martes, 11 de abril de 2017



La cultura de Sovint revoluciona el barrio de Patraix

Sara Roqueta

Dejando un poco de lado los conciertos y las degustaciones, en la calle Beata Inés 10, junto a la plaza de Patraix, se abren las persianas de Sankofa, un espacio intercultural que nace como un lugar de encuentro y diálogo entre personas y culturas.
Patraix, situado al suroeste de la ciudad de Valencia, es un barrio tranquilo que fue municipio independiente hasta que en 1870 se anexionó al término de Valencia. Los primeros vestigios sobre la zona de Patraix datan de época romana y no es de extrañar, ya que los edificios y el ambiente que se respirara en sus calles confirman su raíz histórica.

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Los alrededores de Sankofa – Fuente propia

Pero dejo Patraix y vuelvo a Sankofa. Un día normal y corriente del mes de noviembre, cuando el frío ya se empieza a notar, vas como si nada por la calle Beata Inés y te tropiezas con que las farolas, los árboles y algunos portales están decorados con lana. Cuando giro la cabeza, justo a mi izquierda, veo que se ha levantado un nuevo espacio. Pasaba por allí prácticamente todos los días, pero como dice Pep Beltrán “vivimos mirando para nuestro ombligo” y no nos damos cuenta de los cambios que se están produciendo a nuestro alrededor. Así, un poco como “con las orejeras puestas”, aún no me había dado cuenta de que cerca de mí casa, sin tener que irme a las zonas céntricas que están de moda en Valencia, se había abierto un espacio para la cultura.
Estaba un poco como medio atontada haciendo fotos a los retales de lana, cuando se me ocurrió la idea de acercarme a la puerta del espacio y leer alguna de las inscripciones que colgaban en la puerta. Pude ver a través de los cristales como en su interior había una especie de rincón literario donde varias estanterías repletas de libros y unos sillones viejos, le daban un toque bohemio al lugar. También había un piano y tres o cuatro mesas al estilo inglés.

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“El conversatorio” es uno de los rincones de Sankofa – Fuente propia

Analizando un poco las perspectivas de trabajo que seguimos desde Cultura en el aire y además de lo mucho que nos gusta curiosear, me convencí de que no podía dejar escapar un proyecto como este. Fue un poco así, como de manera espontánea, toqué el timbre.
Cambiando un poco los paradigmas, para mí, las primeras impresiones siempre son buenas y cuando Pep Beltrán me abrió las puertas de Sankofa, ilustró esta frase completamente. La ilustró tanto que casi le confundo con Valle-Inclán. Lo digo por su barba y sus ojos tremendamente expresivos, como esos que te hablan sin que les pidas explicaciones. Y bueno, aunque él ese día no llevaba gafas, de habérmelo cruzado de lejos, podría haber interpretado que todo era Madrid y que las cosas se habían vuelto un poco más esperpénticas. Pero no era el caso. Él es Pep Beltrán, uno de los representantes de la ONG Sovint que lo intentó en el mundo de la ingeniería, pero que inevitablemente, acabó estudiando artes escénicas. Un “culturetis” de su época. Nada que ver con el “postureo” que se lleva ahora de leerte varios libros, montar algún bar con tus colegas y promocionarlo como si fuera lo más liberal y guay del mundo. Y encima si haces cosas gratis, ya eres la bomba. Eh, pero no olvides consumir allí una cerveza o algo, porque eso no aparece en la letra pequeña del evento en Facebook, pero vamos, cuentan con ello para llegar a fin de mes.

