jueves, 29 de septiembre de 2016

El síndrome de Numancia


Es como un estigma en nuestro curriculum social, político e (in)cultural:la cabezonería y el empecinamiento. Esa obstinación iracunda donde más que las razones, la lógica, causas y efectos, lo que importa es la emocionalidad de la ira transmutada en argumentos enconados, la rabia, el cabreo, el piñón fijo. Ese españolazo porjonismo idiopático que se confunde con el valor, la valentía, el coraje, la resistencia y hasta con el genio guerrero, como si en la guerra fuese posible la genialidad real. Se puede ser un estratega maravilloso y estar tarado irremediablemente. De hecho, es casi seguro que detrás de un organizador de matanzas y hecatombes bélicas, nunca haya una inteligencia sana y genial, sino un asesino en serie con talento organizativo, pero con bastantes neuronas patinando, camuflado de gerifalte con medallas, bandas y charreteras. O con jefaturas de gobierno, presidencias o secretarías generales a sus espaldas. Ganar o perder. O todo o nada. O tú o yo. Ese necesitar el hundimiento de los otros para que pueda brillar la mediocridad propia. Esa actitud despierta un fanatismo, una locura y un apagón de toda lucidez posible. Resistiré, decía la vieja canción del Dúo Dinámico, como si desgastarse resistiendo sin comprobar si aquello a lo que se resiste puede ser mucho mejor que "lo nuestro", fuese la mejor y más llamativa de las soluciones.  

¿Cómo no recordar en estos días de divisiones y esperpentos políticos, la historia de Numancia sin ver el paralelismo a través del tiempo y lo poco que nos ha cundido la historia? En el Psoe y en el pp, en Podemos e IU, está pasando lo mismo: dos fuerzas contrapuestas se enfrentan a saco una contra otra y reproducen en ellas la división histórica e histérica que mueve los ánimos en los pueblos de Celtiberia. O lo nuestro o lo vuestro. Lo tuyo debe morir para que viva lo mío. Si tú mandas yo no tengo sitio y me achanto. Si triunfa lo tuyo fracasa lo mío. Una lucha estúpida y eterna, entre estúpidos. Si triunfa la derecha, la izquierda se paraliza, si triunfa la izquierda, la derecha se eclipsa. Y sin embargo el cuerpo social, como el humano, necesita las dos manos, los dos pies, los dos ojos, los dos oídos, los dos orificios dela nariz, los dos riñones, los dos pulmones y un corazón con dos aurículas y dos ventrículos, dos ovarios o dos testículos, y un hígado que colabore con un páncreas en la digestión en la que cooperan un estómago y unos intestinos. Dos hemisferios cerebrales que se complementan y se unen en el cuerpo calloso y en la zona del córtex, como en el cerebelo. Somos una unidad de dualidades que solo funciona bien y con salud cuando esas dualidades cooperan y trabajan juntas en su diversidad para mantener la salud y el bien estar del cuerpo, que es el resultado de una colectividad orgánica, dual y plural, bien avenida. 

¿Qué ocurriría si tuviésemos un cuerpo con sólo un lado derecho o un lado izquierdo? Si se observa qué les pasa a los enfermos que sufren esa patología neurocirculatoria, se aprecia que sólo pueden disponer de un solo lado de su cuerpo. Es un accidente que deriva en enfermedad o lo contrario, una enfermedad larvada que estalla en accidente. Ese mal es el mismo que afecta a nuestra sociedad en el terreno psicoemocional. Por eso nuestro país es una patología que ninguna fuerza política atina a diagnosticar, porque ninguna de ellas está dispuesta a bajarse del burro del poder sobre las mentes y conciencias, reconociendo lo que hay y su parte de responsabilidad en ello. Si alguna lo hiciese, piensan todas a la vez, sería un suicidio. Y en ello andan. 

