Desde que los ciudadanos han irrumpido institucionalmente, y con voz propia, en la rutina desgobernante, a través de la inciativa Podemos, en la que sí se sienten no sólo representados, sino activos protagonistas de la acción, todas las fuerzas catatónicas, no precisamente vivas, sino más bien vivales, del espectro gestor-nutricio, o mamandurria en román paladino, que se mantienen del negocio pseudopolítico han perdido el oremus por completo. Se han desencajado; de repente han olvidado esa distancia fría y aséptica con que se suelen parapetar en el poder y pasar por las legislaturas como si no hubiese ciudadanos por ningún lado, que sólo les sirven de biomasa votadora cada cuatro años para mantener el chollo en pleno auge productivo.
No había tanta declaración en prensa tan estúpida y surrealista sobre el mismo tema y con tanto pánico agresivo desde que la emprendieron con Suárez, desde la La Zarzuela hasta los bedeles del Congreso. La historia de la histeria se repite para demostrar lo poquito que ha cambiado el panorama y que la pobre España es todo menos una sana democracia, viendo fantasmas donde no los hay e incapaz de detectarlos cuando la gobiernan hasta con mayorías absolutas azules o rojas, que acaban por mezclarse a base de pifiarla, en un morado liberador de tensiones y creador de nuevos coloridos para poner un toque de inteligente discreción entre el rojo de la rabia despendolada y el amarillo bilioso de la frustración y de la envidia. El morado, en el budismo, es el color del espíritu y de la humildad de los sabios, que abre las entendederas superiores, y que los budistas sitúan en el séptimo chakra o rueda de energía, justo, en la cúspide del cráneo humano. Mientras el rojo ocupa el chakra de las fuerzas elementales sobre el coxis y el amarillo rige las emocionales mecánicas en el plexo solar, sobre el estómago, más o menos. Las banderas pueden ser una fuente estupenda de información para entender muchas cosas. No sólo el pasado sino también el futuro de los pueblos. Nada es por casualidad cuando la conciencia se despierta y la clarividencia se hace lucidez existencial e ilumina los símbolos para quien renuncia a vivir dopado y en perpetuo sopor.
Y ahora, una vez aclarado el colorido intencional de nuestro pueblo y la energía que predomina en su policromía banderil, pasemos a reflexionar sobre el epíteto que los aterrados opinadores están utilizando cada cinco minutos al hablar de Podemos: antisistema. Claro, que antes de nada es necesario aclarar qué significa sistema. Como casi siempre, es una palabra griega compuesta por la preposición syn que significa "con", unida en este caso a un verbo, îstemi, que significa ordenar, situar, establecer, organizar. Sistema, así, significa "con orden", "organizado", "estructurado". De hecho, el italiano conserva el verbo sistemare para referirse al arreglo personal y al hecho de poner orden en la casa o en cualquier sitio. No hace alusión a la cualidad del hecho. O sea, que se puede estar muy organizado para hacer lo peor tanto como para hacer cosas estupendas. El sistema es la herramienta para trabajar y es absurdo llamar a cualquier acto o pensamiento "antiherramienta". Se cambia de herramientas normalmente para edificar, construir y poner en marcha proyectos. Así pues ninguna herramienta tiene el mando sobre las demás, todas son necesarias. El "sistema" no es un absoluto, sino un útil de trabajo, y como tal se gasta, se queda obsoleto, como por ejemplo el hacha de sílex, las puntas de lanza las técnicas y artes de pesca y caza del Paleolítico y del Neolítico . Fueron herramientas básicas en su momento, que ya no necesitamos porque hemos evolucionado. No por eso negamos la importancia que aquellas herramientas tuvieron en el desarrollo del homo habilis ni somos "antisistema" respecto a la Prehistoria porque simplemente hemos avanzado y superado aquellas técnicas primitivas. Pues lo mismo sucede con el sistema político y la organización social de la economía que no es solo ni mucho menos cosa de dinero, sino de organización sistémica de la sociedad. ¿Cómo puede llamarse "antisistema" a las organizaciones cívicas capaces de estructurarse racionalmente, con respeto, democráticamente, que se autogestionan sin pedir un céntimo al Estado, por medio de la libertad de conciencia y de la solidaridad y que son capaces de "sistematizar" necesidades y soluciones respetando derechos, libertades y dignidad, y que no se niegan a participar en el "sistema" preestablecido que, curiosamente, no las comprende y las ve como enemigas peligrosas, porque desean sobre todo el bien común?