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Pep Beltrán, representante de la ONG Sovint – Fuente propia

Desde otro punto de vista, fuera de los límites y de la moda, Pep Beltrán me habló de Sovint y de los proyectos. La ONG articulada desde 2010, “trabaja en el ámbito de la cultura y la sensibilización social e intercultural” y se centra en dos proyectos troncales como son el Museo Ambulante de las Culturas y Sankofa. Con el Museo Ambulante, “somos un poco como Mahoma y la montaña, en vez de que la gente tenga que desplazarse, vamos nosotros”, señaló el representante de la ONG.
“Con estás exposiciones se consigue acercar a las personas a los objetos originales”, asegura Pep Beltrán, quien define también Sankofa, el otro proyecto de Sovint, como “un espacio físico de libertad, de encuentro y diálogo entre las personas”, que utiliza exposiciones, conciertos, charlas o proyecciones para fomentar la confluencia entre personas.
“Esto no es un espacio de libre concurrencia, no es como un bar”, clarificó el titulado en artes escénicas. Para acceder al espacio físico de Sankofa necesitas ser socio y “ser socio es gratuito porque la idea es que nadie se quede fuera del proyecto por una cuestión económica”, comentó Pep Beltrán.

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Los alrededores de Sankofa – Fuente propia

Con todo esto, mientras él me iba contando cosas sobre la ONG, yo ya me iba montando mi película y bueno, también cómo os la iba a contar a vosotros. “Un sitio para dialogar, desde el que se fomenta la diversidad y que encima, es gratuito”, me dije para mí misma intentando que Pep no me escuchase. Aunque yo creo, que por mis gestos, se notaba el entusiasmo. Al final me centre y seguí escuchándole.
“¿Qué por qué decidimos instalar Sankofa en Patraix? Pues porque Patraix tiene un núcleo histórico que aún funciona y además es un barrio con acción social donde en los últimos meses han abierto varios espacios culturales”, explicó el representante de la ONG,
Y yo me lo replanteaba. ¿Cómo no van a instalarse en Patraix si el horizonte que se puede ver desde Sankofa es como el de un pueblo? Con sus casitas y su polvo, pero sin duda un barrio protegido.

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Interior del espacio Sankofa – Fuente propia

De lo último que me habló Pep Beltrán fue de que la asociación estaba formada por seis personas. Entre ellos; uno era griego, el otro africano y otra chica era de Vietnam. Hice algunos cálculos sobre la diversidad de nacionalidades, pero antes de tomar riendas en el asunto y sacar mis propias conclusiones, el modernizado Valle-Inclán, me comentó que mucha gente confunde multicultural con intercultural y el ser humano ha olvidado que somos mestizos y somos la mezcla de muchas culturas.
Sin darnos cuenta, nos habíamos metido en la raíz de Sovint. Como si estuviera en una clase de antropología, Pep me explicó que los préstamos culturales se han fraguado desde la colonización y en la actualidad aún hay culturas dominantes que colonizan a las pequeñas. Un tema complejo que el graduado en artes escénicas ejemplificó con la paella. Porque la paella puede ser valenciana, pero sus ingredientes, cada uno de ellos, viene de un lugar distinto del mundo.
Tejiendo un poco las ideas, entendí que Sovint lo que pretendía era una interculturalidad consciente, es decir, esa mezcla que hacemos sin darnos cuenta, hacerla dándonos cuenta y en un plano de igualdad horizontal. Esta mezcla entre culturas nos permite conocer al otro y ser más empático. Porque tal y como me explicó Pep Beltrán, “el racismo y la xenofobia nacen debido a que no conoces al otro y como el otro es raro ni te planteas mantener una conversación con él”.
“Somos como melones. Por fuera son diferentes pero cuando los abres, son todos iguales”.

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Los alrededores de Sankofa – Fuente propia

Con esta frase de Pep Bletrán, dentro de su forma de tratar a la ironía, ejemplifica a la perfección como al fin y al cabo, todos somos iguales. En todos los lugares la gente llora y ríe por lo mismo.
Espero que con mi pequeña aportación os haya entrado la curiosidad suficiente como para conocer un poco mejor a Sovint.
No olvidéis que a veces, la calle Beata Inés 10, esconde cosas que ni yo misma sabía que existían.
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(Cultura en el aire es un grupo de estudiantes de Periodismo en la Universidad de Valencia que se dedican a trabajar y a investigar dando a conocer los proyectos culturales de los barrios  y todo aquello que tenga que ver con el conocimiento y la difusion de  la cultura urbana, en todos sus aspectos, especialmente desde la perspectiva barrial)

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