Dos médicos, un empresario de limpieza y seguridad y una
académica que fue tutora del príncipe han recibido la última 'pedrea
real'.
España se va al carajo
si el cielo no lo remedia
mientras intenta salir
de un océano de mierda,
con vocación de fakir
entre derechas e izquierdas
se arrastra en un sinvivir
pero ¿qué puede importar
tan vergonzosa tragedia
ante al desfile real
de marqueses y condesas
de diseño estrafalario
que premia su malestad
con título nobiliario?
Dos emboscados doctores
trufados de anonimato
un empresario que triunfa
con lejía y seguratas
y una prócer de academia
preceptora de Felipe
son las estrellas selectas
en tan rimbombante flipe
Lazarillo en el mercado
pide limosna y choriza
para que el señor Hidalgo
mantenga la imagen digna
los calzoncillos del rastro
y el chambergo reciclado
en una tintorería
que esta semana ha cerrado.
Europa queda muy lejos
de este reino perdulario
Válgame la Macarena
válgame San Picopato
Santa Cáritas Bendita
nos regale otro milagro
y que con Ana Botella
logremos que San Isidro
haga hueco al personal
entre la colas del paro
Vive Dios, señor Borbón,
qué desfase alucinado
sufre vuestra malestad
qué código empecinado
le ha dado por aplicar
en pleno derrape a saco
de toda la sociedad
Tres marqueses de repente
y una condesa además,
en medio de este julepe
que es la ruina nacional.
Qué cutre, qué desfasado,
qué ridículo poddió,
resulta el desaguisado
de ese rito premiador
Da como grima observar
que usted vive en otro mundo
sin que lo pueda evitar
y que los beneficiados
con títulos tan facundos
estén lo mismo que usted
en coma social profundo
volando por las inopias
sin poder aterrizar
Viendo lo que da sí
el trono de lo irreal
y aguantando el frenesí
de su generosidad
que reparte por ahí
títulos y vanidad
colgada del pedigrí
de estirpe tan singular
no se llega a comprender
lo que pinta usted aquí
ni el relevante papel
que el fantasma de Ferrol
le quiso beneficiar
mas se puede colegir
lo que se debe pagar
para que el beneficiado
que el gallego se inventó
abusando a tutiplén
viva como un marajá
y no viva sólo él
sino que viva además
un batallón de adheridos
junto a su trono real
y por si eso fuera poco
va creando marquesados
y condados de zarzuela
en una corte de saldo
más próxima a una opereta
que a Jefatura de Estado
Qué vergüenza, señor rey,
qué bochorno y que penuria
produce en los ciudadanos
el relumbrón de su curia
su delirio hereditario
fuera de tiesto y lugar
su collar y su toison
su trono, su recetario
de protocolo y blasón
es como una ensoñación
o como una pesadilla
o como una maldición
ese juego pilla-pilla
en el que usted pilla todo
mientras el pueblo se humilla
y un gobierno Quasimodo
le reduce a la miseria
y soportando un estado
de enjuague y de desvergüenza
apechuga ya con todo
Sus nombramientos dan risa
y su narcisismo, pena
su injusticia indignación
y su soberbia dentera
Váyase ya don Borbón
deje de nombrar fantoches
y no tense más la cuerda
que amarra la corrupción
e impide que la Justicia
desempeñe su función
No es nuestro Jefe de Estado
al que no hemos elegido
sino un accidente raro
una dura imposición
fuera de tiempo y espacio,
una prótesis de nada
que el destino colocó
representando un papel
como pesado equipaje
sobre una historia cruel;
es solamente el tapón
que impide a los españoles
cambiar la Constitución
y pactar un nuevo modo
para vivir y crecer.
Márchese, Señor Borbón,
y no se deje olvidado
en palaciego rincón
a su príncipe heredero
que la España del futuro
se presenta tricolor
y con el himno Riego
como la banda sonora
de un tiempo mucho mejor
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