Sin rubor
Juan José Millás
9 MAY 2014 - 0
En plena recuperación, sí, ahí estamos, con unos índices objetivos de
bienestar y crecimiento que no se conocían en decenios, una disminución
del paro exagerada, un aumento sostenido de los salarios, una perpetua
revalorización de las pensiones, un aumento galopante del empleo fijo,
una proliferación insólita de las exportaciones… Créannos, la realidad
miente. Somos el asombro del mundo, la locomotora de Europa. Tomemos el
parámetro que tomemos, ganamos por goleada a Grecia, a Italia, a
Portugal, ganamos a todos nuestros competidores, pero ganamos en
especial a la anti-España de siempre, que no soporta lo bien que
funcionan nuestra Educación, nuestra Justicia, nuestra Sanidad, la
anti-España ceniza que abomina de los toros y a la que le produce ardor
de estómago la ausencia total de corrupción entre nuestros políticos.
Vamos sobre ruedas, no hay más que asomarse a la deuda externa, que
apenas alcanza el 100% del PIB. Nuestros científicos descubren una
vacuna nueva cada día, somos vanguardia en innovación tecnológica, la
imagen de nuestros deportistas se venera en los lugares más recónditos
del universo mundo, tenemos ya garantizada, sin haber jugado el último
partido, la Champions League. Cuando termine la actual legislatura, solo
habrá 600.000 o 700.000 parados más de los que dejó Zapatero.
¿Qué más? Da igual, podríamos seguir enumerando una por una, y en orden alfabético, todas las conquistas llevadas a cabo por el PP en apenas dos años y aun así calarían más en el electorado las mentiras de la realidad. La realidad miente, sí, con una apariencia tal de verosimilitud que no hay manera de llevarle la contraria. Ni Rajoy, conocido por sus verdades como puños, es capaz de arrancarle la careta. Miente sin pausa, sin rubor, sin escrúpulos morales de ningún tipo. Jodida realidad. A ver si la prohibimos.
¿Qué más? Da igual, podríamos seguir enumerando una por una, y en orden alfabético, todas las conquistas llevadas a cabo por el PP en apenas dos años y aun así calarían más en el electorado las mentiras de la realidad. La realidad miente, sí, con una apariencia tal de verosimilitud que no hay manera de llevarle la contraria. Ni Rajoy, conocido por sus verdades como puños, es capaz de arrancarle la careta. Miente sin pausa, sin rubor, sin escrúpulos morales de ningún tipo. Jodida realidad. A ver si la prohibimos.
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