palabras del mismo González, el milagro ha sido que el Psoe volviese a gobernar casi otras tres legislaturas, que nos proporcionaron la entrada traumática en la crisis, un borrón sin cuenta nueva en el Art. 135 de la Constitución, una ley de desahucios demoledora, junto a la participación en la guerra de Afganistán que se nos vendió casi como misión de paz. Lo paradójico y raro es que con tal  curriculum el Psoe haya llegado hasta hoy como oposición en el Parlamento y parte del juego bipolar de fuerzas iguales que aparentan ser distintas. Será por eso que el deterioro en las urnas ha sido un goteo descendente durante años, hasta que el 15M cambió las tornas de conciencia y después Podemos lo rentabilizase y concretase en votos.

De todo eso Susana Díaz al parecer no sabe nada y si lo sabe y le parece ejemplar, según dice, peor aún. Sánchez sí, lo sabe y lo tiene en cuenta para no repetir. El dilema está en que Pedro no quiere seguir en esa línea y Susana no sabe vivir fuera de ella y además la tiene sacralizada. Es su credo y su devoción. L'élan vital de su política patchwork

La realidad social va por un lado y el baronesado pseudosocialista, por otro. Sánchez ha elegido al pueblo, a las bases, a los que sufren, a los que creen en que es posible cambiar lo que no funciona en algo que mejorar y la indecencia en honestidad. Susana se ha quedado en su jaculatoria preferida: "Virgencita Macarena, que nos quedemos como estamos y que el pp siga en la brecha con tu bendición y nuestro apoyo incondicional para que todo siga cambiando sin sobresaltos que impidan la gobernabilidad del desgobierno, despacito, sin prisa, en una pausa infinita, que tampoco es para tanto, total, pobres y desgraciados siempre hay y si eso es voluntad de Dios, no vamos a ser nosotros los que le llevemos la contraria, que el Psoe es ante todo tolerante y respetuoso, menos cuando se nos sublevan los tribunos de la plebe y quieren pactar con Podemos e IU, los ecologistas siempre protestando contra el progreso económico y esos nacionalistas rompepatrias que no comprenden lo que es un Estado comodioshmanda... poddió!"

Por eso ayer, en pleno arrebato místico, Susana convocó una romería rociera consigo misma en un monólogo pre aplaudido, -o sea vitoreado antes de saber qué iba a decir la señora baronesa del pueblo, la Belén Estaban de ese Sálvame en que la casta y su caspa han convertido al pobre Psoe-, y en el que la escenografía patinó desde lo pegajoso a lo cutre, sin más contenido que esa catequesis tan suya, convertida en arenga y en prólogo de su campaña electoral para la debacle definitiva y la ruptura necesaria que permita al socialismo liberarse, por fin, de las momias y cambiar de una vez la talla 38 por la 46, que es la que ahora necesita con urgencia para no asfixiarse definitivamente estrujado entre el volumen de la realidad y la apreturas de una indumentaria ya tan escuálida como deteriorada, estallando por las costuras.

Pablo Iglesias, el original, estaría apoyando a Sánchez y a Unidos Podemos. Eso seguro, Susana, carinyet. Ve preparando la peineta y la mantilla porque te va a tocar presidir el Santo Entierro del fiasco socialista que nos ha vendido la cabra durante 34 añazos, sepelio que tú y tus barones habéis organizado con tanto empeño y dedicación. Tan religiosamente.

Aquí os dejo el himno socialista por lo de la memoria histórica y eso; para animar y remover un poco lo que os quede de conciencia, en el caso hipotético de que os quede algo, claro

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