Podemos exige explicaciones a PSPV y Compromís sobre el caso de financiación ilegal y advierte de que el 'pacto del Botànic' puede resentirse
- El PSPV está "preocupado" por la investigación y creará una comisión para recopilar la documentación del 2007
- El presidente del Bloc defiende la financiación de su partido:
"Nunca ha estado fuera de la legalidad, es pública, transparente y
correcta"
- Mónica Oltra destaca que "Compromís se fundó muchos años después" del supuesto escándalo de financiación ilegal
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Un grave problema de Podemos es su inocultable debilidad advenediza, su constante performance errática en los entresijos intermedios, que no tienen la disposición de los cabezas más visibles, ese efecto coladero con los portavoces de última hornada, que se apuntaron al cortejo ganador podemita cuando las bases en los círculos habían sudado la camiseta sin pretender trepar y esos aprovechados de última hora se colocaron en cabeza de lista y no por su compromiso y su valía, que tendría explicación, sino exclusivamente por sus títulos académicos y su fardar petulante. Esos, que como Jordi Peris, el concejal valenciano al que se tuvo que despachar a todo trapo porque enredaba, retrasaba y boicoteaba más que solucionaba, incluso metiendo en las instituciones a personajes relacionados con el pp, en cargos de responsabilidad municipal como pasó con un tal Monterde, un colega del Politécnico, enchufado como gestor de Las Naves y que resultó ser cómplice nada menos que de Rafael Blasco, uno de los peperos más corruptos de la camada gaviotil valenciana, que está en la cárcel por robar a saco nada menos que los fondos de ayuda a las ONGs para comprarse un emporio de pisos. Vamos, una gloria de concejal para un partido como Podemos...sí, podemos meter la pata hasta el hombro. Ya habría que estar escarmentados por las improvisaciones hegemónicas, a costa de todo. Si no se hubiesen descuajaringado los círculos dejándolos como objeto decorativo, este tipo de personajes nunca llegaría a tener responsabilidades que les superan y desbordan, de un modo apabullante. A la vista está.
Este nuevo hallazgo apellidado Estañ, lleva de uñas, desde que asumió el poderío podemita, contra el pacto del Botànic que ha permitido el gobierno tripartito del cambio en València. En vez de cooperar para que todo mejore intriga y farfulla lo que puede y más para que ese pacto se despacte. No explica el por qué, no da razones para su rabieta, pero en cuanto puede la lía. Se supone que el motivo es que Podemos elegió siendo Montiel la cabeza visible del poderío morado en Valencia, que Podemos apoyase el tripartito sin participar en el Gobierno Autonómico y sólo en el municipal.
En esta ocasión el motivo de su pedida de cuentas contra el Botànic es por corrupción indiscriminada contra el Psoe y Compromís, por parte nada más y nada menos que del pp, con esa notoria autoridad moral ejemplar que le distingue sobre los demás partidos...una Cueva de Alí Babá que en su manejo de la máquina del fango lleva desde que perdió las elecciones denunciando hasta a los ascensores y a los carritos de la limpieza, una vez que que se vio despojado del mandoneo de su cortijo particular, que era en lo que Valencia se había convertido en los años de saqueo a tutiplén. Esa conducta indigna y repugnante ya es habitual en el mismo partido que provocó con la participación de España en la Guerra de Irak el atentado de Atocha del que primero culpó a la ETA y como le salió el tiro por la culata, acabó por acusar al Psoe de haber montado la carnicería.
El pánico a la debacle inevitable del pp es la causa de ese trastorno que les priva de lógica y del sentido común más elemental. Y que además haya mindundis del podemismo mal entendido que aprovechen la jugada del gangsterismo ppeppero a la desesperada, ya es recolmo de la torpeza y de la ceguera.
El pánico a la debacle inevitable del pp es la causa de ese trastorno que les priva de lógica y del sentido común más elemental. Y que además haya mindundis del podemismo mal entendido que aprovechen la jugada del gangsterismo ppeppero a la desesperada, ya es recolmo de la torpeza y de la ceguera.
Lo de Estañ contra el Pacto del Botànic, aprovechado como herramienta minadora del consenso para gobernar en semejantes tesituras, sólo tiene dos explicaciones lógicas: o el tipo es un hacker político al servicio del pp -como el tal Monterde y su cómplice Peris- y quiere cargarse el tripartito o es más corto de luces que las mangas de un chaleco y queriendo poner a su partido por encima de sus posibilidades, lo va a terminar dinamitando políticamente en Valencia, al estilo Dante Fachín en Podem Catalunya, al mismo tiempo que siembra sospechas y negruras contra la limpieza de un gobierno, que hasta ahora, en tres años de ejercicio, no ha dado motivo alguno de sospecha corrupta ni de juego sucio, todo lo contrario: está trabajando a fondo desde una transparencia indiscutible, a favor de la ciudadanía, en todos los aspectos, nos guste o no, -aunque, desde luego, nada es perfecto y todo es mejorable- hay que reconocerlo y si Podemos en su momento renunció a gobernar y a no compartir responsabilidades a nivel autonómico, no es culpa del pacto, sino la consecuencia de la renuncia de Montiel, seguramente obedeciendo a Madrid, o sea, a Pablo Iglesias y su élite. Normalmente una decisión así se suele consultar con la cúpula de la que se depende en los partidos al uso, sobre todo cuando la materia federal y soberanista es tan débil e inexistente como en España y las marcas y etiquetas tienen más peso que los contenidos políticos y los principios éticos.
