lunes, 9 de noviembre de 2015

La firma de Iñaki

 Y Madrid de fiesta...

Esta mañana el Parlament catalán vota el inicio de la ruptura con España y Madrid, de fiesta. Es el día de la Almudena. En realidad la fractura ya se ha producido. Cuando una relación está en abogados, cuando solo hay comunicación a través de terceros, cuando las divergencias están a la puerta de los tribunales o directamente en manos de los jueces, cuando incluso hay quien cree conveniente alertar a la policía, es que esa relación ya está rota. Pero una relación llega a ese punto cuando se ha abandonado toda esperanza de arreglo, cuando ya se ha dicho todo, cuando se ha intentado todo, cuando después de mil tentativas fallidas, se ha descartado cualquier solución.

Iñaki Gabilondo en la redacción de la Cadena Ser
Y sin embargo, lo terrible en esta relación de Cataluña con el Estado, es que no solo no se ha dicho todo, sino que casi no se ha dicho nada. No solo no se ha intentado todo, es que no se ha intentado nada. Y no se ha descartado ninguna solución porque no se ha planteado ninguna. A partir de hoy, cada 9 de noviembre, nuestra desgalichada y decepcionante democracia debería recibir, como siempre sin tarjeta, no el ramito de violetas de Cecilia, sino una corona funeraria con crisantemos marchitos.

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Pues sí, amigo Iñaki. Y además, con un crisantemo especial con lazo negro, para Mariano Rajoy y su equipazo de talentos políticos negociadores, que tanto han hecho por la causa del independentismo catalán, desde siempre, y especialmente en los cuatro últimos años. Esta fractura maravillosa jamás hubiese sido posible sin un gobierno del pp sensato, con sentido común y como dioshmanda.

España agradecerá siempre a Rajoy el verdadero y definitivo golpe de Estado, que, por fin acabará con el concepto franquista de Una, Grande y Libre (¿!) y que está permitiendo que la ciudadanía de los pueblo ibéricos comience a caer en la cuenta de que esta fisura catalana puede ser la solución y el camino hacia una república federal, que será, (tarde o temprano y cuanto más tarde peor) la solución al caos de toda nuestra historia siempre oscilando entre la demagogia de una derecha dictatorial y cenutria y el hartazgo de una izquierda demasiado melindres.
Los hermanos catalanes están teniendo la valentía de llevar a cabo la operación quirúrgica estatal que los demás hemos ido marginando a lo largo de casi cuatro décadas. Tal vez por miedo, por inseguridad, por pereza, por garrulismo obediente a la cochambre de toda la vida, por comodidad o por ignorancia.
No se hunde el mundo, al contrario, es el  momento de que se empiece a construir ese mundo nuevo del que tanto se habla y por el que, de verdad, tan poco se ha hecho hasta ahora. Es imposible que esto cambie con más lavados de cara y maquillajes superficiales. La peste a podrido supera todos los blindajes, se cuela por los muros, sale por debajo de las puertas, por muy "legales" que sean.
Los habitantes de Iberia necesitamos YA y  urgentemente un referendum sobre el modelo de Estado. Con un debate previo y público sobre las opciones. Abrir foros estatales para el debate libre en las redes. Puede organizarse desde los partidos políticos y desde las agrupaciones cívicas como Mareas, Iniciativas Legislativas Populares, Plataformas Sectoriales, Sindicatos y Ciudadanía Independiente. Herramientas civiles tenemos muchas y muy sólidas. También convocando a foros presenciales y telemáticos a la ciudadanía desde los medios de comunicación públicos utilizados como instrumento de trabajo cívico y no sólo como propaganda fofa y ñoña de un gobierno agonizante. E ir anotando las mejores ideas para poner en marcha el nuevo tiempo geopolítico. Sin miedo, en pleno ejercicio de la libertad de expresión respetuosa. Puede ser la mejor experiencia histórica y la mejor terapia ética y cívica de este desventurado y maltratado Estado de Desecho.

Para dar  pasos tan trascendentes y necesarios está claro que Rajoy debe salir del Gobierno, aún antes de las elecciones. Es una barbaridad que no tiene justificación mantenerle al frente de una responsabilidad para la que no está capacitado a ojos vistas puesto que su propia ineptitud y esa prudencia mal  entendida, está en el eje central del problema, que ha sido, de verdad,  su indiferencia e incapacidad para calibrar los riesgos de una situación tan delicada como grave.
No sólo había que disolver las Cortes para terminar la legislatura, sino también el Ejecutivo y que el Jefe del Estado se ponga las pilas y ejerza de una maldita vez su cometido,  designe un gabinete de crisis hasta que el 20D se pueda votar. Y mientras, que ese gabinete de crisis abra las puertas a la negociación con Catalunya, y que junto con el Jefe del Estado, pida perdón en nombre de todos los españoles y de las instituciones cegatas, por la indiferencia y la falta de respeto hacia la ciudadanía catalana, porque no ha sido escuchada ni respetada. Y ya desde ahí, comenzar una etapa de bajada de armas ridículas y de escucha mutua, diálogo y entendimiento, y de apertura, en igualdad, hacia las demás autonomías. Y que esto sea una democracia de verdad y no el patio de una guardería para pseudo-adultos retrasados.

Por ahí deberían ir las miras, pero ¿además de la voluntad ciudadana,  hay alguien ahí capaz de recordarle al Rey su función de árbitro y portavoz más significado del pueblo y de hacer algo más que invocar una legalidad que no es legítima ni lícita democráticamente porque ya no se corresponde con la realidad histórica, legítima y lícita ni con las necesidades de otro presente distinto del pasado que nos ha traído hasta este desastre? ¿es lícito y legítimo obedecer contra la propia conciencia una ley que se considera injusta y perjudicial para la dignidad, los derechos y libertades de un colectivo humanos como es Catalunya? ¿habríamos llegado a esto si de verdad ese pasado hubiera sido tan genial, tan completo y tan chachi piruli como nos han venido contando sus actores de entonces? Que ese pasado sea lo único medianamente potable que hemos conocido políticamente en esta nación de soberanías diversas, no significa que esa potabilidad sea la mejor ni la más saludable de las opciones, sino la única de que disponíamos en determinado momento del pasado para salir lo menos dañados posible de Jurasic Park. La historia sigue y nosotros no podemos quedarnos  mirando a ver como se va, porque somos parte de ella ¿o no?, ¿tal vez es que estamos encantados de vivir en plan rupestre, de cueva en cueva... de Alí Babá con sus ya innumerables ladrones institucionales, a mesa y mantel por cuenta de nuestros impuestos y recortes?

Recordemos que si se quiere, sí se puede.

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