jueves, 16 de julio de 2015

Panorama estival con reparos

Ayer tarde conté 27 acondicionadores de aire funcionando a todo trapo y escupiendo fuego en tan sólo dos fachadas de la misma calle. El aire era irrespirable por toda la acera. Di la vuelta a la manzana, entré en una plaza llena de árboles y resultó que la temperatura era deliciosamente fresca y la misma brisa achicharrante que ardía unos metros atrás ahora era un respiro y una caricia con bastantes grados menos.

No se puede vivir así, teniendo en marcha máquinas que mantienen 20º en casa por no aguantar los 30º normales en verano, y convertir el hábitat de todos en un infierno. Tener que usar jersey en los transportes y edificios públicos y destruir la atmósfera porque no se soporta el calor normal de la estación y así hacer que el calentamiento vaya aumentando con las ventas masivas de acondicionadores, acabe con todos nosotros. A esta salvajada habrá que ponerle un límite. Y debe hacerse pronto.

Necesitamos con urgencia que la ciencia y la técnica frenen la especulación del negocio fácil y no aporten inventos destructivos en manos de cretinos insaciables y de comodones devoradores de lo que les echen, aunque eso les mate mientras les arruina.

Para quienes con solidaridad responsable procuran evitar al monstruo del fresco privado y el infierno público, comparto algunas ideas para sacar provecho al ventilador. Pasar la fregona varias veces al día mojada en agua helada, se pueden congelar botellas de agua del grifo y ponerlas en el cubo dejando bastante mojado el suelo y mientras se va secando con el aire del ventilador los grados bajan; se puede enfriar agua en un dispensador de los que se usan como limpiadores multiusos, limpiándolo primero por dentro, y una vez bien fría, regar con ese agua el aire de la habitación delante o debajo del ventilador, mojando visillos, cortinas, sillones y cojines...manteniendo cerradas las ventanas y bajadas las persianas y toldos. También alivia mucho ducharse con ropa ligera con agua tibia y no secarse; y por supuesto beber agua abundante mientras dure el ataque térmico.

O cambiamos de hábitos y nos reeducamos o lo vamos a pagar mucho más caro que la factura ppera de la luz. Porque lo pagaremos en enfermedades y muertes por cocimiento en plan marisco, completamente evitables.

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