martes, 14 de julio de 2015

A Podemos


¿Para qué quiere ganar las elecciones?
El único rasgo que quizá permitiría definir a Podemos como partido de izquierdas es la aguda, rabiosa repelencia que le inspiran otros partidos de izquierdas. Nada en sus deslavazados y gaseosos programas nos permitiría situarlo en la izquierda, de no ser por su fobia histérica a las banderas rojas. Ha bastado una modesta proposición de unidad para que estos benévolos caudillos pierdan los nervios y den lo mejor de sí mismos: "cabecitas de ratón", "pitufo gruñón" y la fe mesiánica en que ellos son "los revolucionarios de verdad, no los de las banderitas y los pósters.
Aparte del anticomunismo rampante de Podemos, ¿qué es lo que les da tanta alergia en la unidad de la izquierda?
Pablo Iglesias ha dejado claro que lo único que codicia es ganar las elecciones. A mi modo de ver, ésa es la diferencia principal y lo que impide a Podemos ser de izquierdas.
Un proyecto de confluencia y unidad popular, si es de izquierdas, no es nunca una simple estrategia electoral. Es algo más importante: se trata de desencadenar un proceso para elaborar una alternativa de izquierdas. Se trata de un trayecto hacia la definición de cuál es la política de izquierdas que queremos hacer, cuáles son las medidas y acciones principales en las que ponernos de acuerdo y cuál es el programa que podemos ofrecer. Programa, digo, no una lista de sugerencias o carta a los Reyes Magos, como lo entiende al parecer Manuela Carmena. Es decir, el proceso de unidad que permita pensar y edificar un proyecto de izquierdas es lo decisivo, puesto que ganar las elecciones sin un proyecto es, para la izquierda, impensable. Si se avanza en la reformulación de la izquierda, habremos hecho mucho y cumplido el objetivo, incluso aunque no se ganen las elecciones ahora. El resto es cuestión de trabajo, paciencia y persuasión.
Podemos, salta a la vista, no está en esto, sino en la política como mercado en el que da igual gato negro o blanco, siempre que cace ratones; está en la misma posición que bien conocemos en el PP y el PSOE: el objetivo es ganar elecciones, lo demás no tiene importancia.
Tal y como lo veo, la unidad no es una forma de sumar votos, sino que es es en primer lugar la manera de comenzar a redefinir la izquierda y a construir una alternativa. Tenemos que trabajar y preguntarnos qué es la izquierda o qué izquierda queremos. Es decir, tenemos que explicar para qué queremos ganar las elecciones. Ése es el verdadero trabajo que la unidad impulsará y sólo eso permitiría ganar elecciones. ¿De qué sirve ganar como ganó el PSOE en el 82, para gobernar luego como gobernó?
A Podemos, por tanto, le preguntaría lo mismo que en la izquierda nos preguntamos a nosotros mismos: y ustedes, ¿para qué quieren ganar las elecciones?
Nadie que no pueda responder a eso con claridad y un proyecto creíble y articulado merece ganar ninguna elección. La unidad de la izquierda es, más que una estrategia electoral, la forma de hacernos esa pregunta y responderla. Unidad sí, pero para ponernos a trabajar, no para recoger votos.

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