viernes, 1 de febrero de 2013

Un extraño concepto del honor


Aznar presenta una demanda de protección al honor contra EL PAÍS

Dolores de Cospedal presentará una acción judicial individual en el plazo de una semana y Javier Arenas anuncia también una propia




Permítame, señor Aznar, que me sorprenda por esa demanda de protección a su honor. Es usted muy libre, desde luego, de llamar honor a cualquier cosa, pero si se molestase en echar un vistazo a su curriculum con una mirada analítica, honesta y serena, desapasionada y como si no se tratase de usted, seguramente cambiaría de parecer; imagínese por un momento que usted no fuese J.Mª Aznar. Que usted fuese un español anónimo y de repente se encontrase en el periódico con la noticia de que un ex presidente de su país, que fundó en el pelotazo ruinoso y la burbuja inmobiliaria todo su ingenio para gobernar,  que decreta la rídicula toma del escollo de Perejil y el rebaño de cabras como si fuese la de Granada, que no contento con ello, le da un venazo megalómano y se une a Bush para organizar la guerra más estúpida, inútil, cruel y sin pies ni cabeza de los últimos tiempos, basada en una mentira, que ha dejado Irak como la palma de la mano, con miles de muertos y una ruina absoluta y total para nada. Por el gusto sádico de arrasar a un pueblo ya cercado y esquilmado por 10 años de bloqueo. Y que para colmo mete a su país en el fregado contra la voluntad de toda la ciudadanía que estuvo meses clamando en las calles porque España no participase en esa horrenda matanza y que como consecuencia y represalia de esa participación maníaca de su santa voluntad exclusiva, se produce una masacre terrible el 11 M de 2004 con el trágico resultado que todos conocemos. Que no contento con la monstruosidad del atentado, miente como un bellaco y acusa , primero a la ETA y luego, nada menos que al Partido Socialista de haberse conjurado para cometer tal monstruosidad, -lo que ciertamente indica el grado de pésimas ideas que puede incubar el pp en sus paranoias si le parece posible que un partido cometa un crimen de lesa humanidad para llegar al poder- y todo por no admitir que se había equivocado, primero al entrar en esa guerra, en la que se pasó la democracia por el forro y luego en mentir acerca del origen de los terroristas, porque ese presidente sabía de sobra que a las puertas de unas elecciones, reconocer la autoría de Alqaeda era garantía de una derrota electoral estrepitosa. Como así fue, precisamente agravado por la mentira y la calumnia que espantó, indignó y asqueó a los ciudadanos como para no votarles nunca más. 
No para ahí la cosa, cuando finalmente deja el gobierno, se va a hacer las Américas al servicio de los EEUU y se infiltra en Latinoamérica con el fin de desestabilizar las débiles e inestables democracias para animarlas a convertirse en dictaduras, dando conferencias de corte neocon para ir calentando el ambiente y como premio le dejan dar charlas en universidades de los USA. Ni ese ex presidente pudo llegar más alto ni los yankies caer más bajo. 

Pues bien, don Aznar, siga imaginando y calcule si ese ex presidente ofendido, puede tener algún rastro de honor que ofender en su hoja de servicios políticos y en su  cartilla de humanidad. ¿Le admitiría usted a trámite esa denuncia o le daría un ataque de risa cuando la leyese? ¿Usted cree en serio que un tipo así sabe lo que es el honor? ¿Usted, que es tan exigente y pidecuentas por chorradas puntillosas, no lo denunciaría, junto a Bush y a Blair al Tribunal Internacional de La Haya para ser juzgado por crímenes de guerra y lesa humanidad contra el pueblo de Irak? ¿Usted se imagina a los nazis de Nüremberg poniendo una querella por lesiones a su honor? Pues ese ex presidente provocó y cooperó en una catástrofe genocida tan horrible como la de Hitler, pero lejos de Europa. Mató, como Hitler, familias enteras, arrasó ciudades, provocó epidemias, hambre,  niños mutilados para el resto de sus vidas, familias deshechas, madres viudas, huérfanos, miseria, destrucción de toda infraestructura necesaria para vivir y una división y un odio atroces entre los supervivientes, ese mismo odio que su partido y él son verdaderos especialistas en provocar como táctica electoralista desestabilizadora. ¿De verdad, señor Aznar, usted le daría la razón a un tipo como ése en la reivindicación de su "honor" y de su horror? Estoy segura de que no, de que se indignaría muchísimo por un cinismo y una desfachatez tan flagrantes y vergonzosos. 

Querido ex-verdugo disfrazado de FAES, el honor no se lesiona y se pierde cuando se descubre y se hace público un delito, un abuso, un chanchullo o una corrupción como es ahora el caso de su denunciada implicación en la técnica negra del sobre a tente bonete. El honor se pierde ipso facto, cuando se cometen las tropelías aunque nadie lo sepa. El honor es muy frágil y muy delicado, es patrimonio del alma, como dice el Alcalde de Zalamea, y el alma sólo es de Dios. Y los desalmados carecen de honor porque carecen de alma. Se la vendieron al diablo a cambio de un vil y ridículo minuto de gloria pìrrica y de un pastón en dinero negro, poder y juego sucio. 

¿Honor? Vénga ya!

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