Está claro que el clásico sistema de partidos hegemónicos -en España como en Europa- ha perdido la capacidad de resolver en solitario las cuestiones políticas, económicas y sociales, y también la credibilidad en un tiempo como éste, donde hay un despertar de la conciencia colectiva a niveles mucho más plurales y conscientes de los habituales durante el siglo pasado. Si no se quiere fracasar constantemente, es imprescindible y urgente cambiar de perspectiva y dejar de lado los hegemonismos obsesivos que ya se ve el resultado que dan: un estallido emocional de impacto con un abandono subsiguiente en cuanto aparecen las goteras, que se habrían evitado si el hegemonismo hubiese escuchado a las bases aterrizadas en la realidad más que a sus fijaciones teóricas a base de titulitis en las nubes combinada con una inmadurez egocéntrica más propia de frikis adolescentes que de políticos adultos.
Está claro que el clásico sistema de partidos hegemónicos -en España como en Europa- ha perdido la capacidad de resolver en solitario las cuestiones políticas, económicas y sociales, y también la credibilidad en un tiempo como éste, donde hay un despertar de la conciencia colectiva a niveles mucho más plurales y conscientes de los habituales durante el siglo pasado. Si no se quiere fracasar constantemente, es imprescindible y urgente cambiar de perspectiva y dejar de lado los hegemonismos obsesivos que ya se ve el resultado que dan: un estallido emocional de impacto con un abandono subsiguiente en cuanto aparecen las goteras, que se habrían evitado si el hegemonismo hubiese escuchado a las bases aterrizadas en la realidad más que a sus fijaciones teóricas a base de titulitis en las nubes combinada con una inmadurez egocéntrica más propia de frikis adolescentes que de políticos adultos.
Lo dicho, ese Estañ tiene un problema de discernimiento que al final no es sólo suyo sino de todas y todos: o se le ha ido la pinza o no tiene pinza o es un zapador del pp. Por cualquiera de las tres razones debería dedicarse a otros menesteres en el partido, por ejemplo, a vaciar papeleras o a pegar carteles o a pasar la fregona antes de las asambleas y por supuesto a formarse en inteligencia política y en ética funcional antes de presentarse como aspirante a gestionar responsabilidades nada fáciles de asumir. Y esto no sólo le pasa a él, hay demasiados cargos en la misma situación, que no han comprendido algo tan básico y urgente como que no se trata de que su partido sea cola de león o cabeza de ratón, sino de que el proyecto común salga a flote, se sanee y sea capaz de levantar España de su hundimiento actual cooperando con las mejores ideas de cada grupo en una gran coalición.
Mucho más que la hegemonía del Psoe, de Podemos o de cualquier otra formación, a la inmensa mayoría de españoles/as nos importa por encima de todo el bien común. Y para ese logro necesitamos servidores públicos mucho más que gurús ideológicos, más obsesionados con sus fijaciones que volcados en su tarea bien concreta y aterrizada, pensando en el bienestar de todo el conjunto y no sólo en favorecer a su cortijo político, con mucha más humildad que con una prepotencia hegemonista completamente fuera de tiesto a estas alturas de la historia y de la antropología. No necesitamos más Lenins ni más Chávezes, ni más Castros, sino unos cuantos Alcides De Gasperi de ayer o Yanis Varoufakis, Julios Anguita y Albertos Garzón de hoy (que los politólogos estudien la historia política de la Italia de 1945, que a lo mejor se inspiran y dejan de fantasear con las especulaciones transoceánicas de Laclau y sus delirios populo-demagógicos que ya vemos a lo que han dado lugar y no es nada recomendable ni se puede repetir al pie de la letra lo que nos han contado si además la receta ha sido un desastre como el peronismo o la canonizazación de generales o comandantes, que se llevan con ellos a la tumba la burbuja de las ilusiones. Mucho mejor que nos inspiren un Mujica o un Evo Morales, o un gobierno de coalición portugués o valenciano, por ejemplo, más realizadores que predicadores vociferantes) Es más, esa patológica manía de pontificar con la fotocopia de modelos en sepia, es la que está haciendo imposible la gobernabilidad de la coherencia y que el desastre ppeppero siga hundiendo todo sin que nada lo frene, repitiendo a su vez la morfología franquista, cuyo fondo perdido son las cunetas materiales, mentales y sociales.
