miércoles, 8 de julio de 2015

Jordi Évole

"¡Cambiad el chip! Acumular dinero y cosas es de gilipollas"

"¡Cambiad el chip! Acumular dinero y cosas es de gilipollas"
'Salvados'
Jordi Évole dignifica el oficio de periodista: su Salvados (La Sexta) es un programa que empezó medio en coña y que hoy es de visión obligada, por la agudeza, amenidad y eficacia con que desentraña y nos cuenta lo que pasa. Es mi preceptivo Informe semanal: me deleita y enseña. Évole conecta con la gente y pregunta en su nombre a los que saben y a los que manejan. He querido preguntarle a él: con público presente hemos conversado en una librería barcelonesa... ¡y le han aplaudido! Comento la crueldad del share en la tele y me cita a Sócrates (el futbolista): "Nosotros no jugamos para ganar, ¡jugamos para ser recordados!". Su Salvados de este domingo trata del paro. No me lo perderé.

Cuáles son sus raíces?
Mi madre es granadina y mi abuelo paterno fue el último alcalde republicano de un pueblo extremeño.

¿Qué aprendió de él?
Su pasión por el periodismo, que practicaba por gusto, como mi padre. El franquismo encarceló a mi abuelo..., y emigró a Catalunya.

¿Y de su madre?
Me decía: "¿Por qué preguntas tanto, niño?". Hoy le digo: "¿Ves como era para algo?".

¿Ha sido usted siempre follonero?
Quise ser futbolista. Pero era muy malo. En el cole imitaba el "Urruti, t'estimo", de Puyal. Me hice periodista deportivo. ¡Tuve que transmitir partidos de regional desde el teléfono del bar de enfrente del campo!

Su primer recuerdo televisual es...
Toda la familia en el sofá, mantita en las piernas..., viendo el Un, dos, tres de Mayra. Gocé con el dúo Sacapuntas, con Arévalo...

¿Y cómo llegó usted a la tele?
El Terrat buscaba personal, me presenté como periodista... ¡y me cogieron como guionista de Buenafuente! ¡Y yo era su fan!

¿Cómo fue su relación con él?
Yo me sentía tan, tan cohibido... ¡que ni me atrevía a mirarle a los ojos!

¡Y acabó cantándole las cuarenta!
Al follonero debía encarnarlo un actor, pero pidió tanta pasta... que Buenafuente me dijo: "¡Hazlo tú!". Y le gustó. Y al día siguiente quiso repetir... ¡sin pactar el guión!

Arriesgado para los dos...
Buenafuente tiene muchos reflejos..., y a menudo me revolcaba. ¡Aprendí mucho!

¿Qué es lo mejor de Buenafuente?
Que te da confianza y trabajas a gusto: ¡jamás le he visto abroncar a nadie!

A Buenafuente le ha fallado su último programa: ¿cómo le ha consolado?
Sin lamentos..., ¡a los dos segundos ya estábamos pensando en nuevos proyectos!

Qué cruel, la tele, ¿eh?
En televisión, por mucho que te apliques y estudies..., ¡jamás tienes garantía de aprobar el examen! Te ponen Pretty woman y caes.

¿Qué debe tener todo buen periodista?
Mucha curiosidad... y no deberse a nadie.

¿Qué es lo mejor de Salvados?
Hablar con personas que me serían inaccesibles, gracias al lujo de equipo que tengo.

¿Qué pretenden ustedes conseguir?
Partiendo de la ignorancia, entender nosotros mismos qué está pasando. Contar una historia clásica: inicio, nudo y desenlace.

¿Por qué sus entrevistados bajan tanto la guardia en su presencia?
No sé, yo sólo pregunto. Gabilondo me ha dicho: "Tú eres como uno de Tengo una pregunta para usted..., ¡pero luego tienes otra!".

Quizá su aspecto inofensivo le ayude...
Pues yo hubiese preferido ser un Brad Pitt.

El caso es que se le confían...
Con media sonrisa y creando clima, puedes preguntar: "¿Es usted un señorito? ¿Puede recorrer España a caballo sin salir de sus propiedades?", como a Cayetano de Alba...

¡Y bien retratado quedó, el hombre!
Fue muy noble: no renegó luego de sus palabras. Hoy se interesa por los jornaleros.

¿Qué le pasó con Laporta?
Hice alguna pregunta que no le sentó bien... y tuvo un pronto que... perdió las formas.

¿Le amenazó o pegó?
Como no se emitió, no quiero removerlo.

¿Le cayó bien?
¡No! Ahora ve que el Parlament es como tercera regional..., ¡y vuelve a hablar del Barça!

¿Hay alguien a quien no entrevistaría?
"¡Si pudiera entrevistar a Bin Laden, lo haría", me dijo Anson. Y yo estoy de acuerdo.

¿De qué personaje se ha prendado?
De José Antonio Labordeta. Maravilloso.

¿Cuál es su lema?
"Mejor pedir perdón que pedir permiso".

Me gusta.
Y procuro no encajar en trinchera alguna. ¡No por estar en La Sexta dejaré de criticar a Zapatero o a amigos de Roures!

¿Cómo se hace eso?
Fácil: ¡creyéndote de verdad que te debes a la gente! Seguro que tú piensas en la gente al escribir La Contra, no en tus jefes...

Sí.
El poder intenta atraernos: ¡huyamos, no caigamos en su red emocional! Tener tales vínculos entorpece el buen periodismo.

A quien grite "televisión, manipulación", ¿qué le dice?
Sus motivos tendrá... si no grita por inercia.

¿Qué ha aprendido de la crisis?
¡Que estoy harto de que me digan que yo he vivido por encima de mis posibilidades!

¿Seguro que usted no?
No tengo dinero en paraísos fiscales. No he abierto fondos de inversión. No he comprado pisos para revenderlos por el triple. El que lo haya hecho, ¡que apechugue! ¡Yo no!

De acuerdo, de acuerdo...
Desahuciamos a quien no puede pagar la hipoteca de su casa... ¡y rescatamos a los que han especulado con nuestro dinero! ¡Basta!

¿Está indignado?
¡Hay que cambiar ya el chip!: es idiota admirar y envidiar al que acumula dinero y propiedades... ¡Veámoslo ya como a un gilipollas! Tener pasta es ya tener un problema.

¿Eso le enseñará a su hijo?
Sí, y que sea crítico y buena persona. ¡La crisis puede venirnos bien! ¡Mejoraremos!

¿Le han recortado a usted el sueldo?
Salvajemente, más que a los funcionarios.

¿Y qué será del periodismo?
Estamos en un reiniciar de la hostia: ¡toca reconvertirlo en algo cargado de mucha ilusión, muchas ganas y mucho trabajo!

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