miércoles, 22 de julio de 2015

Lúcido y claro, Julio Anguita: decencia incorruptible



La unidad popular La búsqueda y elaboración de una propuesta común es la manera de hacer unidad desde abajo y desde lo real concreto.


De todos los términos y mensajes que se han ido produciendo a lo largo de estos últimos años referentes a la necesidad de que la mayoría social se organice para conseguir el Cambio Concreto en programas, proyectos, valores, actitudes, comportamientos, discurso político y formas de hacer la política, el de la Unidad Popular está siendo recibido con el mayor consenso y predisposición. Creo que los portadores de otras fórmulas semánticas deberíamos, en nombre del objetivo común, hacer el término nuestro y así poner la primera piedra del edificio a construir juntos. Sin embargo y dicho esto, se impone una reflexión sobre algunas cuestiones de esa anhelada Unidad Popular.

Creo que debemos ser conscientes de que la Unidad Popular hace referencia a un objetivo a construir entre muchos y no a una creación política ya nacida o realizada por el simple hecho de haberla enunciado u ofrecido a los demás. En consecuencia la Unidad Popular como objetivo o fin perseguido sólo puede aparecer como un elemento parcial que integra, entre otras cosas, las propuestas y acciones que conducen al objetivo deseado. Quiero decir que preparar la Unidad Popular es preparar previamente un camino que está lleno de dificultades, recelos, incomprensiones y desdenes. Así nos lo demuestran actitudes y declaraciones de estos días. ¿Por dónde empezar?

La realidad que vivimos cotidianamente nos muestra a una mayoría ciudadana que solamente existe como tal mayoría en la medida en que comparte, como denominador común, una situación de paro, precariedad, marginación, expolio, desencanto, irritación y desánimo. Esa situación de Mayoría EN SÍ (que dirían nuestros clásicos) debe transformarse en Mayoría PARA SÍ, es decir en conciencia. Es esa una tarea que no puede ser abordada con el simple enunciado de nuestra propuesta. Y todavía menos si para el gran público aparece como primera, -y casi única- visualización de la Unidad Popular la formalización de una candidatura unitaria cara a las próximas elecciones generales. Es más, esa única visualización da base a quienes se han instalado en su espléndido aislamiento para seguir creyendo que el Cambio es una simple cuestión de cambio en las siglas gobernantes.

A mi parecer deberíamos comenzar una serie de contactos con otras fuerzas políticas, movimientos sociales, plataformas, colectivos y personas que se sientan integrantes activos de ese enunciado que se formula así “Otro mundo es posible”. Y que además de sentirse concernidos quieran hacer de esa formulación carne y sangre del Cambio concreto. La pregunta es obvia, ¿Para qué ese encuentro?

La Unidad Popular o se hace con un Programa concreto o no será posible. Por eso la búsqueda y elaboración de una propuesta común es la manera de hacer unidad desde abajo y desde lo real concreto. ¿Cómo sería ese Programa?

Lo que está ocurriendo en los primeros días de los nuevos ayuntamientos nacidos de esa corriente emergente de voluntad unitaria desde abajo, nos debe servir de lección. Un programa no es un listado de intenciones ni tampoco una formulación bienintencionada de deseos. Al contrario deber ser una propuesta para ser aplicada al día siguiente del hipotético triunfo. Y ello significa estudio, asesoramiento, sentido de los plazos y conocimiento de los mecanismos legales para llevarlo a cabo. Sin olvidar tampoco el encaje presupuestario. Ya habrá tiempo de cambiar normas y reglamentos.

Y ese Programa debe tener otras características que con brevedad enuncio:

1. Ligado a las necesidades más inmediatas y urgentes de la población.

2. Resumido en diez o quince puntos de fácil comprensión y memorización.

3. Capaz de generar otras medidas necesarias como consecuencia de su aplicación.

4. En el marco de una estrategia de lucha y concienciación que vaya conduciendo a otras metas programáticas y de valores.

5. Que explicite una alianza activa entre el nuevo poder político y la ciudadanía.

6. Viable, es decir ajustado a la realidad legal y presupuestaria del momento o de su factibilidad a corto plazo tras haberla cambiado.

Creo que si se consigue este acuerdo programático, sin tener que hablar de candidaturas, el paso hacia la Unidad Popular es importante. ¿Y si hay integrantes de esa unidad programática que siguen pensando en la conveniencia de ir solos a la elecciones?. No desesperemos, la imagen de todos los colectivos y fuerzas integrantes de esa unidad programática quedará, como un condicionante permanente que será difícil de obviar al día siguiente de las elecciones. En ese sentido la Unidad Popular comienza a ser contrapoder. Empecemos ya.  

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El análisis es impecable; pero en el tema de forzar la unidad no estoy de acuerdo. Creo que deberíamos perder el miedo a ir por separado con las distintas sensibilidades sociales y seguro que gana la pluralidad de izquierdas como ha pasado en Valencia, donde en vez de una coalición forzada ha sido una alianza de pluralidades afines la que ha cambiado el marco político enfermo que ha gobernado casi un cuarto de siglo el Ayuntamiento y un quinto de siglo la Generalitat. Los 3 partidos mas votados han barrido Ayuntamiento y Parlament. Creo que se trata de eso, de que la ciudadanía se sienta con margen amplio para votar a la izquierda sin sentir la amenaza de una nueva mayoría absoluta, que aunque sea de izquierdas no nos sirve, ya lo sabemos por experiencia: todo conjunto humano dogmatizado por el afán de llegar al poder a cualquier precio y bajo una misma sigla o bandera, y que pilla el poder tiene el mismo peligro a derecha que a izquierda, se emborracha, se trastorna, se pierde. Así que no, yo no votaré ninguna coalición previa; prefiero que al menos nos quede un resto, un brote sano por algún lado desde el que volver a construir, antes que caer en las aberraciones de Pablo Iglesias y su obsesión todopoderosa o de quienes están empeñados en pactar con él para salvar su sigla aunque tengan que tragar sapos. Ni lo veo ético ni cívico ni democrático ni decente ni con futuro. Después de un triunfo pírrico vendrían las puñaladas traperas, las rivalidades, las rupturas internas que hay en el mismo Podemos. O es la ciudadanía en limpio la que da el paso y elige lo adecuado y exige a los portavoces que se integren en el colectivo social como ciudadano normales que se ofrecen a servir y se eligen en primarias abiertas y sin pactos previos o esto nunca funcionará: Pablemos será la tercera o cuarta fuerza más votada, ante el encogimiento y emperre de AeC de pactar antes de las elecciones, muchos no votarán porque no les gusta ese miedo y esa titubeante dependencia de algo tan inconsistente en programa, en  democracia y en coherencia, y con tanta ambición capitalista por el poder hegemónico como Podemos, que cada vez parece más PPodemos.
Como Equo y Compromís pacten previamente con el Coletas par aue gane la Moncloa, sólo nos quedará como refugio votable AeC...y sería una verdadera guarrada que tampoco tuviésemos nada que votar si esa fatídica unidad contra natura se consumase. Sería la primera vez en mi vida que mi conciencia me impediría acudir a las urnas porque no hay nada que votar que huela a decente, a pesar de que el voto me parece imprescindible para cambiar las cosas, pero inútil, paradójicamente, si se trata de un voto "útil" y de ovejas acojonadas al servicio del miedo de unos pastores que no necesitan, porque se han dado cuenta que no son rebaño sino sociedad del siglo XXI. Me asusta menos afrontar un gobierno injusto del pp que uno igualmente injusto y marrullero de mi propia gente, que nos desactivaría con una falsa sensación de haber puesto una pica en Flandes, eso no lo puedo resistir y creo que como yo estamos unos cuantos millones de españoles saturados, avergonzados, cansados, baqueteados...hartos hasta decir basta. 

Querido Anguita, no te empeñes en mantener una mentira de atrezzo electoral que nos repugnaría a todas en el fondo de la conciencia. A ti también. Lo sabes perfectamente y crees que ese sacrificio vale la pena si sirve par echar al depredador actual. No te engañes, en Pablemos se ha camuflado la misma inclinación, que sea partidaria de la guillotina significa que la puede aplicar a cualquier enemigo que le intente parar los pies y no dudará en recortar derechos en hacer el vacío en nombrar amiguetes para hacerse pagar el favor de admitirnos como compas de viaje, pero en tercera. Si algo demostró el equipo técnico podemita en la Asamblea General de Octubre pasado, es que es capaz de lo que sea para llegar a donde quiere a pesar de que los ciudadanos que le han votado no estén de acuerdo.
No sacrifiquemos esa dignidad por la que se han hecho movidas ingentes, no le demos más vueltas ni más coba al proyecto mediático de unos frikis políticos que no saben lo que son ni lo que quieren aparte de ganar, ganar y ganar...Tu intuición primera en rechazar la petición de Iglesias, fue acertada y sabia. Luego fue una pena que IU no tuviese reflejos para disolverse y refundarse como ciudadanía, no para llevar la voz cantante sino, sincera y limpiamente, con humildad trabajadora, que es el verdadero orgullo de la izquierda, para servir como ciudadanos con experiencia y nobleza en las tareas para las que se les vote, si es que se les vota...ése es el espíritu moral y transparente de triunfo que nadie ni nada podría parar. Se está perdiendo mucho tiempo en melindres y restos de siglitis crónica. Ya vale y vamos al tajo de una vez. Las propuestas ya están en marcha y bien claras, ahora hay que convocar, aunque sea por internet, una votación abierta para que se aprueben, se corrijan borradores en lo que haga falta, se añadan o se eliminen puntos, etc y de ahí en 15 días a recorrer plazas, pueblos, ciudades, barrios, pero no para dar el mitin que nadie va a escuchar, no para imponer un programa que otros ya han pensado, sino dejando que la ciudadanía se exprese, pregunte, exija respuestas y dé ideas para reformar las propuestas previas, así se hace una campaña pre-electoral; menos horas de Fbook y más proximidad, más calle, más compromiso que el meramente ideológico y más práctica que teoría. Así lo hizo Compromís y ha sido un acierto en todos los sentidos, no porque ha vencido, sino sobre todo porque convenció primero por sus actitudes tangibles y sigue convenciendo tras ganar. Y eso es lo más importante. Hay en la izquierda tanta buena gente que no se merece ese miedo y esa manía de arrimarse a toda costa a un caballo ganador que en realidad está lleno de lañas, grapas y tintes para que parezca lo que no es, un potro joven, cuando en realidad es más viejo que Carlos Marx, porque está aburguesado, intelectualizado hasta hacer de las necesidades del prójimo un camino para ganar al Juegos de Tronos, le falta la decencia, el amor por la verdad y la originalidad que tuvo nuestro ilustre abuelo ideológico. Estos son solo un parche en la rueda pinchada de la vieja politica. asi que acabemos con la comedia y dejemos este baile de carnaval que solo nos esta quitando energia y el precioso tiempo que necesitamos. Animo y si, se puede. Por supuesto que se puede.

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