viernes, 15 de febrero de 2013

No se trata de "cuánto", sino de "como"

El Gobierno y su partido no se enteran. Siguen sin enterarse de qué va lo que tienen entre manos. Sólo tienen claro que quieren mandar a cualquier precio, ya que eso es la garantía constante de su derecho de pernada y de su pitorreo absoluto hacia cualquier idea que quiera revisar y adecentar las instituciones, que según la conducta del pp sólo son meras oportunidades para llevarse los dineros públicos a los bolsillos privados con la protección de leyes redactadas por ellos mismos y por supuesto ad "puritita" propriam causam. En román paladino: con un morro que se lo pisan.

No es posible que unas personas tan zafias como para no distinguir la corrupción, de la normalidad democrática sean adecuadas para gobernar nada. Mariano Rajoy presenta su declaración de la renta, como si estuviese en el cerco de Numancia; por ella descubrimos que en plena crisis se subió el sueldo escandalosamente cuánto quiso mientras en el Congreso bramaba contra el despilfarro en los servicios públicos. Ahora está emperrado en que Rubalcaba presente la suya para demostrar seguramente que declara más dinero que él. No entiende nada. Nada de nada. No se da cuenta de que no es la cantidad de dinero que se declara lo que tira por tierra la decencia y el decoro de una persona pública, sino cómo ha llegado ese dinero a sus bolsillos y a su declaración. De dónde ha salido ese dinero y a cambio de qué se ha recibido. Es decir, imaginemos que el señor Rajoy declara una millonada en renta, pero resulta que de esa millonada hay que ver la procedencia, o sea, si es un dinero que se ha ganado limpiamente por el sueldo que se recibe, porque le rentan unas acciones o porque ha vendido o comprado algún bien particular, de lo que está en todo su derecho, o porque procede del propio patrimonio personal heredado o ganado antes de ejercer como político, por ejemplo, si se tienen bienes inmuebles que se adquirieron lícitamente por medios completamente legales. O bien existe una economía sumergida y corrupta, que llaman B, en la que se ocultan donaciones privadas millonarias, para comprar y especular con los bienes públicos, con los fondos públicos, por medio de concesiones, enchufes y "daciones en pago al mejor postor", al que entregue el sobre más completo y repleto. Y que luego ese dinero se "blanquee" declarándolo a Hacienda sin especificar su origen delincuente. Y eso el pp ni siquiera lo distingue de la normalidad. Espeluzna escuchar a Cospedal justificando la "transparencia" de tal mejunje. "Yo lo he declarado todo siempre a Hacienda"; hasta los sobres B. O sea, eso es hacer eutanasia fiscal asistida, ¿no? Amnistiarse fiscalmente uno mismo y dejarlo asentado como precedente y protocolo habitual en la "financiación" del pp. Un cohecho prevaricador como la copa de un pino. 
Si no se distinguen la importancia y la diferencia entre el cuánto hay y el cómo ha llegado el cuanto al bolsillo del declarante, es muy difícil creer en la honestidad ni en la capacidad gestora de un gobierno que defiende la irregularidad como norma apoyado sólo en cantidades declaradas. ¿Eso es transparencia? Es una transparencia un poco turbia y esmerilada ¿no? Vamos a ver: un ladrón da un golpe en una joyería o un banquero, aprovechando los informes negativos del rating, vacía el banco y se lleva la pasta diciendo que todo ha sido una pérdida de inversiones en el mercado internacional, pero como es muy "legal" coloca el montante del botín en su declaración de la renta, por ejemplo, como resultado de una falsa transacción comercial, o como capital "evadido" que regresa a casa amapardo por la amnistía de los amigos en el gobiernoy ya ha convertido el delito del expolio en legalidad vigente, simplemente porque un papel certifica la validez del fraude y del delito. Y si además es un habitual de las donaciones al sector B, lo tiene de cine...Y todo es "legal" aunque sea una cloaca hedionda. Pero en ese nivel sin conciencia el "delito" consiste no en cometerlo, sino en que se sepa que se ha cometido y no tener forma de lavarle la cara ni camuflarlo, para adecentarlo y presentarlo en sociedad como la cosa más natural y limpia.

Lo peor de pp es que ni él mismo sabe ni reconoce lo mal que está ni en qué inmundicias anda, creyendo estar subido en el podium de la crème de la crème. Y que los ciudadanos son mucho más tontos de lo que piensa ese Gobierno y su cueva de Alí Babá. Afortuanadamente, para los ciudadanos, el pp se equivoca muchísimo en sus consideraciones. Es su sino. Y de momento, nuestra asignatura cívica y democrática, pendiente

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