Comienza el aterrizaje
Gabilondo reflexiona sobre el aterrizaje en la política de Podemos basándose en la asamblea de este fin de semana y concluye que nunca hemos visto un partido nuevo con tanta ambición::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
El lado bueno de este mogollón Podemos, de su Asamblea General "Sí se puede", es que por fin se le ha puesto corporeidad al imperio de lo invisible. Y puertas a un campo que no acababa de aceptar el reto.
"No es bueno que el hombre esté solo" dice el Génesis que se le ocurrió sentenciar al triángulo de Dios antes de crear a Eva a partir del apéndice óseo del pobre Adán, que menuda faena, una vez ya puesto en marcha, insuflarle un sueño en plan anestesia general y arrancarle su costilla flotante como si la cosa no fuera con él. Desde luego, qué peligro tiene ser un Dios todopoderoso y que encima te crea a su imagen y semejanza sin contar contigo, así, por su divina voluntad, vaya y te quiera arreglar la vida, la pareja y el futuro...en pleno ataque de todopoderosismo incontenible. Ni que él también fuese de Podemos y colega de Pablo Iglesias; se ve que todo se pega. Como el ébola.
Y si no es nada fácil hacer de una costilla una chica monísima y en edad de merecer, tampoco es moco de pavo hacer un partido de una ambición de largo recorrido, hasta llegar a Podemos, que hasta ahora ha estado flotando en las procelosas mareas de la incertidumbre, entre ser ciudadanía autónoma y remangada asambleariamente, o ser ya, de arranque, el cortijo del señorito alternativo y sus mayorales y mayoralas.
Esto del señorito alternativo es un signo de los tiempos. Y requiere una pericia que no está al alcance de cualquiera. A la vista está. En Podemos hay muchos integrantes, pero un solo señorito, ése que se hace con el micro como si fuera una piruleta, que lo mismo ficha por Intereconomía que por Marilyn Monroe, hapyberdaytuyou incorporado, que igual se monta una colección de Winchesters 75 con mira telescópica para demostrar que es demócrata de los de toda la vida, que se va a Palestina en peregrinación, suelta palabras-sopapo que aturden y descalabran el dudoso pudor de Juncker o que, como El Cid, en Santa Gadea y a golpe de juramento, le saca los colores al lucero del alba si no demuestra que no es casta y que antes de asomar por el horizonte mañanero no se ha pulido los fondos reservados del firmamento; es the one. Hasta tal punto, que siendo la ciudadanía materia prima 15M, el fermento y la levadura de Podemos, casi la está haciendo apostatar de su 'error' y entrar en el culto fervoroso del nuevo avatar. O sea, él. El señorito alternativo y su corte de abencerrajes que no se corta por nada del mundo.
A pesar de tanta devoción y sobeteo, parece que la parte más centrada y menos abducida de la ciudadanía está mucho más despierta y espabilada de lo que parece a simple vista, y no acaba de asumir el marrón. Menos mal. Y aquí enhilamos el principio del texto: la Asamblea General está resultando salomónica. Y de lo que elijan las dos madres en litigio -la verdadera y la postiza- se decidirá cuál de las dos es la auténtica o también si en realidad las dos son de verdad o las dos son más falsas que el feminismo de Cañete y la humildad del gran avatar. La que está empeñada en que partan a la criatura-Podemos por la mitad, aunque se muera, o la que dice: te la dejo entera para que no la mates en tu afán de poseerla y darme la mitad.
La realidad es que los ciudadanos andan al margen del espectáculo salomónico y sólo pintan algo cuando los brahmanes les hacen caso, les sonríen forzadamente o se hacen fotos con ellos. O el boss les ordena imperiosamente y con cajas destempladas que no aplaudan, que silencio de una vez, no se sabe muy bien por qué. Y ellos, obedecen, también sin saber porqué. La masa no necesita razones sino imposiciones y las emociones que el impacto impositivo genera en el inconsciente comunitario. Con eso va que chuta. La masa, claro.
Pero no todo el monte es orégano ni todo mogollón aparente es masa genuina. Hay, además, ciudadanía en estado naciente desperdigada entre las sillas. Recuperando o descubriendo por primera vez fragmentos imprevistos de conciencia. Se les nota en la mirada resistente y/o sorprendida por los hallazgos in situ, que les están desvelando paisajes inesperados, golpes zen sin contemplaciones. Ah, ¿era esto? Ah, ¿ es esto? Ah, ¿será esto? Y así van avanzando como en la canción de Branduardi. A piedi nudi. A braccia azate. Suonann tambura. Ballanno i santi. Son el futuro en cuanto abren los ojos y empiezan a ver. Por ellos ha valido la pena llegar hasta aquí. Y seguir el camino juntos. Saliendo de la entropía. Rumbo a la bifurcación.
La realidad es que los ciudadanos andan al margen del espectáculo salomónico y sólo pintan algo cuando los brahmanes les hacen caso, les sonríen forzadamente o se hacen fotos con ellos. O el boss les ordena imperiosamente y con cajas destempladas que no aplaudan, que silencio de una vez, no se sabe muy bien por qué. Y ellos, obedecen, también sin saber porqué. La masa no necesita razones sino imposiciones y las emociones que el impacto impositivo genera en el inconsciente comunitario. Con eso va que chuta. La masa, claro.
Pero no todo el monte es orégano ni todo mogollón aparente es masa genuina. Hay, además, ciudadanía en estado naciente desperdigada entre las sillas. Recuperando o descubriendo por primera vez fragmentos imprevistos de conciencia. Se les nota en la mirada resistente y/o sorprendida por los hallazgos in situ, que les están desvelando paisajes inesperados, golpes zen sin contemplaciones. Ah, ¿era esto? Ah, ¿ es esto? Ah, ¿será esto? Y así van avanzando como en la canción de Branduardi. A piedi nudi. A braccia azate. Suonann tambura. Ballanno i santi. Son el futuro en cuanto abren los ojos y empiezan a ver. Por ellos ha valido la pena llegar hasta aquí. Y seguir el camino juntos. Saliendo de la entropía. Rumbo a la bifurcación.
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