jueves, 9 de octubre de 2014

Gobernados por Torrente

Parece una casualidad pero no lo es. Santiago Segura es un augur de los de antes, de aquellos que leían el porvenir en el vuelo de la aves o en los posos del garum en la época romana. Lleva años adelantado a su tiempo y columbrando el tenebroso estro de un porvenir patrio más negro que la antracita. Dando forma a la pesadilla social más pringosa y, al mismo tiempo real, como la vida misma. Ha ido practicando un vudú cuántico. O lo que antiguamente se llamaba maldición gitana o plaga bíblica, según la magnitud territorial del conjuro: particular o colectiva. Y hétela aquí. Coincidiendo con la 5ª entrega de su repulsiva creación más exitosa, casposa y vomitiva. Torrente, que por cierto coincide onomásticamente con un municipio valenciano de pedigrí paisajístico. No hay casualidades ni gürtelelidades sin consecuencias. A cada uno lo suyo. Y la cabra tira al monte, y en este caso, con toda propiedad, que Torrente City en montes está puestísima. 
Pero Segura, seguramente, of course, no calculaba el poder convocador de su indescriptible criatura, esa capacidad para marcar tendencia y establecer paradigmas de masa crítica, recogiendo del acervo patrio la quintaesencia de la putrefacción  nacional. Y ahí, con tesón, apalancando mugre, pasito a paso, trama a trama, trinque a trinque, pifia a pifia...hélos y hélas aquí, los y las Torrentes ppero-terminators, con su ébola como apoteosis final de un trienio de suburra en la chequera como broche de oro, del que caga el moro...tal como decía la vox populi  cuando yo era chica para señalar las joyas de oro falso de la "torrentería" del momento ('oro alemán' llamaban, en otro alarde de clarividencia ultra temporal, a la versión lumpen del hipervalorado metal) Está claro que visto lo visto ninguna expresión por burda y hortera que parezca, se pronuncia  en vano. La Palabra tiene un poder autorrealizador infinito. No es nada raro que mediante ella se haya dado forma a todo lo que existe; materializa los pensamientos y deseos, que sin ella nunca aterrizarían en la materia para hacerse visibles.

Pone los pelos como escarpias comprobar el resultado de la  condensación  de bajuras mentales y emocionales y la ignorancia de los españoles en general acerca de las leyes universales del sentido común y eso que las tenemos bien plasmadas en el refranero popular a base de observar su eficacia. "De lo que se come se cría", "no es oro todo lo que reluce", "dime de qué alardeas y te diré de lo que careces", "cría cuervos y te sacarán los ojos", "a quien a buen cacique se arrima, buenos trinques le cobijan", " si me votaste no me acuerdo", "quién te ha visto y quién te ve", "al pan, aire y al vino agua", "sistema corrupto más pueblo simplón, permiten gobierno canalla y ladrón", "quién de su mente es el dueño, de su corazón señor y de sus instintos rey, no necesita partidos, ni políticos, ni ley"  ....en fin...que por falta de pistas no será. Pero nada. De poco vale el conocimiento ante una educación que sólo domestica y adiestra. El resultado es la España-Torrente. O sea, la España Perejil, La España-Gürtel, la España-EREs, la España-Tarjetas,la España-Borbón-Urdangarín, la España cuchillas-frontera, la España-Wert, la España-Mato,  la España-Montoro-Guindos-Morenés, la España-Gallardón, la España-González-Guerra, la España-Aznar-Botella, la España-Rajoy-Fabra-Zaplana-Barberá. La España-Rouco. La España-Sicav. La España-Sareb. La España bruta que machaca al mosquito porque es chiquitillo y se deja comer por el tigre porque tiene muy buen planta. La España-Torrente, para cerrar el ciclo.

Llevamos desde el 78 gobernados por Torrente, paisanos, y encima votándole con una sumisión vergonzosa, bajo sus dos modalidades naturales: "polimalo"-"polibueno", pero los dos metiendo mano en la olla y llevándose nuestros impuestos al alimón, a cambio de "no poder hacer nada hasta la próxima legislatura". Mucho hemos aguantado sin querer caer en la cuenta. Después de la ruina general, del robo a mano armada, del machaque de todo derecho y de toda dignidad, nuestro Gobierno es obra de Torrente. Esto sólo se puede arreglar cambiando. No de gobierno ni de partido, que todo sale del mismo sitio, sino cambiando de inteligencia, de percepción, de método y de conciencia. En estado Torrente, sólo podremos seguir eligiendo torrentes. Sí, con portafolios, con otras palabras, con otras promesas, con otros programas, quizás con diez títulos universitarios por barba, pero concedidos por más torrentes ilustrados, barnizados con el mismo ungüento y con el mismo material de base disponible. Sólo nosotros, despertando de una vez, del mismo engaño de siempre, podremos salir de esta. No nos va a sacar nadie, ni siquiera Podemos, si le conferimos la "otredad" salvadora como hemos hecho desde siempre, dejando la fuerza de nuestro poder social en las manos de los mejores milongueros del momento y si no los superamos con nuestra lucidez solidaria, ciudadana, cooperativa, participativa, lúcida, sensata, valiente, horizontal y soberana. Una España crítica y estratégica que no vote jamás por rabia en masa, porque se da cuenta de que lo peor que le puede pasar es que la gobierne una mayoría absoluta del color que sea. Si las cosas de verdad se arreglan negociando, solamente, no demos nunca más el voto masivo a nadie, porque le convertiremos en tirano, aunque sus intenciones actuales no sean esas. El poder corrompe per se y si es absoluto lo hará absolutamente y sin freno posible. En el ébola tenemos el ejemplo más inmediato. Un gobierno minoritario no habría podido traer a España ese virus porque la mayoría parlamentaria nunca lo habría permitido, le habría exigido votar en todo derecho dado el peligro de la decisión y habrían parado el disparate.
Acabemos con Torrente, antes de que Torrente nos borre del mapa para seguir viviendo de nuestra miseria y de nuestra resignada esclavitud. Sí se puede! Y que nadie se apodere en exclusiva partidista de nuestro lema. Sin miedo ni borreguismo, sin "fe ciega" en nadie que busca el poder y que sólo ve soluciones en "ganar" como sea. Unidad ciudadana ética y solidaria. Y a por todas.

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