Por ejemplo, el pp, está enfermo terminal, podrido por dentro y por fuera, pero, ah, resistiré, se dice a sí mismo, y sigue como si no pasase nada votándose a sí mismo, sonriendo y manteniendo el tipo mientras se cae a cachitos en procesos judiciales y falta de ideas y soluciones inteligentes. Nunca reconocerá lo enfermo que está, por eso él mismo se consume en su propia "resistencia" y poniendo en peligro gravísimo al cuerpo social que necesita un lado derecho, pero sano, incorrupto y bien dispuesto para cooperar en las funciones que le corresponden, que no son enriquecerse y acumular poder, porque sí y para jorobar todo lo que debe incumbir al lado izquierdo; la derecha tiene como función social practicar la humildad que le falta, desarrollar la sabiduría que no tiene y canalizar la fuerza básica de los instintos adquiriendo sensibilidad ética, que desconoce y por eso la sustituye por leyes manipulables y más llevaderas porque dependen de una imposición y no de un imperativo categórico individual que solo es posible desarrollando la conciencia y ésta no puede descubrirse ni desarrollarse en niveles tan elementales y rudos de pensamiento  e instinto. Puede estudiar pero nunca llegar a comprender la universalidad, solo se queda en el saber de la habilidad limitada a la mecánica.En el lado derecho el diálogo no existe, todo es rivalidad para ganar o perder. 

Otro ejemplo es el Psoe. La supuesta izquierda. Está enfermo también, no tan grave como el pp, aún puede curarse, pero su estado es muy preocupante. Quiere ser un bloque férreo y obediente en una sola dirección, algo que es más propio de la derecha y eso le paraliza por dentro, porque su función no es tan elemental y primaria como la del lado derecho, es más de entendimiento y comprensión, de pedagogía, que de dogmas, por eso cuando se dogmatiza y se adoctrina a la fuerza, enferma y se divide. Su función es más intuitiva, más flexible y dialógica, más creativa y lúcida, más de consenso. Su problema es que metida en el juego político de la derecha se ha contaminado de sus métodos y los trata de imitar para ser "ganadora" y no 'la bella inútil' de los parlamentos. A la izquierda le hace falta confiar en la excelencia de su función original, no para ensoberbecerse, porque entonces siempre será una mala imitadora de los modos de la derecha, aunque nunca llegaría a ser tan cruel ni tan obtusa, pero sí quedaría bloqueada e incapacitada al no conseguir desarrollar las funciones para las que existe.Y entonces perdería el sentido de su propia existencia y su rol evolutivo. Es el límite al que ha llegado el Psoe.

 Ha llegado el momento de asumir su esencia o de claudicar ante las rupestres  presiones de la derecha, que se ha apoderado de todos los recursos y se ha salido de sus competencias, desequilibrando la balanza social al convertir la economía en finanzas, único motor del mundo junto a la corrupción que es la ppalanca natural del pprogreso, y aniquilando recursos sociales, derechos y libertades. Ahora en el pp nadie se plantea una regeneración ética, porque la ética no existe en el pp nada más que como relato imaginario, pero para el Psoe sí existe en realidad y ya no es posible, en tal situación de desigualdad y destrucción social, mantenerse a la izquierda del cuerpo ontológico colectivo sin una revisión honesta de la propia identidad en un contexto temporal completamente caótico y por ende, necesitado de una profunda regeneración del tejido político para ser eficaz y ético en el tejido social.
Ahí entra una nueva ejecutiva que desea un gobierno progresista, pero que se ha visto maniatada durante meses por la otra media ejecutiva, partidaria de abandonar las funciones del lado izquierdo del cuerpo social y asumir sin  recursos éticos y coherentes con su esencia socialista, las funciones del lado derecho, ya podrido e inoperante a la hora de regenerar cualquier cosa que no sean offshores en paraísos fiscales mientras el Estado se desmiga como una magdalena cuyos restos el pp va recogiendo a toda velocidad, antes de que se acabe mientras  va abriendo puertas giratorias de par en par y a toda velocidad, por donde también salen a escape las viejas glorias del lado izquierdo reconvertidas (cómo no; la reconversión es un arte muy practicado por la izquierda desnaturalizada desde sus primeros pasos político-económicos). 

