miércoles, 29 de julio de 2015

¿Qué está pasando en Catalunya?


29 jul 2015

Vicenç Navarro
Miembro fundador de Procés Constituent

Presentación de Vicenç Navarro en la Asamblea de Procés Constituent a favor de su confluencia con Catalunya Sí que es Pot

Artur Mas, Presidente de la Generalitat de Catalunya, ha convocado unas elecciones autonómicas en Catalunya para el 27 de septiembre de este año. El movimiento independentista, hegemonizado hoy por una coalición político-social, liderado por el partido CDC gobernante, presenta tales elecciones como plebiscitarias, a fin de que la posible victoria de la lista electoral pro SIxSI se instrumente como un mandato popular a favor de la independencia de Catalunya. En realidad, tal victoria implicaría la continuación del gobierno Mas, siguiendo con sus políticas de claro corte neoliberal que han hecho un enorme daño al pueblo catalán.
Frente a esta coalición se ha establecido una coalición de partidos y movimientos sociales que intentan centrar el debate político en el tema social, sin permitirle al gobierno Mas que utilice la bandera para ocultar la responsabilidad de tal gobierno en el enorme deterioro del bienestar de las clases populares. Dicha coalición tampoco permite a Mas y a su coalición presentarse como los defensores de la nación catalana, mostrando el gran daño que sus políticas han causado al pueblo catalán. Esta coalición de movimientos sociales y partidos políticos incluye Podem, Iniciativa per Catalunya–Verds, Esquerra Unida i Alternativa (con el apoyo de Barcelona en Comú), habiéndose invitado al Procés Constituent a que se sumara a tal coalición. En la última Asamblea se debatió esa posibilidad. El discurso que se publica es el realizado por Vicenç Navarro, uno de los fundadores de tal movimiento, a favor de la confluencia.
Permitidme que antes de proponer qué es lo que tendríamos que hacer como Procés Constituent (PC), haga una breve exposición de qué es lo que está pasando en Catalunya, por qué está pasando y qué es lo que podemos hacer.
Y creo que la mayoría de la Asamblea del PC, reunidos aquí en Cornellà, estará de acuerdo al establecer que el mayor problema de Catalunya es el gran deterioro del bienestar y de la calidad de vida de las clases populares, que son la mayoría de la población catalana. La gran crisis está causando un gran dolor entre nuestra población. Solo dos indicadores que reflejan este enorme dolor. El porcentaje de suicidios ha crecido un 30% en los últimos cinco años. Y la distancia entre la esperanza de vida de Pedralbes, barrio burgués y acomodado, y Nou Barris, de clase trabajadora, que ya era una de las más altas de Europa, de siete años, repito, siete años (no siete días, no siete meses, sino siete años), ha crecido todavía más en estos años.
¿Por qué pasa esto?
Los grandes medios de comunicación de la Generalitat, TV3 y Catalunya Ràdio, y el gran número de periódicos de habla catalana en Catalunya reproducen la explicación que dan las voces hegemónicas del movimiento independentista, atribuyendo este dolor al expolio de Catalunya por parte de España. Nosotros en el PC siempre hemos enfatizado que no es España sino el Estado español, controlado primordialmente por las derechas españolas, el que está explotando y ahogando nuestra nación, y no nos sentimos representados por este Estado. Y acentuamos que el mismo Estado está oprimiendo a las clases populares de otros pueblos y naciones de España con las cuales nos sentimos hermanados.
Ahora bien, esta explicación del supuesto expolio no trata la mayor causa del dolor de las clases populares, que no se tiene que buscar en Madrid sino aquí en Catalunya. Y esto es de lo que los independentistas hegemónicos no hablan y no quieren hablar, puesto que la mayor causa de este dolor es el enorme dominio que las derechas catalanas tienen sobre la Generalitat de Catalunya y sobre los grandes medios de comunicación catalanes, dominio que tuvieron durante la dictadura, y que continúan teniendo ahora. El 80% de todo el tiempo desde el inicio del periodo democrático, Catalunya ha sido gobernada por las derechas. Esta es la realidad que se intenta esconder.
