lunes, 13 de octubre de 2014

La voz de Iñaki


¡Qué bien nos vendría un presidente del Gobierno!

13 de octubre de 2014  | por Iñaki Gabilondo |  

Gabilondo reflexiona sobre la falta de liderazgo y la ausencia de un jefe del Ejecutivo para los grandes asuntos como el del ébola.
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Una disyuntiva obscena

9 de octubre de 2014  | por Iñaki Gabilondo |   |  

 
Iñaki centra su reflexión de este jueves en la carta abierta remitida por 60  grandes ejecutivos europeos de la industria siderúrgica a las máximas autoridades europeas planteando la disyuntiva de o seguir contaminando o empobrecernos. 

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Hoy tenemos ración doble de Iñaki. El jueves, como era festivo en Valencia y tuvimos feria en el  barrio no hubo tiempo para buscar su video, pero hoy lo recuperamos porque vale la pena escuchar los argumentos del la flor y nata de los grandes ejecutivos de nuestra desvencijada Europa justificando su escasez de inteligencia y creatividad, su capacidad alucinante para ahogarse en el mismo vaso de  agua (sucia) que ellos mismos han llenado hasta los bordes y con cuyo lodo están salpicando la historia contemporánea de nuestro aperreado Continente. Parece mentira haber llegado a tal declive embrutecedor cuando paseas por Aquisgrán y la plaza de las Escuelas Palatinas o por delante de La Sorbona o te pasas por el Museo del Prado o por Florencia o por Santa María del Naranco o por el viejo ayuntamiento de Nancy o en Rotterdam te tropiezas con la luz indeleble de Erasmo o en Toledo se te llena el alma de los ecos multiculturales de una Escuela de Traductores medieval, que está a años luz de la franja de Gaza...Es demencial. De locos, como ayer comentaba García Montero. Qué manera más absurda de torcer el sentido del progreso, de confundir churras con merinas y la velocidad con el tocino. Y encima, chantajeando. Con una garrulez estrepitosa y sin sonrojarse siquiera por por la abochornosa disyuntiva. El casposo razonamiento está en la línea de aquellos personajes hundidos en la miseria, en la delincuencia y en la droga, que allá por los 80 te salían al paso, engominados y peripuestos, alredor del supermercado o de las zonas comerciales con su letanía entre miserable y cínica:"oyes, rubia, dame algo palautobús, que más vale que te pida a las buenas que no que te atraque". Estos elementos, están en la misma onda. "Oye, UE, como te pongas chula en cuestión de derechos y economía sostenible, te vamos a dejar en el chasis. Y si tú nos dejas a la nuestra, vas a quedar fina con los residuos. Lo tienes fatal hagas lo que hagas, ahí montada en tu toro jupiterino y a toda carrera hacia nadie sabe dónde. Bueno, nosotros sí sabemos adónde te lleva el morlaco olímpico. Te lleva a nuestros garajes, a nuestros maravillosos bancos ruiníferos, a nuestros campos contaminados y bosques achicharrados, a nuestros mares pringosos de chapapote, a nuestros ríos rebosantes de espumarajos apestosos, a nuestros hacinamientos repugnantes. Es tu destino con la marcha que llevas, bonita, pero cada vez menos, claro!, que los años no pasan en balde y tú que has perdido la frescura de la juventud y sin haber tenido el talento de envejecer con sabiduría..."

Europa, sin embargo, como el resto del mundo, tiene aún un recurso inestimable sin explotar: la bifurcación de la inteligencia verdadera en la población normal que quiera despertarse y aprender a vivir en otro registro. Y es una suerte, porque a ese sexto continente que ya se empieza a sentir entre las brumas de la contaminación, del tabaco y los efluvios de la basura, sólo tendrán acceso los despiertos, no porque quieran discriminar a los dormidos, es que sin despertarse es imposible caminar hacia ningún lado que no sea hacia el abismo sonámbulo de la nada. Y ese despertar no lo puede provocar nadie más que uno mismo. Es el método de la selección natural. Dentro de no demasiado tiempo habrá dos planos existenciales clarísimos, separados entre sí. El de la conciencia y el de la inercia. Y sólo se podrá entrar en el primero mediante el cambio ontológico. Del ser. Por una transmutación esencial e intransferible del ADN energético. Y eso no se estudia en ningún master, no  está en los PDFs de la red, ni en ningún libro secreto de ninguna biblioteca friki. Se genera dentro de cada uno con un fuerte y persistentemente sostenido deseo de abandonar para siempre la mugre y las tinieblas de la cerrazón egocéntrica, el miedo, la ira, la crueldad, la pereza, la manipulación, la soberbia estúpida y la mentira. En esa onda irán apareciendo los nuevos recursos, la sincronicidad como vía de salida hacia el nuevo estado. La belleza transformadora y luminosa en un nivel que ahora ni siquiera se puede imaginar. 
Y se irá comprendiendo que lo que los selectos mastuerzos de la "élite" destroyer llaman empobrecimiento es la llave de nuestra nueva riqueza, que ellos no pueden ver ni valorar. Es la fuerza del alma humana en su esplendor, en su gozo compartido capaz de transformar la materia en energía y la energía en bien común, hecho y cuajado en realidad tangible con la sustancia de la inteligencia emocional que abre las compuertas de lo insólito, de lo sorprendente en su sencillez.  Otro lenguaje. Otro entendimiento. Otra lógica. Todas las tradiciones de conocimiento profundo lo han adelantado a lo largo del tiempo en todas las culturas que han alcanzado ciertos planos del entender y del conocer. Los grandes poetas, filósofos y músicos, lo han entrevisto desde siempre. Les llaman "místicos" o raros, pero en realidad, son los normales. Lo otro es el manicomio contagioso. Como muy bien ha descrito ayer el poeta Gª Montero. Y la vía inicua e idiota en la disyuntiva de arruinarse o extinguirse como apuntan los 60 jinetes del Apocalipsis industrial.
Todo a su tiempo. Como las estaciones. No hay prisa ni debe haber pausa en el camino interior. La mirada cambiará y entonces la mirada mutará el paisaje. Con la elegancia natural de lo más simple. La volutad cuántica es sustancialmente ética. La ética no es sólo un método de conducta moral, es además la respiración del genoma humano en su más alta expresión; la quintaesencia de la vida cósmica, que es visible e invisible  en dos caras de la misma realidad.

No debemos temer nada ni a nadie. Ni perder el tiempo en combatir lo que ya se está muriendo en este tiempo porque toca que se termine. Es el ciclo entrópico del desgaste mal entendido. Si lo combatimos lo alargamos, si hacemos lo contrario acortaremos el sufrimiento de lo que se resiste a desaparecer aferrado a nuestros estados negativos del ánimo y de la mente.

Nuevos retos requieren nuevas actitudes vitales y nueva disposición de la mente y de la emocionalidad.

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