Llegados al punto crucial, al stop de la decencia más elemental, la nueva ejecutiva del lado izquierdo, que ha tomado conciencia a golpes, de la realidad política y su crudeza inapelable, se ha plantado y ha resuelto asumir una bifurcación que permita el cambio, el despegue, aclarando la diferencia de funciones entre la obstinación del lado derecho y la inteligencia del lado izquierdo. Y ahí está sucediendo la catarsis, la separación entre las funciones necesarias en un lado y otro de esa dualidad inevitable en que existimos con la misión de armonizarla y darle unidad en la obligatoria diferencia. Esta catarsis, para la mentalidad clásica y domesticada por el mismo sistema que esa mentalidad ha creado, conformado y reconocido como única forma posible de funcionar, está siendo un mazazo, una tragedia, cuando en realidad es una crisis imprescindible para seguir adelante y con capacidad para descubrir que todo es bueno si acertamos a ver la relación entre las causas y los efectos; no hay que asustarse porque nunca es un suicidio coger un martillo pilón y derribar los muros de una cárcel o tomar una cizalla y cortar las alambradas de un campo de prisioneros. 

Algo muy bueno se está moviendo en la conciencia de los españoles en este episodio "rupturista"; las rupturas de matrimonios sometidos a vejaciones y malos tratos nunca son tan malas como soportar ese estado degradante y cruel durante el resto de la vida, por mantener una institución a costa de destruir a sus miembros. Eso está pasando en el Psoe, en el pp y en Podemos, pero hasta ahora solo el Psoe está teniendo el valor de hacerlo público, de mostrar la verdad, porque ha sido el más castigado por los electores, porque precisamente al lado izquierdo del cuerpo social pesa más la conciencia que la conveniencia, la decencia coherente que la deshonestidad indecente y acomodaticia, que ha estado impidiendo desde el 20D y desde el interior del Psoe, esa gran coalición que necesita España para levantar cabeza. Forzando a Sánchez a preferir a C's antes que a la izquierda connatural, a la que él se habría acercado por voluntad propia y por afinidades electivas, mucho más que a la insipidez mimética de C's -ya fue a Portugal para aprender y consultar como se hace eso de unirse a la izquierda, antes de lo de Rivera-. 

la prensa, en general tan poco aguda en lo fundamental como  bullanguera en lo escandaloso y tan comprometida hasta inconscientemente con la España cutre del IBEX-35, no está facilitando, precisamente, un análisis profundo de la situación ni la comprensión de un proceso natural por encima de los nervios del ganar o perder. Todo son opiniones deslavazadas, vaguedades y comentarios de cafetín, más que debate con datos, hojas de ruta limpias de lamparones y voluntad positiva que anime la construcción de la mejor solución posible. 
En momentos cruciales de oscuridad y ofuscación natural ante los traumas inevitables, es necesaria la luz y no colocar encima más tinieblas que aumenten lo tenebroso, lo quejica, lo inoperante, sino tratar juntos de ver más allá de los escombros, la amplitud del nuevo espacio y todo lo que gracias al derribo de lo que ya no sirve se podrá ir levantando una vez comprendida la lección y cambiada la vieja perspectiva desoladora, tal vez con una clarificación de las funciones necesarias a izquierda y derecha del mismo cuerpo al que no hay que mutilar, sino cuidar entre ambos lados, sin hostilidad ni competitividad, sin odio ni marrullería de "política" sin escrúpulos en la que todo vale si triunfa, sin concesiones a lo que no es propio
de cada competencia, pero con la madurez dialógica y sana del bien común. 

Para que esto sea realizable hay que abandonar el modo Numancia y pasar del "resistiré" como sea, al fluiré con lo mejor para todos, no solo para mi partido, que no es más que una herramienta creada para lograr el bien común y no  para el lucro y el éxito de una secta ideológica y dogmática, en el fondo o en la forma, o en ambas cosas.

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