Y no hay nada tan parecido a las derechas españolas como las derechas catalanas. El gobierno presidido por el Sr. Artur Mas ha ido aprobando en las Cortes Españolas y aplicando en Catalunya reformas laborales responsables de un gran crecimiento de la desocupación, del paro y de la precariedad. Y el gobierno Mas ha ido llevando a cabo algunos de los mayores recortes que se han visto en España y en Europa, a la vez que se han recortado los impuestos. El daño a la sanidad pública catalana, por ejemplo, ha sido enorme. Están destruyéndola bajo la dirección del que fue el Presidente de la Patronal Sanitaria Privada que, en una de las primeras declaraciones que hizo cuando fue nombrado Consejero de Sanidad del Gobierno de la Generalitat, aconsejó a los catalanes que contrataran seguros sanitarios privados a través de las compañías de seguros. Esta es la Catalunya del Sr. Artur Mas, apoyada por nada más y nada menos que ERC, el partido independentista que sostiene que todo el drama y daño que el pueblo catalán sufre se arreglará al conseguir la independencia, argumento también sostenido por el pensamiento hegemónico independentista, apoyando con su comportamiento la continuidad del gobierno Mas, el cual utiliza, una vez más, la bandera para defender sus intereses de clase.
¿Qué podemos hacer?
Recordemos que algunos de nosotros, hace ya años, incluyendo Arcadi Oliveras, Teresa Forcades y otros, fundamos el Procés Constituent en el intento de movilizar la población para presionar y facilitar la confluencia de movimientos sociales y partidos políticos para construir una nueva Catalunya. No nos sentimos representados por el Estado español. Pero tampoco nos sentimos representados por el Estado actual aquí en Catalunya. No nos sentimos representados por ninguno de ellos, y queríamos construir una nueva Catalunya de abajo hacia arriba, con participación ciudadana, y muy en especial con participación de las clases populares, en la construcción del país. Así nació el PC.
Pues bien, estamos cada vez más cerca de esto. Se ha creado en Catalunya una coalición de nuevos y viejos partidos (Podem, Iniciativa per Catalunya-Verds, Esquerra Unida i Alternativa) que nos han invitado a integrarnos con ellos como parte de un proceso de confluencia hacia Catalunya sí que es Pot. Cada uno de estos partidos tiene sus pros y contras, que han aparecido en las negociaciones sobre la posible coalición con nosotros, negociaciones, por cierto, en las que también han participado observadores de Barcelona en Comú, que siempre estuvieron deseosos de que la confluencia se llevara a cabo y de que el PC fuera parte de ella.
¿Dónde estamos ahora?
Ya hemos conseguido mucho. En primer lugar, y de manera destacada, logramos la aceptación del manifiesto que hicimos nosotros. Esto es muy importante, pues es lo que define el marco ideológico del proyecto. Es claramente nuestro manifiesto. Lo redactamos nosotros. Y fue aceptado y hecho suyo por los partidos de la coalición.
La segunda victoria fue que Arcadi Oliveres y Teresa Forcades estarían en la lista, con Arcadi en el número 1.
Y como tercera conquista, extraordinariamente importante, se expandió la lista electoral de la coalición con la incorporación de representantes y/o personas procedentes de los movimientos sociales y contestatarios. Pedimos 3 y obtuvimos 2, siendo los primeros números de la lista de Catalunya Sí que es Pot.
Creo que estas cesiones son importantes. Ni qué decir tiene que había otras propuestas que no fueron atendidas. Pero aquí quiero corregir algunas de las informaciones producidas hoy. No es cierto que los partidos de la coalición se opusieran a las primarias, como constantemente se dice por personas que no quieren que nos integremos en la confluencia. Todos los partidos indicaron que en principio estaban de acuerdo, pero subrayaron, con razón, que no se podían hacer ahora, pues no había el censo electoral, y lo más pronto que podrían hacerse sería a mediados de agosto, que no es la mejor época para hacer las primarias.
Otra información sesgada que se ha dado es que la coalición prohibiría la libertad de voto en el grupo parlamentario. No es cierto. Es obvio que es esencial que haya disciplina en el grupo, pero cabe dentro de él la expresión de voces diferentes en situaciones previamente pactadas.
