viernes, 17 de octubre de 2014

SEAMOS CRÍTICOS E INNOVADORES DE VERDAD

                                         


Encuentro en mi muro una sugerencia jovencista. No joven. Lo joven es inédito, lo "jovencista" es lo viejo disfrazado de joven. Al carecer de cosas mejores y atrevimiento para inventarlas están barnizando los cascotes y remiendos del apaño keynesiano con ilusiones repetidoras de lo mismo, creyendo que están descubriendo la pólvora y ya sabemos lo que  dura la pólvora encendida... A ellos me dirijo en esta reflexión.

¿A qué precio de insostenibilidad planetaria pensáis crear vuestros empleos? Anclados en la perspectiva de los años 30 del pasado siglo, de la mano de Keynes, que inventó un zurcido temporal para salir del paso, que a su vez derivó en la productividad que desembocó nada menos que en la segunda guerra mundial y que se está convirtiendo en dogma salvador para estos tiempos de cambio imprescindible...En ese plan, lo que no acabe de rematar el mercado financiero de hoy, lo acabaréis de rematar vosotros con la misma mentalidad fósil e invasiva de la competitividad y la depredación-ambiente de los recursos, ya contaminados y en caída libre.

Hace falta otro tipo de inteligencia que no sea la que nos ha programado para crecer infinitamente en un mundo de recursos limitados. Lo importante no es el dinero ni el trabajo como única prebenda "digna", que es el arma mejor camuflada de la esclavitud.No es el trabajo lo que dignifica al hombre, sino el hombre el que debe dignificar cualquier cosa que haga, para eso lo primero es que se humanice y deje de vivir drogado y abducido, desarrollar conciencia usando los problemas que su misma existencia genera, como herramientas sanadoras de su enfermedad bulímico-social, entre angustia por la supervivencia y hostilidad con el medio. Os han inculcado los valores al revés y en vez de tener una finalidad ética que modela y crea intectualmente los medios nuevos adecuados a cada periodo evolutivo, cívicos e inteligentes, se os ha programado para que, repitiendo fórmulas del pasado, convirtáis en finalidad los medios y sigáis produciendo para un ecosistema sin salida, pura entropía. Que se muere lentamente mientras mata y devora a su sustento humano. Hay que superar la animalidad, de la que el ansia consumidora y acumulativa y la violencia para sostenerla son los síntomas inequívocos de su degradación. Capitalismo y comunismo no se diferencian tanto como cuentan las propagandas. Si así fuera ni Rusia ni China, tras muchas décadas de "conversión comunista" habrían derivado en lo que ahora son: una manifestación virulenta del cáncer capitalista y mafioso. Por eso no es nada raro mezclar instintivamente hoz y martillo con propuestas keynesianas. Los dos polos se atraen y se retrosustentan. Si uno desapareciera lo haría el otro a continuación. Porque se regulan entre sí. Ahora se ha roto el eje destroyer tradicional e insostenible, el capitalismo neoliberal ha tomado la tiranía comunista de la austeridad como línea ejemplar de flotación y el comunismo le ha cogido afición al dinero como combustible económico per se, ya no es el trabajo digno (que era otra tapadera de la misma esclavitud)sino la plusvalia descarada de la explotación del ser humano currante la que mantiene el Estado a cambio de reventar trabajando manipulando y engañando a todos , como a chinos, precisamente. Qué curioso.

Así que ante el naufragio del pastiche, como no se ha aprendido a ser, se vuelve a los viejos métodos del tener y poseer al precio que sea. Y se sacan los disfraces del desván de los abuelos y se evocan sus fantasmas y sus fantasías. Pero no sirve ni servirá de nada. Los tiempos no coinciden. Ni el Planeta es el que era. Ni las conciencias las de entonces. Ni el código de la sensibilidad humana es el mismo. No podemos usar las ropas del baúl, ya no cabemos en su tallaje. Es imprescindible cambiar de todo para sobrevivir.

¿No os llama la atención el hecho de que se repita constantemente lo peor, desarrollando tantas maravillas y avances? ¿No vemos que algo muy grande y fundamental está fallando y se nos escapa? Es que aún no hemos abandonado el estado del homo habilis pero estamos convencidos de que somos ya sapiens. Y es la realidad del Planeta la que va haciendo entender el gran error, garrafal, con agotamiento de recursos, contaminación insoportable, guerras por la supervivencia en todas partes, pandemias por hacinamiento y falta de conocimiento de lo que se maneja, avaricia enfermiza de los poderosos y rabia violenta de los oprimidos, que cuando toman el poder resultan tan viles como los opresores derrotados. Y a veces hasta peores. ¿No véis que es un terrible error de fondo y no sólo un problema de emergencias e ideologías mareantes e inservibles? Pensemos con miras más amplias, superando las milongas de otros tiempos y aprendamos a ver que las circunstancias del medio son la líneas maestras para la acción, no los dogmas de la edad de piedra política y social, cuya repetición acabará como el rosario de la aurora: en el mismo sitio del que salió.                    

                                  
                                                

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