martes, 17 de noviembre de 2015

La voz de Iñaki


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¿De dónde sale el dinero?

EL PAÍS 


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In illo tempore, ante la presencia de un problemón  enmarañado, se decía en francés: cherchez la femme, ahora, en un tiempo donde el género más enredador es el pastón en el que se diluyen mujeres y hombres con idéntica impotencia, habría que decir: cherchez l'argent, y encontraréis la respuesta. Y es verdad, por desgracia, de ese material depende el ISIS o el EI, o como quiera que le llamen al engendro. Y ahí va a resultar que está el mejor de los escondites. Porque el dinero no tiene patria, ni religión, ni ideología, ni sexo, ni raza, ni nada más que números, dividendos, sumandos y multiplicandos, sustraendos también, pero eso cuenta menos según para qué. Los decimales se apañan como pueden tras las comas y los comas-muelle de las bolsas. En cuanto a los quebrados, para qué vamos a hablar si el sistema entero es la mejor muestra. Lo de los números primos ya no se lo cree nadie, porque la categoría de 'primos' parece que se ha trasvasado y concentrado en millones de seres humanos al pairo de los números, en vez de ser al revés. Primos que votan, primos que no pueden votar, pero les botan. Primos estafados, desahuciados, desempleados, desescolarizados, mendicantes, prostituidas, asesinadas a sangre fría o caliente, expatriados, refugiados, bombardeados, ahogados, ametrallados, masacrados hasta por la medicina o el tráfico o la contaminación, primos incontables, para los que ya casi no quedan números en el infinito...El dinero es el número cuantitativo por antonomasia. Y no tiene nada pero está al servicio de todo lo que lo haga aumentar. El dinero como ganancia a costa del dolor humano y como salario del miedo, es  un mar inmenso de roña contagiosa en manos de todos, que crece como un alud monstruoso inflado por el soplo y el deseo de todos los primos de este mundo. Primos listos y primos tontos. Todos lo persiguen, pero sólo unos pocos listos lo atrapan, el resto está también pringado y acaba pringando como los primos listos. 

Ese dinero que alimenta al ISIS procede de todas partes, del petróleo, para   empezar, porque ¿qué sería el petróleo sin los primos pringados que lo consumen/mimos con fruición? ¿Dónde va el dinero que cuesta contaminar de arriba abajo, de Sur a Norte y de Este a Oeste, Madrid, New York, París, Roma, Pekin o Tokio con petróleo? A los bancos, a Wall Street, que tampoco es que allí se pida el carnet de decencia a sus inversores, y desde allí al mundo entero, para ir comprando , vendiendo y fabricando armas estupendas, de último diseño, que unidas a la tecnología telemática de la NASA trasvasada a   la manzana del Mac y a la magia de Windows, han conseguido alcanzar un poder destroyer de primera, trastos maravillosos que, desde luego, no se fabrican en los tugurios del ISIS ni en las cuevas ancestrales del títere Bin Laden q.e.p.d...ni en la Libia de Gadhafi ni en la Damasco de  El-Assad ni en el Bagdag de la ruina  donde se deshace en la niebla mañanera el espectro menguante y atropellado de Sadam Hussein. No. Allí no hay nada más que esqueletos y cenizas. Almas rotas y casas hundidas, campos estériles y tierra quemada. No hay dinero para pagarse un ISIS vengador, pero sí lo hay entre la pompa y el esplendor de Dubai, Emiratos y demás reinos de Jauja, que si los pringados y pringantes del resto del mundo no los hubiesen hecho posibles  ni los  mantuviesen con su fantástica tecnología y su trabajo estupendamente pagados con las monedas de Judas y maravillándose de y engordando con su turismo de lujo su economía del derroche y la excentricidad de nuevos ricos, -  e incluso tomándolos como modelo de "desarrollo" del disparate enloquecido, un verdadero terrorismo ecológico contra el clima del Planeta-, jamás habrían superado la altura de una jaima beduína.

Es muy loable el esfuerzo de La Vanguardia por averiguar el origen de la pasta terrorista, la mente occidental tan lógica y matemáticamente ordenada atribuye sus mismas inclinaciones a todo bicho viviente, ya que se cree el recolmo de la inteligencia en exclusiva y no contempla que se pueda emplear la mente al revés de como ella lo hace y que sus propias ideas y recursos en manos diversas den la vuelta y se conviertan en un boomerang, pero creo, modestamente, y mucho me temo que se van a quedar con las ganas de ponerle nombre, apellido, cara y cuerpo serrano a los mantenedores del horror. No hallarán seguramente unas caras ni unos nombres, porque el caos es una rueda impersonal, un conjunto de indecencias anónimas que se mezclan con intereses camuflados y cambiantes, que sacan provecho y se convierten en otra cosa, a lo mejor en presidentes o en jefes de Estado o  en ejecutivos de empresas maravillosas y ejemplares o en carismáticos líderes de masas, editores o diseñadores de sistemas de seguridad y control. 

Cherchez l'argent es un recurso muy limitado, porque el dinero sin la voluntad humana no puede comprar ni vender. Y sobre todo porque es buscar una aguja en un pajar rebosante después de trillar los campos. Quién no mantenga estrechas relaciones con la podredumbre del oro negro y su entorno tóxico, que tire la primera piedra. 

¿Habría acumulado el terrorismo islámico tanto capital como para fundar su califato si la humanidad funcionase al por mayor con energías renovables desde que se vislumbró, con Tesla y con el propio Einstein, el potencial de éstas? ¿Qué cuota de responsabilidad tenemos las sociedades consumistas en la existencia horrenda  del tinglado terrorista? Antes de buscar culpables hagamos un análisis honesto, como sociedad occidental, de nuestro discurrir por el Planeta en los últimos cien años. Y a lo mejor hasta acabamos por entender lo que pasa y como solucionarlo sin recurrir de nuevo a la misma barbarie que ha producido estos resultados. 
Cerremos el grifo al petróleo y el ISIS pasará a la historia, pero sobre todo aprovechemos la experiencia para no repetir curso en Pearl Harbor. 
Los muertos de París no van a resucitar porque mueran miles de inocentes en Siria bajo las bombas de Francia. Y si el dinero que mantiene el ISIS no está claro, menos lo están la nacionalidad de las intenciones que provocan atentados, justo, cuando los refugiados huyendo de las bombas fabricadas y vendidas por Occidente que caen sobre Oriente Medio, se agolpan a las puertas de Europa ¿Qué mejor modo de justificar el cierre de las fronteras que provocar el terror en la población civil con un atentado tan "lógico", verdad? La mejor manera de arrancar del corazón ciudadano la compasión por los refugiados es herirlo con el odio y la venganza, y así, cómodamente, cerrar las fronteras en defensa propia y encima, conseguir el voto del agradecimiento a los matarifes.
Me pregunto por qué la prensa sólo busca el dinero cuando hay motivos mucho más candentes y  verdaderamente sospechosos; es como esos cuadros puntillistas, que son manchas amorfas de color, luces y sombras combinadas  hasta que se relaja la mirada y más allá de lo que hay a primera vista, entonces se descubre el verdadero paisaje del cuadro...

Ah, y solo añadir que me reconfortaría muchísimo comprobar que no hay vidas de primera y de tercera, y que deberían doler tanto a esta sociedad  y del mismo modo los muertos sirios,  subsaharianos  o irakíes, palestinos, kurdos, saharawis o afganos, libios o somalíes, que terminan bajo las bombas y las balas fabricadas por este Occidente encantador y paradisiaco a costa del prójimo más abandonado y explotado, que caen como fardos sin nombre bajo los tiros de la guardia civil o ahogados en las bodegas de los barcos o en los maleteros de los coches mafiosos que les matan a cambio de engañarles; sí, que ellos doliesen por lo menos, tanto como los "nuestros", cada día a miles por todas partes; sí, que doliesen colectivamente, institucionalmente, con el mismo dolor, con el mismo estupor, con el mismo escándalo y con la misma rabia. Que ellos dejasen de ser "el problema" de la comodidad egoísta y etnocéntrica, para convertirse en la solución fraterna y solidaria a nuestra ceguera-ambiente. Hasta demostrar al mundo y a Occidente en especial, con su presencia y su tragedia, que tal vez el problema somos nosotros y nuestro way of life tan educado, tan culto y tan cínico.

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