Se ve el plumero a kilómetros. Para justificar las injustificables
atrocidades del sionismo contemporáneo contra los infelices y torturados
palestinos, era preciso sacar a pasear la historia de los torturadores
que no han sabido superar su trauma de torturados históricos e
histérico-rencorosos, por el nazismo y por ello decidieron ensañarse a
su vez con otros seres humanos indefensos como sus antepasados
lo fueran ante Hitler y sus atrocidades invasoras. Qué asco. Lo siento
por Patrick Modiano, pero no voy a leeer ni un renglón de su maravillosa
narrativa, que llevando desde el 68 en el candelero, sólo ahora
precisamente se reconoce con el Nobel. Lo curioso de los hebreos es la
selectividad de su rencor. No la han emprendido con Alemania, al
contrario, se llevan de lujo con ella. Está claro que el euro tira mucho
más que la humilde moneda palestina, obviamente. La bajeza de Israel es
enconar su odio contra los pobres de la tierra. ¿Qué pensará su Dios,
el de los profetas? Sí, ese que celebran todos los sábados por la noche,
mientras les mira apabullado bombardear, aislar, tirotear, destruir,
enfermar y matar de hambre, dolor y metralla a seres a los que
previamente les van quitando el suelo que pisan, al agua que les hidrata
, el aire que respiran y la tierra que les da de comer. ¿No le
avergüenza a la Academia Sueca caer tan bajo en humanidad? A este paso,
los escritores con conciencia acabarán espantados cuando se les nomine
para recibir tal reconocimiento y el verdadero premio de Excelencia,
será rechazarlo. Hay cosas en las que ni los millones ni el caché,
compensan la pérdida de esencia humana. Enhoramala, Modiano. Y qué
tristeza.
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