Para poder ver con claridad lo primero es que despojemos a la palabra "sistema" del barniz de 'absoluto' que se le ha colocado porque sí, porque nuestra pobreza lingüística no da para más y crea paradigmas de cualquier cosa sin saber lo que significa,( lo mismo sucede con el oxímoron del "austericidio" o del "parricidio" aplicados al revés; parricida no es el que mata a su hijo sino el que mata a su padre, el que mata al hijo es y debería llamarse 'filicida', lo mismo que un austericidio significa matar a la austeridad y no que la austeridad nos mate, que es lo que está pasando, es esta austeridad cruel la que debería llamarse homicida antibiótica, anti-vida. Y un gobierno o una economía justas deberían ser austericidas o sea, deberían cargarse este tipo de 'austeridad' sin miramientos. También hay que añadir que la austeridad en sí misma es la virtud de la sobriedad, pero utilizada por la injusticia para 'legalizar' expolios criminales y destruir el bien común en favor de unos pocos y con perjuicio de todos los demás, se convierte en un delito de lesa humanidad)
Nos conviene saber que el sistema es un medio para elaborar algo, no un estado "sagrado" de cosas inamovible y a piñón fijo, ni un tipo de sociedad ni de vida. Sólo es una herramienta que el hombre ha creado y recrea constantemente, y que tiene no sólo el derecho, sino el deber, de ir cambiando según avanza el progreso evolutivo de su conciencia si no quiere estancarse, petrificarse, inutilizarse y desaparecer. Que corrompiendo el significado de las palabras se consigue la confusión de la mente y de la voluntad, se bloquea la conciencia para que no despierte y se crean animadversiones y "enemigos" sin base lógica alguna, pero que favorecen a una determinada concepción inamovible del mundo y de la evolución que se ha dado en llamar "sistema" cuando sólo es negocio a costa de las vidas humanas en las guerras y en las "crisis" ad hoc y desorden ético a gusto del poder de turno, que suele ser siempre el mismo, si no es capaz de ser un servicio comunitario, solidario y justo.
Modificando el sentido básico de los conceptos se acaba manipulando a los individuos y frustrando su desarrollo. En eso consiste el engaño de la publicidad, por ejemplo. En dotar a objetos perfectamente prescindibles y frecuentemente peligrosos por contaminación o toxicidad, de cualidades fantásticas que normalmente se quedan en agua de borrajas, que al jugar con la ilusión y la falacia, crean un mundo falso de expectativas irrealizables, pero que es el negocio del milenio. Como las religiones o las ideologías del poder, que se aprovechan del mismo "sistema" o herramienta de crecimiento espiritual y racional-emotivo, haciéndolo intocable e inamovible, para dominar el psiquismo y la orientación existencial de los seres humanos y con ello, imponer y manipular el código de valores, la economía, las relaciones humanas, la educación, la cultura, la salud, es decir, la política que es todo el conjunto de posibilidades e intercambios sociales para poder vivir en paz y en justicia, que es vivir con amor.
Sepan los detractores de Podemos que es una perogrullada y un verdadero sin sentido llamar "antisistema" a una organización cívica y política que trabaja para mejorar la sociedad sin sacar ningún provecho ni prebenda particular, sólo la satisfacción de estar cumpliendo con ese imperativo categórico kantiano que irradia de la conciencia y poniéndolo al servicio de todos, del bien común, y no sólo de los que piensan lo mismo como hacen las sectas, religiosas, políticas o financieras. La irrupción de Podemos en el panorama institucional es una bendición y no un problema para los ciudadanos aunque sea un desafío y una denuncia práctica muy importante para los "profesionales" de la impolítica que hasta ahora ha llevado la vara de mando para vapulear ciudadanos impunemente. Este hecho es un catalizador, una prueba del nueve infalible, que nos mostrará claramente de qué lado y en qué nivel de conciencia civil está cada partido político, según el modo en que reaccione, califique y juzgue este hecho político ya sin vuelta atrás en la historia española. Y europea.
A Podemos lo han calificado de "mesianismo" y mira por donde, aunque torcidamente, se acercan sin darse cuenta al mismo Evangelio de Jesús de Nazaret, paisano y colega de Karl Marx, por cierto y tan crítico con el poder y la religión como él; por eso acabó como acabó, para empezar una r-evolución de conciencia universal que acabó con la esclavitud y las bases de un Imperio como el de Roma, cuyo detritus, ya en las últimas, se apoderó de ese mensaje para darle la vuelta, como hicieron Lenin y Stalin con el marxismo para dar rienda suelta al odio de clases asesino que Marx nunca sintió, y que ahora rusos y chinos rebotados han reconvertido en la peor versión mix entre lo más horrible del capitalismo y del comunismo. En una enfermedad planetaria.
