Con mi más profunda admiración,-que por lo intensa e incondicional ya roza lo incríble-, dedico esta humilde oda a todos los rubios y las rubias del cortijo ppoppular y demás escaños coopperantes, aunque con distintas marca y funciones para simular tan profesionalmente esa pluralidad irresistible y contagiosa. ¿Acaso España sin ellas/os, sería la misma? Seguro que no. Y lo sabéis... ¿O todavía quedan alguienes dispersos que no han alcanzado la cima de la empatía filorubiesca en cuestión? Tranquis, que todo se andará, sólo es cosa de persistir en las mismas un poco más y, ¡zas!, yastá ahí mismo.
Ains!
Spain in blu, muy mucho in blu
Hola, hola, barcarola. Cómo mola hacer la ola en esta estabilidad
tan segurata y perfecta,de una casta sin igual
que lo mismo te legisla sin dejarte respirar
que a base de sus recortes te pone a la belle etoile.
Y que digan que es verdad en sus medios medianeros
y en su chanchullo viral lo que solo es pura trola
o que la publicidad se convierta en caracola
o en serpiente de verano que ya son cuatro estaciones
por el tamaño alcanzado -ppedazaco de serppiente
que te ppilla y no te suelta con la zarppas de Mariano,él siempre tan cariñoso,
tan proclive al sobeteo de los cuentos y las meigas o de la santa compaña
o del vil politiqueo que tanto cunde en España- ;
Eso basta por ahora para convertir la bola de tamaño natural
en maquillaje perfecto con que hacerla realidad
y qué molona resulta tan divertida falacia
que pretende presentar un cacicato corrupto
de la cabeza a los pies -diseñado por un friki dictador uniformado de cuneta y tentempié-
y hasta testacoronado con disfraz de democracia
recocida al fuego lento de una larga transición
hacia el siglo XIX,
que aquí las antigüedades siempre molan mogollón.
Democracia a la española que te venden en porciones
al por mayor y al detall, si aceptas como si no,
-aquí nunca se pregunta, se acata sin rechistar,
impertinencias las justas, no la vayas a líar-
mas la pagas de un tirón, -ésa es la pura verdad-,
defendiendo a la bandera de la santa tradición
u oponiéndote de frente al derecho medieval
que jueces como Llarena encaloman a lo bestia,
aplicando a Hammurabi con saña espectacular,
aunque tal cosa resulte la más peliaguda opción
para mantener en paz los nervios de una nación
y el sesgo institucional.
Y los que mucho se empeñan en elegir diferencias
de parlamento y bandera y asumirlo sin complejos
ni miedos inoculados, se exponen a lo peor
con un gobierno fatal zumbando desde Madrid
y con un partido chungo que se quiere aprovechar
como ha sido y sigue siendo
la Convergencia de ayer y el presente PDCAT
- en eso de corromperse, a la altura del pp
ppero hablando en catalán--
ese Joder Judicial que atiza sin compasión
y ningún atenuante, reppresor de las ideas y pprotector
de mangantes, castigador de malvados
que se atreven a pensar y a contarlo por ahí,
y acaban enchironados y requetecondenados
a la cárcel obligada o al destierro sin honor
ni perrito que les ladre
por esa patria sesgada de unilateral montante,
rebelde y recalcitrante,
tan adicta a la sardana como al viento de Levante
y además republicana por si las dos cualidades
perversas y catalanas no hubieran sido bastante
para zurrar la badana a un pueblo tan insumiso,
cabezón y protestante,
mientras los medios y escaños del partido popular
les van poniendo a escurrir por lo que pueda pasar
que en la España que tenemos como patria singular
es siempre más votadero y da mucho más glamour
sacudir que dialogar, castigar que reinsertar,
machacar que redimir, amordazar que escuchar,
berrear que discernir,
despellejar que perder por presumir de moral
algo que tan solo es un tiquismiquis sin más
donde basta con poder y ejercer brutalidad
para ganarse el consenso, justamente lo contrario
de lo que suele pasar en estados que disfrutan
una sana democracia en vez de aguantar el yugo
y la inmundicia cerril de una infame cleptocracia.
Es un selfie retomado de este estado de desecho,
un fotograma de ripios entre mangancia y cohechos
saltando de siglo en sigla en la misma situación
de esa heredada desgracia que vitorea cadenas
con más ego que conciencia, más obtusa que valiente,
tan sensible como burra,
ese "aporellosoé" pleno de tripas e himnos,
que unos llaman maldición y otros consideran patria,
rubia, cristi(a)na y decente como la Carmen de España
y no 'la der Mérimée' ,
tan cantada por la copla en los tiempos
del cuplé.
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