En cuanto al manifiesto, tampoco es cierto que no se aprobara el documento adjunto preparado por el PC, en el que Catalunya Sí que es Pot se comprometía a hacer el referéndum dentro de un periodo de tiempo. El hecho de que los partidos de la coalición propusieran incluirlo en el programa más tarde, y no ahora en el manifiesto, no era, como maliciosamente se insinuó, un intento de no hacerlo, sino un reconocimiento de que el manifiesto se había ya enviado a todos los militantes de los otros partidos. Yo, como miembro del equipo negociador, percibí que había voluntad de incorporarlo en el programa.
¿Cuáles son las alternativas que el PC tiene delante?
Tengo que empezar esta parte de mi presentación señalando que me he encontrado muchas veces en situaciones similares en los diferentes países en los cuales he vivido durante mi largo exilio. Por una parte, están los que acentúan la necesidad de mantener a toda costa nuestros principios. Y desean continuar solos sin estar “contaminados” por unas prácticas políticas que no aceptan. La otra postura es la posibilista, que está más dispuesta a flexibilizar la aplicación de algunos de estos principios con el fin de alcanzar el desarrollo de otros que se consideran superiores. Esta dicotomía aparece constantemente en cualquier movimiento transformador de orientación progresista.
Estas dos posturas existen dentro del PC. Una es la que da gran énfasis a mantener los principios que se consideran básicos y fundamentales para dar la identidad y personalidad al movimiento Procés Constituent. Y sistemáticamente se escoge el mantenimiento de los principios como tema prioritario. Pero existe otra postura, la posibilista, que está más dispuesta a flexibilizar algunos de estos principios para conseguir otros que se consideran superiores. Como he acentuado antes, esta dicotomía aparece constantemente en cualquier movimiento que intente una transformación profunda de la sociedad. Permitidme que reflexione sobre uno de los casos más claros, que viví en EEUU, en los años ochenta, cuando asesoré a Jesse Jackson (el discípulo predilecto de Martin Luther King), dirigente y fundador de la Rainbow Coalition (RC), que es la alianza de movimientos sociales y de carácter progresista en EEUU. Jesse Jackson es un sacerdote sumamente religioso, y muy dado a posturas del primer tipo, que se definían como las fundamentalistas. El año 1984, en las elecciones al Congreso, se presentó como “la conciencia de EEUU”. Y el establishment norteamericano lo trató con todo respeto. Se convirtió en el referente moral del país y los medios de comunicación trataron el movimiento muy favorablemente. Sus líderes aparecieron en televisión muy frecuentemente. Y el movimiento, inmerso en su propia cultura, se mantuvo con una gran cohesión y orgullo institucional.
Pero en 1988 Jackson se presentó, no como la conciencia de EEUU, sino como el instrumento de cambio radical, aliándose con otras fuerzas políticas de diversas sensibilidades dentro del Partido Demócrata. Y habló claramente de la lucha de clases que tenía lugar en EEUU, apoyando a la clase trabajadora en contra del establishment económico, financiero, político y mediático que gobierna Estados Unidos. Éste predeciblemente respondió con una enorme hostilidad.
Cuando ello ocurrió, muchos miembros del RC se sintieron traicionados, puesto que entrar en política aliándose con otros partidos implicaba “ensuciarse”, abandonando algunos de sus principios. A éstos se les definía como posibilistas. Pues bien, si no hubiera sido por la Rainbow Coalition, el Partido Demócrata no hubiera aprobado establecer un Sistema Nacional de Salud, una de las propuestas que están dentro del Partido Demócrata (tengo el gran honor de haber sido el que escribió el borrador de esta propuesta). Hoy, muchos norteamericanos tienen una atención sanitaria que no tendrían si la Rainbow Coalition se hubiera mantenido muy pura y muy limpia, continuando siendo “la conciencia de EEUU”.
¿Cuál es la decisión?
Entonces nos tenemos que preguntar: ¿queremos seguir siendo la conciencia de Catalunya, con TV3 y Catalunya Ràdio y todos los medios entrevistando a Arcadi y a Teresa como los referentes morales del país? ¿Queremos sentirnos bien, moralmente superiores, puros y limpios? ¿Con nuestro orgullo institucional fiel a las dos figuras morales, Arcadi y Teresa? ¿Queremos limitarnos a bendecir y dar la imprimatu a aquellos partidos que pasen la prueba de pureza que nosotros establecemos? Yo respeto esta vía, y tengo gran respeto y aprecio por los dos, y ellos lo saben. Ahora bien, esta no es mi vía.