La propuesta de Podemos es una síntesis estupenda entre Das Kapital de Marx y el Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret: "Felices los que sufren, porque serán consolados y ayudados por sus iguales . Felices los noviolentos porque poseerán la tierra. Felices los pobres porque de ellos es el reino de la Vida y mueven el mundo con su r-evolución solidaria. Felices los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados. Dichosos los solidarios porque reciben ayuda de la misma solidaridad en que viven. Dichosos los limpios de corazón porque pueden ver la esperanza y el lado positivo detrás de la dificultad. Y eso es ver a Dios y vivir en su energía que es el esplendor y lo más hermoso e inteligente de la nuestra. Dichosos los que trabajan por la paz porque son hijos del Universo Infinito y no se les puede derrotar jamás, son como las arenas del mar y las estrellas del cielo. Felices los que sufren persecución por defender las causas justas, porque pertenecen al reino más alto de la creación y nunca se van de vacío en esta vida" Ése era el mismo eco renovador, universal y energético que se percibía y se percibe en las asambleas del 15M y es el mismo que los maestros Pablo Iglesias y J.C Monedero han recogido con toda fidelidad. Mucho más cerca del mensaje de Jesús de Nazaret que del neoliberalismo o del leninismo y stalinismo totalitarios y tiránicos que deformaron el mensaje socialista de Marx como el Vaticano deformó el Sermón de la Montaña del indignado, r-evolucionario y conciliador carpintero de Galilea. Ahí está la síntesis y el éxito del 15M o sea, de Podemos, que es mucho más que Pablo Iglesias y su coleta o su condición de tertuliano, eso sí, con bastantes más luces y menos tinieblas mentales y emocionales que la media tertuliana e incluso la media parlamentaria. Una demostración más del poder creador e impulsor que tiene la palabra justa e inteligentemente humana en las situaciones adecuadas.
Cambiar el sentido del lenguaje al pairo de los intereses de la mediocridad y a su servicio miserable, solo conduce a la locura y a la pérdida del sí mismo. A la ruina de los hombres y de la civilización. Aquí dejo este documento que explica muy bien lo que nos pasa. El inicio del prólogo al Evangelio de Juan:
"Al principio ya existía la Palabra
la Palabra se dirigía a Dios
y la Palabra era Dios
Mediante ella se hizo todo
y sin ella no se hubiese podido hacer lo creado.
Ella contenía la vida
y esa vida era la luz del hombre
luz que brilla en las tinieblas
aunque las tinieblas no la han comprendido.
En el mundo estuvo
y , aunque el mundo se hizo mediante ella,
el mundo no la reconoció"
La Palabra como canalizadora del pensamiento y de la emoción es la creadora del sentimiento y el sentimiento es el canal del alma que comunica nuestro interior con nuestro círculo-hábitat, o sea, con el mundo. La Palabra es el primer hecho antropológico que comenzó a diferenciarnos del resto de animales, junto a la verticalidad de nuestro cuerpo. Es la chispa de ignición de la conciencia. Todos somos la misma sustancia, el mismo lenguaje, estamos hechos igual, pero necesitamos la luz de la coherencia honesta para despertar y verlo. Y esa luz se condensa en la misma Palabra de la que estamos hechos. Por eso, cuando alguien puede ver y comunicar la verdad de lo que ve y descubre en el acto de "ver" el esplendor de la realidad en limpio, todos le entienden, ilustrados y analfabetos, creyentes o ateos, pobres y ricos, listos y torpes, se conmueven igualmente con esa Palabra que es la misma Palabra comunitaria y viva resonando como algo cierto y vibrante en el fondo de todos -como define Descartes el descubrimiento indeleble de la verdad- y entonces se reconoce esa idéntica realidad en cada uno como verdadera. Como el diapasón que armoniza la misma nota en un coro de voces diversas o el La del violín concertino en una orquesta. Esa energía fresca y sanísima mueve el mundo. Y Podemos está impregnado de ella. Los representantes electos sólo la han canalizado pero no les pertenece, son ellos , con todos, los que pertenecen y pertenecemos a esa misma energía de liberación universal. Unos lo descubren antes que otros, dependiendo del espesor que tenga el ego elemental desparramado sobre la coraza racional-emotiva con los hábitos rutinarios y autómatas del equipaje cultural y educativo y, por supuesto, también depende especialmente de la capacidad de reacción sensitiva de la inteligencia emocional de cada uno, que determinará el uso que se dé a la libertad del propio albedrío para poder elegir lo más adecuado, lo más mediocre o lo más destroyer.
El único modo de ser medianamente "antisistema" es no 'sistemar' nada, no dar un palo al agua, no comprometerse en nada, no cooperar con nadie , funcionar a base de órdenes e imposiciones ilógicas o injustas, que ni siquiera se ponen en duda o en tela de juicio, vivir en plan rebaño ensimismados en el miedo o en el vacío de sentido, pasar de todo y pretender que las cosas se arreglen por arte de birlibirloque sin hacer nada, dejando que cualquier "sistema" en el que no participas ni te mojas, decida por ti. En buena lógica los que quieren cambiar las cosas para mejorar la sociedad no son precisamente "antisistema", sino pro-sistema, que no es el que, obviamente, pretenden superar con mejores condiciones, con más iniciativas y creatividad, con más ética, sino un sistema más sano y humanitario. Más justo y equilibrado. Ante esa evidencia, Rajoy sí que es antisistema. Es incapaz de aportar nada que arregle algo para bien o para mal de todos, si no le dan las órdenes desde algún sitio. Y si el barco puede hundirse y Merkel no manda otra cosa, que se hunda. Los botes salvavidas ya están a buen recaudo en Suiza preparados para el naufragio del Estado y el ahogamiento de la población. Aunque Rita Barberá no piensa saltar por la borda como las ratas; sus poderosas razones tendrá en la recámara. Ains!
Todavía se les han concedido demasiados escaños para el Parlamento Europeo. Pero ya queda menos.
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