martes, 16 de octubre de 2018

Disparate y chifladura suelen ser fetos siameses. Y desde que la derecha catalana tomó posesión del independentismo, parece que ese fenómeno se ha convertido en el tobogán que conduce al precipicio, aun más para Catalunya que para el resto del estado. Aunque es posible que los desajustes de Torra acaben por quemar a los mismos que lo han colocado adonde nunca debió llegar, si la salud mental y emocional fuesen un requisito para llegar a la gestión política

Del disparate a la chifladura

Que el salario mínimo interprofesional o que los permisos de paternidad dependan de que un gobierno se ocupe de influir en una sentencia, lo que ni debe ni podría, es una pretensión que reclama una camisa de fuerza

VÍDEO: PABLO PALACIOS

Preguntas pertinentes e impertinentes: ¿Deciden Torra y su gobierno las sentencias judiciales en Cataluña?, ¿influyen en ellas?, ¿se sienten legitimados para hacerlo? ¿Puedo deducir que sí porque es eso lo que exigen al Gobierno español? Esta exigencia es un disparate, pero el disparate se convierte en chifladura cuando se vincula con los Presupuestos Generales del Estado.
Que el salario mínimo interprofesional o que los permisos de paternidad dependan de que un gobierno se ocupe de influir en una sentencia, lo que ni debe ni podría, es una pretensión que reclama una camisa de fuerza. Para ver en su verdadera dimensión este disparate imaginemos el cuento al revés: que un juez dictará sentencia en un juicio penal en función del salario mínimo o de los permisos de paternidad. Se puede entender desproporcionado el encarcelamiento durante más de un año de los presos preventivos, yo así lo entiendo, se puede considerar forzada la calificación de rebelión para lo ocurrido el año pasado en Cataluña, yo así lo considero, pero una cosa es expresar un punto de vista y otra muy distinta creer que los puntos de vista valen tanto como la división de poderes o la independencia judicial.

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