Hagámonos, pues, la siguiente pregunta: ¿queremos resolver los temas inmediatos que la explotación de clase que existe en Cataluña impone en nuestro pueblo, colaborando con partidos que han hecho suyo el manifiesto que redactamos nosotros, trabajando también con los movimientos sociales independientes que nosotros propusimos hace unos días como condición de que continuáramos hablando? Se nos dirá que nos estamos “ensuciando”, pues en la vida política, muy a menudo se tiene que escoger entre lo malo y lo peor. Pero la lucha por el cambio exige trabajo de movilización a nivel de calle y también a nivel político y parlamentario. Tenemos que continuar movilizándonos en la calle, pues es de ahí de donde surge el poder contestatario. Pero para incidir en el cambio también tenemos que mojarnos y ensuciarnos participando en la vida parlamentaria y en el gobierno de las instituciones, donde el pacto y la negociación son intrínsecos en la vida política, y muy en especial para las izquierdas, que frecuentemente no tienen la mayoría. Las clases populares a las que deseamos servir tienen el derecho de exigirnos que estemos ahí, en el Parlament y en el gobierno de la Generalitat para defender sus intereses, hoy tan desatendidos. Los que sufren la crisis no pueden permitirse el lujo de que nosotros nos conservemos puros y limpios, alejándonos de la vida política y de coaliciones con partidos que no siempre han actuado como deberían haber hecho.
Hoy, la única alternativa que existe en Catalunya que puede ganar las elecciones es esta coalición de partidos y movimientos sociales que hemos ayudado a establecer, acabando el asfixiante dominio de las derechas sobre nuestras instituciones. Lamento que les CUP no se hayan añadido. Tengo mucha simpatía por esta formación política. Pero ella sola no ganará. Y no ha querido juntarse a la coalición. Y el PC solo, todavía menos.
Yo creo que es momento de, por un lado, apoyar a la coalición, que es la mayor oportunidad de romper con el continuismo y, por el otro, cambiar nuestro propio instrumento, es decir, el PC, pues tenemos que aceptar que hay excesivos personalismos y escasa capacidad de autocrítica y excesiva supuesta superioridad moral en nuestro movimiento, percepción derivada de la cultura predominantemente cristiana del PC, superioridad moral que francamente considero inmerecida.
Esto es lo que yo os propongo, parar esta guerra de clases cotidiana que está sucediendo en contra del pueblo catalán, guerra cotidiana realizada por las derechas catalanas, ocultas detrás de la lista del Sí que, en temas económicos y sociales, siempre se alía con la derecha española. Así de claro.
Os aseguro que si votáis no a la confluencia, las derechas catalanas y españolas estarán muy contentas y los medios controlados por la derecha catalana os darán mucha visibilidad mediática. Por favor, no contribuyáis a su alegría. Y ayudad a cambiar nuestro país para parar tanto dolor creado por los que siempre lo han gobernado. Y esto requiere participar activamente en la lucha política, con todo aquello que comporta, por muy desagradable que muchas veces esta lucha sea. Creo que esto es lo que nos piden las clases populares, que son la mayoría del pueblo catalán.
Sábado, 25 de julio de 2015. Cornellà.
Traducción del original en catalán.
En las votaciones que tuvieron lugar durante la Asamblea, la propuesta de confluencia del PC con Catalunya Sí que es Pot consiguió 126 votos, frente a 220 a favor de la propuesta hecha por Arcadi Oliveras, que votó en contra de la confluencia, favoreciendo la no participación del PC en el proceso electoral del 27 de septiembre. La opción de presentarse como partido político, apoyada por Teresa Forcades, consiguió 35 votos. La opción de aliarse con las CUP consiguió 60 votos. Vicenç Navarro dimitió del PC, del cual fue fundador junto con Arcadi Oliveras y Teresa Forcades. Vicenç Navarro apoyará a Catalunya Sí que es Pot, viendo este movimiento político como el instrumento más eficaz para terminar con el enorme dominio que el establishment político y mediático nacionalista catalán ha tenido sobre las instituciones políticas, económicas, financieras y mediáticas de Catalunya desde que se instauró la democracia en Catalunya, hoy dramáticamente controlada por tal establishment.

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