domingo, 23 de abril de 2017

Alberto Garzon, patrimonio lucido de la humanidad.

Jesús de Nazaret, ¿qué te han hecho?

Uno. Hace cuatro años el entonces alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, promovió la censura y alentó el escarmiento hacia una revista satírica por haber usado la imagen de una Virgen en su portada. Hace dos semanas, ya como ministro, el mismo Zoido concedió una medalla a la cofradía del Cristo de la Legión. En este caso no sabemos si fue por sus méritos en el más allá, pero sí sabemos que en el más acá no hemos recabado pruebas suficientes que justifiquen el premio.

Dos. Aunque quizás el Gobierno vea donde otros no lo hacemos ni la ciencia tampoco. Eso podría explicar por qué hace cinco años la ministra de Empleo Precario agradeció a la Virgen del Rocío su ayuda para salir de la crisis.
Tres. O nos ayudaría a entender por qué hace tres años la Virgen recibió una medalla de honor al mérito policial, esta vez de manos del ministro-espía Fernández Díaz, que por mera casualidad es también supernumerario del Opus Dei.

Cuatro. Anteayer, la ministra María Dolores de Cospedal, quien ganó las elecciones en Castilla-La Mancha con una financiación que se está investigando y de la que se sospecha fuera de todo menos legal, ordenó que todas las banderas del ministerio de Defensa ondearan a media asta por la muerte de Jesús de Nazaret hace mil novecientos ochenta y cuatro años.

Cinco. Un día antes de este aniversario, la Junta de Andalucía que preside Susana Díaz permitió que los legionarios desfilaran por un hospital público malagueño para entregar unos regalos y de paso cantar su famoso himno pacifista “el novio de la muerte”. Los tradicionalistas de toda condición han salido a defender, como era de esperar, la nula separación civil-militar-religiosa. Satanás, ya se sabe, era laico.

Seis. Si es difícil ser laico antes de que las “caenas” se le echen a uno encima, más difícil es ser laico y humorista. El cantante Javier Krahe fue juzgado hace cinco años por haber cocinado un crucifijo en un programa de televisión. Los humoristas Wyoming y Dani Mateo irán también a juicio este año por insultar a la Cruz del Valle de los Caídos –que es un monumento fascista levantado a más gloria del mayor asesino de nuestra historia y de sus fanáticos seguidores-. La ley que permite esto contempla, en pleno 2017, penar las ofensas contra los sentimientos religiosos.

Siete. Los ministros que dieron estas órdenes, o que dicen legislar en nombre de Dios, juraron su cargo en noviembre del año pasado ante la Constitución, una Biblia y un crucifijo.

Ocho. Una Constitución, todo hay que decirlo, que protege los privilegios de la jerarquía católica –gracias a los cuales no paga impuestos, recibe subvenciones millonarias, puede clamar contra los gays en la televisión pública, se apropia de terreno público con las inmatriculaciones y un largo etcétera que causa congoja en otros países que vivieron la Ilustración- porque en 1978 esa fue la exigencia del brazo cultural del ejército y de la oligarquía fascista, que era la misma jerarquía católica.

Nueve. No se trata sólo de que se confunda lo público con lo privado, lo civil con lo militar o lo aconfesional con lo confesional, o que se eche de menos un régimen orgánico donde el hilo cultural fuera el del fundamentalismo religioso.



Diez. Se trata también de lamentar lo que han hecho con Jesús de Nazaret, aquel que promovió una fortísima ética de los pobres y que expulsó a los mercaderes del templo. ¡Ay, si aquel Jesús pudiera ver a los que hoy hablan, legislan y comercian en su nombre!

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