martes, 3 de noviembre de 2015

La voz de Iñaki


foto de la noticia

A seis días del estallido

EL PAÍS 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 

Quiero confiar en mis queridos catalanes. He decidido fiarme de su capacidad para resolver su historia. Son adultos y demócratas en mayoría absoluta. Sé que, que antes o después acabará por cerrarse la herida emocional de la incomprensión entre una y otra forma de entender la catalanidad y por decantarse el otro separatismo subyacente y mucho más grave, la decisión necesaria e interna de aislar la corrupción con un cordón sanitario institucional y no dejar que, en su afán de salvar el pellejo, esa corrupción se confunda camuflada en el legítimo sentir de pueblo soberano. Ninguna de las dos opciones es "la mala" de la película, ambas tienen muchas razones y lógica. 
En un Estado de miseria moral como el actual es más que entendible el impulso de separarse. A la mayoría sana de los españoles les pasa lo  mismo. En semejante embrollo es comprensible que también muchos catalanes prefieran permanecer con el resto de españoles por solidaridad, porque como afirma el sensato Alberto Garzón, han comprendido que no es el sí o el no a la nacionalidad lo que está fastidiando Catalunya sino al misma injusticia, desigualdad y los mismos abusos que igualan con el mismo rasero a la nacionalista Convergencia de Catalunya y al pp centralista e igualmente nacionalista. Los catalanes y españoles más despiertos saben muy bien que el problema es de decencia/indecencia mucho más que de independencia/dependencia. Y estoy segura de que en cuanto se aclare entre ellos esa tesitura se acabará el problema y se llegará a un acuerdo sensato y cívico, lo mismo entre ellos que con el Estado español. Aunque primero habrá que esperar al 20 de Diciembre para que el mapa político actual se modifique y se facilite el diálogo.

A mi modesto entender, el principal obstáculo que puede interferir en la solución posible es el crecimiento patológico e hipertrófico de C's como "panacea" sustituta de las medias tintas, del quiero y no puedo, del "centrismo" derechón y siempre tan asustado que necesita la prepotencia, el rodillo y el chantaje del apoyo al mejor postor, para ser el gallo del corral, formaciones que siempre acaban tirando al monte de lo absolutista, de lo inflexible, del piñón fijo, y del apaño mediocre, y por eso mismo no es deseable  democráticamente que sean los más votados y se crezcan por encima de sus posibilidades y de su capacidad de comprensión de la totalidad y de su madurez política, que no es precisamente una evidencia. Quitando ese riesgo, por lo demás, es muy posible que triunfe la sensatez de todos y el diálogo.
Está en manos de la ciudadanía hacer que los votos se repartan con inteligencia, que haya voz para todos, que se huya de los rodillos salvadores y sea imprescindible la escucha y el consenso. Creo que Catalunya, con legitimidad soberana, lo hará el día 9, aunque para la "legalidad" ppera sea un desafío que el  mismo modo de desgobernar por parte del pp, ha ido provocando a lo largo de la legislatura dejando correr el tiempo para que se arreglen solos los asuntos que Rajoy es incapaz de solventar; y el resto de España irá a las urnas el 20 de Diciembre. 
Hubiese sido mucho mejor un adelanto electoral en las legislativas, porque se habría saneado antes el clima político tan tenso y negativo en el que andamos enredados ahora mismo, pero eso es algo que al Presidente del Gobierno y a la Jefatura del Estado les importa un rábano, viendo lo que está pasando y sus paupérrimos recursos y disposición. Se echa de menos el arbitraje de una Jefatura de Estado más despierta y participativa desde la prudencia. Tal vez el que los reyes se eduquen desde chicos solo para sentarse en el trono con elegancia y soltura y asistir a eventos varios, y dependan de los asesores    que les ponen al lado, que les escriban los discursos y les manejen el personaje, sea un verdadero problema a la hora de asumir de verdad funciones de Estado que no figuren en la lista de sus protocolos. Algo que no ocurriría con un Jefe de Estado como en Francia o EEUU, o como en cualquier república normal, donde la Jefatura del Estado, presidencialista o no, es rotatoria y no vitalicia, ni siquiera tiene por qué ejercerla un político de "profesión" sino un ciudadano con cualidades y virtudes destacadas, en cuya elección coincida la mayoría parlamentaria o la ciudadanía si es república presidencialista,  puede elegirse a un independiente, un profesor, un abogado, un doctor o a un periodista, un intelectual; repúblicas como Portugal,Irlanda o Italia, donde, por ejemplo, Giorgio Napolitano lo hizo de maravilla gestionando el marrón de Berlusconi. Algo que aquí hubiera sido  impensable. En un caso semejante, aquí en España, el tipo habría agotado la legislatura por muy corrupta y delincuente que fuese conducta, como está haciendo Rajoy sin que nadie por encima de su competencia le pare los pies del disparate. Mientras todo sea "legal", según el pp ha determinado en su rodillo desgobernante. En fin...

En resumen: la ciudadanía de base española está unida sectorial e indefectiblemente a la catalana y viceversa, como lo está a la vasca, a la gallega, a la murciana o a la extremeña, a los refugiados, a los palestinos, a los kurdos o a los saharawis, a la base social inglesa, francesa, alemana o rusa  o nortemericana... Los intereses sociales, económicos y políticos son los mismos para todas. Inseparables. Sólo nos separa la corrupción, la injusticia y sus desigualdades. Y eso ya lo saben de sobra las catalanas y catalanes. Confiemos en su sabiduría afable y cordial. Hermosa.  


No hay comentarios: