viernes, 23 de septiembre de 2016

Iglesias vs. Errejón Mortal Kombat















Iglesias lamenta que algunos usen Venezuela para sacar rédito político
EFE
La progresión es imparable, las tensiones van a más y es fácil prever los próximos pasos: tras el intercambio de tuits, indirectas en mítines y recaditos a través de terceros; continuará la escalada de tensión: Iglesias y Errejón se enzarzarán en una discusión en los pasillos del Congreso recogida por cámaras y micrófonos, tras lo que vendrá otro intercambio más bronco de tuits, indirectas directísimas, y recaditos con dinamita. Ya descontrolados se negarán el saludo en público, se sentarán separados en el Congreso, sacarán trapos sucios, dividirán el partido en dos bandos irreconciliables, y se dispondrán para la batalla final, el duelo al sol donde solo puede quedar uno en pie.
Pablo contra Iñigo, Iglesias contra Errejón, el miedo frente a la seducción, el ceño fruncido frente a la sonrisa, el izquierdista contra el transversal, la cal viva frente al entendimiento con el PSOE. Podemos será pablista o errejonista, solo habrá un vencedor, y los derrotados se retirarán a lamer sus heridas. Si pierden los pablistas se integrarán en el PCE; si caen los errejonistas se afiliarán al PSOE.
Perdonen la caricatura, pero es que viendo cómo lo cuentan algunos medios, dan ganas de coger las palomitas y sentarse a ver las tortas. "Recadito de Pablo para Iñigo", "Tuit de Errejón", "Las dos almas de Podemos",  "¡Guerra, guerra, guerra!" Tampoco es una novedad: los podemólogos llevan desde su nacimiento convirtiendo en espectáculo las diferencias internas: los de Iglesias contra los anticapitalistas, oficialistas contra críticos , pablistas contra errejonistas...
Por supuesto que en esos dos años y medio ha habido tensiones, diferencias y enfrentamientos. Lo raro sería lo contrario, que no las hubiese en un partido de aluvión, nacido de la nada, crecido con incorporaciones de procedencias dispares, que se ha implantado en todo el país, que ha tenido que incorporar a toda prisa miles de candidatos y cuadros, y que se ha movido en un exterior hostil.
Hasta donde yo sé, claro que hay discrepancias en Podemos, y mucho más serias que esa rivalidad Iglesias-Errejón que buscan algunos. Discrepancias sobre todo en lo interno, en el modelo organizativo, no tanto en el discurso, el tono, la relación con el PSOE o la música favorita. Es decir, discrepancias en lo de verdad importante en un partido. Por eso los roces entre Iglesias y Errejón pueden ser golpes de vapor de lo que se cuece en la olla, donde coexisten dos o incluso tres maneras de entender qué es Podemos, y que van más allá del pablismo-errejonismo. Es lo que se juega en Madrid y en otros territorios, y seguirá en discusión hasta el próximo Vistalegre.
Podemos vive en la provisionalidad desde que nació, no ha hecho otra cosa que campañas electorales y desembarcos en instituciones. La "máquina electoral" ha sido el pegamento interno que ha mantenido la unidad sin resolver las discrepancias. Es probable que ahora el pegamento sea la "máquina institucional", la necesidad de gestionar una presencia en gobiernos y oposiciones que exigen una dedicación absoluta y a la vez permiten repartir juego para todos.
No, no veremos el "Mortal Kombat" que algunos desean, pero sí un debate de modelos que ojalá sirviera para repensar no solo Podemos, sino el modelo convencional de partido político, ese que hoy está en crisis allá donde uno mire. 

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Como siempre, Isaac Rosa, tu artículo aporta lucidez y una suerte de objetividad relativa en el análisis de la situación podemita, que se agradece especialmente cuando los medios del cotarro se han despepitado y desatado a lo bestia sin más argumento que el modo gladiator en anfiteatro romano.Gracias. 

Me permito hacer alguna puntualización que me parece oportuna, desde el ángulo en el que vengo observando activamente el fenómeno Podemos desde el último trimestre de 2014.

Quien conoce por dentro la formación sabe más o menos lo que hay: Podemos,contra lo que va predicando no es un brote espontáneo y fresco de la autoconciencia ciudadana, más bien, lo contrario: es una creación artificial ortopédico-correctora, una prótesis sistémica e ideológico-fluctuante, que el grupo de Políticas de la Complutense ideó para capitalizar y dar fuste institucional a los movimientos sociales y sectoriales ya organizados en mareas, plataformas e ILPs (iniciativas legislativas populares), nacidos a partir del 15M. Movimientos que desbordaron en tres años la capacidad gestora de los partidos políticos de toda la vida, dejando en evidencia su inutilidad lacerante, que además nos sale carísima, y los arrinconó como trastos inservibles al margen de la realidad social, de la calle, de las plazas, de los hogares, de los problemas, de las verdaderas necesidades y reivindicaciones de la ciudadanía corpórea, tangible y real como la vida misma. 

El éxito de un invento como Podemos, era no sólo posible sino hipernecesario para todos y todas, si la cúpula de inventores se hubiese integrado en el movimiento social y plural como una herramienta más al servicio del bien común, para  llegar a las instituciones con todo el potencial de fuerza y de inteligencia colectiva que comenzaba a despertar en la ciudadanía con el resultado de su empoderamiento autogestionado, que a la vez es la pedagogía común del codo a codo asambleario e imprescindible para el cambio que se pretende.

Solo hay empoderamiento cuando existe conciencia particular que se convierte en colectiva y universal para el conjunto social y no es posible que esa conciencia se despierte y se manifieste cuando los mejores recursos y argumentos vienen de un grupo de arcontes que se erigen por su cuenta -y con un programa ad hoc para seducir a desencantados y rabiosos-, en conductores de masas que ya, previamente, no se consideran ni se reconocen  a sí mismas como masas dúctiles y maleables, sino como experiencia colectiva profunda, fundante y transformadora de una  inteligencia diversificada, solidaria y capaz de pensar y de poner en marcha sus propias iniciativas y recursos, mejor que cualquier grupo dirigente y empeñado en ser hegemónico en plan siglo pasado, por encima de valores fundamentales como lo son la horizontalidad y la participación democrática directa desde la base, con valor consultivo y modificador de cualquier norma obsoleta que impida la igualdad, la justicia y la ética, que son la garantía de la verdadera eficacia en la gestión de los asuntos públicos. Nada que ver con la pantomima de los círculos quita y pon, que fueron más una etiqueta publicitaria como señuelo de lo que nunca se va alcanzar, que una realidad efectiva.

Un ejemplo clarísimo de ese impulso ciudadano han sido la PAH y Ada Colau. Una activista que se unió a las personas dañadas por los desahucios y se puso al servicio de ellas para que ellos mismos creasen sus herramientas y las hiciesen funcionar con una eficacia total,según hemos ido comprobando,  cuyo primer y mayor impulso es la recuperación auténtica de la dignidad y la autonomía de esa dignidad y cuyo resultado ha sido un paso enorme  e indiscutible, radical (de raíz) y ya sin vuelta atrás: la conciencia del empoderamiento y su entrada triunfal en los  territorios municipales de Barcelona, Valencia, A Coruña, Madrid, Cádiz y de tantos municipios de toda España. Y quien dice PAH, dice también  Anticapitalistas, Mareas, formaciones en Común, Ahora, En democracia, Sí se puede, etc, etc...Más todas las iniciativas libertarias, pacifistas, solidarias, territoriales sin abismos de por medio, republicanas y anarco sindicalistas, cooperativistas, animalistas, feministas, ecologistas etc..que forman ese nuevo tejido social y verdaderamente político, nacido a partir del 15M, capaz de superar ideologías y exclusiones de todo tipo. Una riqueza que Podemos, engolfado en sus dimes y diretes aúlicos y sofisticados (de sofistas, claro) no ha sabido hasta el día de hoy asimilar si no es metiéndolas a presión en el saco de la hegemonía y el aparatismo encorsetado de los tiempos del cuplé y que se ajusta a la copla en Podemos como un santo a dos pistolas.

El Podemos ortopédico ya comenzó a hacer aguas en su aparente "victoria" estratégica del intento de tragarse a IU y de desbaratar la parte de esa formación que no se dejase camelar por el proceso "sedutor" que a Errejón le pone tanto o por Iglesias y ese coco que se lleva a los niños que entienden poco. Atracón que aún no ha conseguido digerir y que ha sido para IU un verdadero ataque terrorista porque confundió y embarulló todo en casi todos. Justamente el mismo desconcierto que provoca un bombardeo inesperado en medio de la vida normal. La explosión de esa fuerza mediática con una artillería imparable y una verborrea avasalladora que resumía y multiplicaba ad infinitum el cabreo general a todo trapo, deslumbró a mucha buena gente de izquierdas, ya cansada de padecer y de ver padecer a los demás. Harta de estar en los parlamentos durante cuarenta años sin que haya cambios de verdad y soluciones justas que hagan posible un país decente con un camino claro hacia la integración y la cooperación de unas pluralidades que llevan a la greña desde 1.808, más o menos. Un par de siglos en crisis permanente con impresentables remiendos monárquicos  que sobrepasaron hace más de ochenta años su fecha de caducidad, y que ya resultan hasta surrealistas a estas alturas de la historia. Podemos, al parecer y según se está demostrando, no comprendió lo que había debajo del merengue en el pastel de "la nueva política" y ahora su propio karma se le viene encima sin que nadie más que el  el propio Podemos sea el responsable del desbarajuste. 


No se trata de ninguna "lucha" entre dos bandos, que retoma, por otra parte el mismo esquema de poder de las castas, que es lo que intenta vender la superficialidad mediática teledirigida por el sistema añejo, que se alimenta de esas míseras caricaturas de la política, más parecidas a las peleas de gallos que a una democracia normal. 

El mismo aparato de Podemos se autoengaña considerando que estos rifirrafes son síntomas de lo abiertos y democráticos que son los "capos" y sus seguidores; y no es que no lo sean, es que las cosas van por otro lado y no se enteran. 

Podemos en su origen, desprecia el municipalismo y los barrios, y no entiende  tampoco los nacionalismos, porque lo único que le interesa es llegar a controlar hegemónicamente los poderes  legislativo y ejecutivo para ser más eficaz y contundente, siguiendo los modelos emocional-totalitarios de masas teledirigidas desde un "arriba" disfrazado de "abajo", de las primeras décadas del siglo pasado. Como la falange, el fascismo, el nazismo y el leninismo stalinista. Todos cortados por el mismo patrón sociopolítico: la conquista de las masas no para que se "empoderen" como anuncian sus propagandas, sino para que renuncien al compromiso de despertar, unirse en libertad responsable y crear en consenso y cooperación, las herramientas de gestión colectiva que consideren necesarias, sin más barreras excluyentes que la injusticia, la insolidaridad y el despotismo que derivan, más pronto que tarde en corrupción segura; la sociedad agrupada en sus territorios más próximos y y gestionada por redes sectoriales interconectadas con sus respectivas portavocías, no necesita más argumentario ideológico que la ética privada, la moral pública y la democracia directa y plural, para hacer realidad un verdadero estado federal de derecho y valores realmente humanos.
Podemos, como el resto de las clásicas formaciones políticas, está resultando  esencialmente, más un espejismo  errático del sistema que un acierto político verdadero.  Eso no quiere decir que haya que descartarlo en las urnas, sino que urgentemente debe revisar su trayectoria desde los comienzos y no para cambiar de tácticas invasoras ni de estrategias defensivas, sino para refundarse desde la escucha, la humildad y el conocimiento del terreno que pisa. 
A lo mejor IU/UP  e incluso el Psoe, tienen mucho que enseñarle, la una por superar sin ínfulas y con conciencia despierta por la realidad, el camino tan difícil que la decencia encuentra en una sociedad podrida y narcotizada por el mismo tufo de su putrefacción y el otro, por la ruptura interna que le divide y le destroza, justo, por no ser ni frío ni caliente y llevar tantos años nadando y guardando la ropa sin acabar de mojarse del lado de la horizontalidad y la democracia directa. También los partidos nacionalistas-rupturistas expertos en meter miedo al Estado y consguir solo el caos como resultado y las formaciones municipalistas y plataformas sociales pueden ser grandes maestras para Podemos. Unas para mostrar el camino adecuado y otras para advertir lo que pasa con el camino que no funciona. 

A veces, cuando el error viene del propio origen, es necesario romperse para poder reinventarse. 

P.D.

¿Qué es más importante: la carrera por el poder, la victoria mayoritaria o los principios que buscan y sirven al bien común de la ciudadanía antes que el triunfo de un ideario o de un proyecto político?

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