Rajoy, hora cero
por Arturo González
Vistos con calma y detalle los apuntes o papeles llamados de Bárcenas, nadie con buena fe podrá dudar lo más mínimo de su veracidad. Son demoledores, arrolladores, especialmente para Mariano Rajoy.
Si bien será necesario probarlo judicialmente, sus efectos políticos deberían ser inmediatos. No es posible, no debería ser posible, continuar gobernando con tal carga de sospecha a la espalda. El nombre de Mariano Rajoy queda condenado a la horca política, manchado de engaño y deshonor. No puede tratarse de una calumnia colectiva, de un artificio contable cuidadoso y monumental, de una maniobra de desestabilización y venganza. Son ciertos a los ojos y criterio de los españoles. Y no debe ser necesario esperar a las resoluciones judiciales, a las que incuestionablemente tienen derecho tanto Mariano Rajoy como el resto de aparecidos en los papeles, lo más granado del PP. España no puede continuar con esa infamia albergada en el pensamiento de sus ciudadanos. Por ética, por dignidad, por decencia. Es un presente que Rajoy tiene que ofrecer a los españoles si aún quiere que su salida del poder no le deje marcado como grave ofensor a España, si no quiere quedar sometido a la chacota y al escarnio público. No ha robado, no es un ladrón, no es un delincuente distinguido, como tantísimos. Simplemente se descuidaron, él y sus compañeros de partido, en el rigor de la buena conducta y administración exigidas. Cobró por cauces indebidos, según parece.
Si dimite se habrá hecho un gran favor a sí mismo, y al partido, y habrá demostrado el mínimo requerido a un político. Si no lo hace, se hundirá en el pantano movedizo de la incuria y la abyección y su nombre quedará escrito en la historia de la infamia política. Él elige, mientras la máquina judicial se pone en marcha. Peritos calígrafos, testigos, careos, documentos adverados, informes de la Agencia Tributaria, auditorías judiciales, comenzarán a inundar España, antes de que oficialmente se sepa si la verdad jurídica coincide con la política. Yo no quiero ese final, yo no quiero que lo condenen penalmente, quiero que se vaya.
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Gota EXPLOSIVA: 132.055 parados más en enero, y 263.243 personas dadas de baja en la Seguridad Social. ¡Y todos nosotros hablando de Rajoy! Es inexplicable que no estalle la rebelión
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