El pasado está ahí para orientarnos y mejorarlo no para repetirlo como clones históricos, puesto que en realidad nunca se repiten las mismas coordenadas vitales, sociales ni culturales, aunque el garrulismo del montoné crea que sí porque sólo se fija en las formas que son externas, que precisamente son lo que más despacio cambia y más tiempo necesita para comprender y asumir la dinámica universal inseparable de la evolución personal y grupal, por eso, si las formas se confunden constantemente con el fondo perceptivo y cognitivo que es lo que potencia, crea y permite los cambios de mentalidad y de sensiblidad social, estaremos estancados in aeternum en el mismo pantano de la tristeza que en La Historia Interminable de Michael Ende, acababa con todo, hasta con las ganas de vivir de quienes se dejaban paralizar dejánose abducir y sumergir en los lodos fatales. En ese riesgo estamos ahora. Claudicar y seguir como siempre atados a una noria cada vez más seca o romper con lo que nos ata y nos impide avanzar no hacia un mundo de ciencia-ficción sino hacia una plenitud in crescendo del Ser, hacia la inteligencia colectiva y ética, hacia una sociedad donde alfabetizarse por dentro sea tan importante como hacerlo por fuera, donde el objetivo sea el imprescindible conócete a ti mismo mucho más que coleccionar seguidores en twitter o en Instagram.
En ese plano evolutivo los valores de lo que hasta ahora llamamos "izquierda" son la llave que nos puede abrir las puertas del Continente Conciencia y de una humanidad de verdad, no solo de nombre.
Mucho más que la hegemonía del Psoe, de Podemos o de cualquier otra formación, a la inmensa mayoría de españoles/as nos importa por encima de todo el bien común. Y para ese logro necesitamos servidores públicos mucho más que gurús ideológicos, más obsesionados con sus fijaciones que volcados en su tarea bien concreta y aterrizada, pensando en el bienestar de todo el conjunto y no sólo en favorecer a su cortijo político, con mucha más humildad que con una prepotencia hegemonista completamente fuera de tiesto a estas alturas de la historia y de la antropología. No necesitamos más Lenins ni más Chávezes, ni más Castros, sino unos cuantos Alcides De Gasperi de ayer o Yanis Varoufakis, Julios Anguita y Albertos Garzón de hoy (que los politólogos estudien la historia política de la Italia de 1945, que a lo mejor se inspiran y dejan de fantasear con las especulaciones transoceánicas de Laclau y sus delirios populo-demagógicos que ya vemos a lo que han dado lugar y no es nada recomendable ni se puede repetir al pie de la letra lo que nos han contado si además la receta ha sido un desastre como el peronismo o la canonizazación de generales o comandantes, que se llevan con ellos a la tumba la burbuja de las ilusiones. Mucho mejor que nos inspiren un Mujica o un Evo Morales, o un gobierno de coalición portugués o valenciano, por ejemplo, más realizadores que predicadores vociferantes) Es más, esa patológica manía de pontificar con la fotocopia de modelos en sepia, es la que está haciendo imposible la gobernabilidad de la coherencia y que el desastre ppeppero siga hundiendo todo sin que nada lo frene, repitiendo a su vez la morfología franquista, cuyo fondo perdido son las cunetas materiales, mentales y sociales.
El pasado está ahí para orientarnos y mejorarlo no para repetirlo como clones históricos, puesto que en realidad nunca se repiten las mismas coordenadas vitales, sociales ni culturales, aunque el garrulismo del montoné crea que sí porque sólo se fija en las formas que son externas, que precisamente son lo que más despacio cambia y más tiempo necesita para comprender y asumir la dinámica universal inseparable de la evolución personal y grupal, por eso, si las formas se confunden constantemente con el fondo perceptivo y cognitivo que es lo que potencia, crea y permite los cambios de mentalidad y de sensiblidad social, estaremos estancados in aeternum en el mismo pantano de la tristeza que en La Historia Interminable de Michael Ende, acababa con todo, hasta con las ganas de vivir de quienes se dejaban paralizar dejánose abducir y sumergir en los lodos fatales. En ese riesgo estamos ahora. Claudicar y seguir como siempre atados a una noria cada vez más seca o romper con lo que nos ata y nos impide avanzar no hacia un mundo de ciencia-ficción sino hacia una plenitud in crescendo del Ser, hacia la inteligencia colectiva y ética, hacia una sociedad donde alfabetizarse por dentro sea tan importante como hacerlo por fuera, donde el objetivo sea el imprescindible conócete a ti mismo mucho más que coleccionar seguidores en twitter o en Instagram.
En ese plano evolutivo los valores de lo que hasta ahora llamamos "izquierda" son la llave que nos puede abrir las puertas del Continente Conciencia y de una humanidad de verdad, no solo de nombre.
Habría que tomarse en serio estos asuntos antes de la próxima campaña electoral para no poner en riesgo la coalición imprescindible, ni España ni la Europa progresista y solidaria están para bromas de milenials en la inopia... o quién sabe si en la quinta columna del pp. En cualquier caso, mentes y voluntades como ésta le están haciendo la cama.
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