Tras el terremoto electoral
Gana el PP porque el PSOE se hunde aún más, porque en el bipartidismo de los ciegos el PP es el menos tuerto de los dos.
IU ha triplicado sus escaños pero se equivocarán si consideran el resultado como un éxito arrollador.
Si con un proyecto recién nacido han logrado cinco escaños, ¿hasta dónde puede crecer Podemos?
IU ha triplicado sus escaños pero se equivocarán si consideran el resultado como un éxito arrollador.
Si con un proyecto recién nacido han logrado cinco escaños, ¿hasta dónde puede crecer Podemos?
Seis personas se acercaron a la sede del PP para
celebrar la "victoria" que ha dejado "satisfecho" a Miguel Arias Cañete.
Seis. No hubo fiesta en Génova 13 porque el partido con más votos en
las elecciones europeas habría tenido más dirigentes dando el discurso
en el balcón que público aplaudiendo desde la calle. Fue solo una de las
anomalías de la noche electoral. No la mayor.
No
había mucho que festejar en Génova 13. Gana el PP porque el PSOE se
hunde aún más, porque en el bipartidismo de los ciegos el PP es el menos
tuerto de los dos. Los grandes partidos que han gobernado España desde
que terminó la transición se dejan un tercio de sus votos y de sus
escaños. Por primera vez en la historia democrática española, entre PP y
PSOE suman menos de la mitad de los votos: el 49%.
¿Es el nuevo suelo o el inicio de un declive que irá a más? Está por
ver, pero basta con mirar a Catalunya –donde el PP y el PSOE pierden la
mitad de sus votos y apenas llegan 24%, casi lo mismo que ha logrado
ERC– para que quede claro que siempre es posible caer más. El resultado
electoral es un terremoto que sin duda va a provocar cambios profundos
en la política española. No habrá que esperar mucho para que veamos los
primeros síntomas. Esta semana, a más tardar.
En el
PSOE, no se extrañen si en unas horas Alfredo Pérez Rubalcaba anuncia a)
que no se presentará a las primarias o b) que renuncia a la secretaría
general –menos probable, aunque todo puede pasar–. Sea cual sea su
decisión, su tiempo al frente del PSOE está muy cerca de terminar. Si
recurre a la opción c (no hacer nada), serán sus propios compañeros de
partido quienes exijan su salida y el adelanto del calendario de
primarias. No quedan más alternativas después de obtener el peor
resultado de la historia del PSOE; peor incluso que la anterior marca,
que el propio Rubalcaba cosechó en las elecciones de 2011. Esta vez, el
culpable ya no puede ser ZP.
En IU, han triplicado
sus escaños pero se equivocarán si consideran el resultado como un éxito
arrollador. Ésta era una de sus mejores oportunidades en dos décadas y
su 10% de los votos queda incluso por debajo del resultado que logró IU
en las europeas de 1994. Entonces, frente a un PSOE mucho más fuerte que
el actual, sacaron un 13,44% de los votos.
Visto el
resultado, escoger al poco ilusionante Willy Meyer como cabeza de lista
de IU por tercera vez consecutiva probablemente fue un error. Como lo
fue despreciar a Podemos, que ha demostrado que el enfado de la sociedad
es tan inmenso que las siglas ya no sirven por sí solas. En IU pensaban
que Podemos sería Equo II; que Pablo Iglesias les mordería unos cuantos
votos, pero no supondrían una amenaza mayor. Ahora tienen en frente a
un nuevo partido, el gran triunfador de estas elecciones, que ha sido
capaz de colocarse como cuarta fuerza política en solo unos pocos meses y
que incluso está por encima de IU en autonomías tan importantes para la
izquierda como Asturias o Madrid. Hasta en Rivas Vaciamadrid, el gran
feudo municipal de IU, Podemos ha resultado ganador.
El millón doscientos mil votos de Podemos no solo sale de IU o de su
hipotético crecimiento. También –y en mayor número– del PSOE. El partido
liderado por Pablo Iglesias se ha colocado por encima incluso de UPyD.
De su habilidad dependerá gestionar un éxito que supera todas las
encuestas y también sus propias previsiones. Hace apenas una semana,
Juan Carlos Monedero, gran ideólogo del proyecto, esperaba tres escaños y
entonces parecía algo difícil de alcanzar.
Si con un
proyecto recién nacido han logrado cinco escaños, ¿hasta dónde puede
crecer Podemos? ¿Seguirá como un proyecto independiente o convergerá con
IU para buscar así una unidad en la izquierda de cara a las próximas
elecciones? Dependerá de ellos pero, como analiza Isaac Rosa,
no está claro que uno más uno sean siempre dos: parte de los votos que
ambos partidos han obtenido por separado probablemente no habrían
llegado con una lista única liderada por el PCE. Probablemente Podemos
ponga una gran condición para negociar: primarias abiertas. Suena
sencillo, pero para IU sería una gran revolución, que podría dejar a
Cayo Lara en una difícil situación frente a candidatos con mucho más
tirón: además del propio Pablo Iglesias, Alberto Garzón.
Y, ¿en el PP? ¿Pasará algo en el partido o en el Gobierno tras este
desastre electoral? Lo dudo mucho, y no solo por lo poco que le gustan
los cambios a Mariano Rajoy. El PP ha sido de los pocos partidos que,
estando en el Gobierno, han logrado mantenerse como la lista más votada
en estas europeas. Tampoco tienen grandes rivales en la derecha: Vox no
ha logrado entrar; UPyD crece, pero no tanto como para asustar, y
Ciudadanos entra en Europa, pero con la ley electoral se quedaría en las
generales en un fenómeno catalán. Su electorado les ha castigado, sí;
les he dejado sin fiesta en el balcón. Pero en las europeas sale muy
barato castigar.
En las siguientes elecciones, la
derecha se volverá a movilizar e irá de nuevo unida. Si el PSOE no se
regenera, si la izquierda no logra cerrar filas y crecer, en las
siguientes generales, Mariano Rajoy sin duda volverá a ganar. Porque,
para que el PP pierda, hace falta que exista algún partido que logre al
menos un voto más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario