El horror en la región siria de Guta Oriental durante los últimos días se ha convertido en algo indescriptible.
Los intensos ataques aéreos, de artillería y con misiles ha provocado al menos 510 muertos, de los cuales,127 eran niños. 127 niños asesinados en menos de una
semana.
Guta
se ha convertido en un auténtico infierno para la población que
permanece encerrada allí, entre ellos, más de 700 familias refugiadas de
Palestina. La situación sigue siendo extremadamente delicada y
peligrosa también para la población en los alrededores de Damasco,
donde UNRWA cuenta con seis campamentos en los que viven miles de
refugiados de Palestina.
La terrible situación nos ha obligado a suspender las clases y la
distribución de alimentos en varias zonas de Damasco y alrededores. Más
de 27.000 niños y niñas refugiadas se están viendo directamente
afectados por el cierre de nuestras escuelas y muchos más sufrirán
traumas como resultado de la violencia.
A
pesar de la situación, y ahora más que nunca, nos mantenemos firmes en
nuestro compromiso con una población que sufre las consecuencias de una
de las guerras más cruentas de la historia reciente.
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