lunes, 30 de noviembre de 2015

Y Riverita a lo suyo: el cultivo de la ficción. De película, vamos.



Rivera, en la presentación del programa electoral en Barcelona. / G. Battista

Rivera quiere abaratar cines y museos con el cierre del Senado

Juan José Mateo Barcelona 122
Ciudadanos reformula su bajada del IVA cultural: del 21% al 7%. Propone eliminar las subvenciones directas al cine.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 Cerrar el Senado no me parece mala idea, dada la inutilidad manifiesta de su existir fantasmal como hangar de material político desechable y refugio de morralla institucionalmente ya inservible; pero no me parece que se haya puesto una pica en Flandes  con la idea de que ese presupuesto enorme se emplee para pagarnos el cine y los museos, mientras los barracones son el emblema de la Escuela Pública de un país como éste. Aunque esa propuesta a ti. Albert/Alberto, te vaya de perlas en la estrategia para ganar los votos de un sector tan crítico como el de los artistas y tan quemado como el de los empresarios del espectáculo.  Tu programa bailón, según el lugar y el aforo de cada mitin, le quita seriedad creíble a tu proyecto de trepaje político. Lo deja siempre como de lifting o de peeling antes de los rayos UVA. Más que nada, porque para poder ir al cine a gusto y entender lo que vemos, como para que la asistencia a los museos tenga sentido, lo primero de todo es ir a la Escuela, tener una escuela decente y preparada para que sea nuestra segunda casa. Sí, tener una escuela pública y gratuita, si, gratuita, Albert/Alberto, y digna, y de calidad, no casi clandestina y vergonzante, no en barracones heladores en invierno, permeables y micro-ondas en primavera y tórridos en verano (hasta 45º en septiembre pasado), no con alumnos que no pueden comprar ni el material escolar ni comer si no funciona el comedor precario del colegio.
Qué quieres que te diga, que me suenas a Aznar en su época de promociones todo a cien. Gastar los presupuestos públicos ahorrando en gastos y con aguaplast y latas de purpurina para tapar las grietas  en vez de rehabilitar el estructura del edificio estatal, simplemente para poder llevarse la pasta a lo privado y recibir a cambio el sobrecogimiento general. Que en eso toda la derecha en pleno es en lo único que sois transparentes y no dejáis una sola duda de vuestro pelaje e intenciones. Sois en las urnas como los gatos y los perros que se cuelan en las matanzas de pueblo. Siempre a la que cae y a ver de donde se rebaña más botín (qué palabreja tan sugerente, ese botín para quién tiene alma y figura de asesor bancario vocacional, ¿verdad, Albert/Alberto?)
La verdad es que no me preocupa que ganes las elecciones, porque en seguida se verá tu plan B, pero sí me preocupa muchísimo el engaño a tanta pobre gente asustada por vuestros montajes indecentes que hacen de la corrupción sólo un argumento y un arma estratégica para tirar a los corruptos contrarios mientras su propia corrupción cognitiva ni la ven. Como tú. Como Iglesias. Gatos y perros bulímicos en la matanza de la dignidad cívica y ética. Esperando con hambre demoscópica que caigan los despojos y piltrafas de la miseria para apropiárselos y usarlos como moneda de cambio: miseria por hegemonía y todo sigue igual, pero cambiando las pegatinas de la entrada.

No voy a veros debatir. Esta situación hiede. Y asquea. Ya os he visto el plumero y no necesito más pruebas de lo que sois capaces de fingir ni de cómo lo perpetráis en comandita, con más detalle en glamour y poses, monsergas, imaginería, publicidad, tópicos y manipulaciones.
Por fortuna, para lavar el nombre queda otro Alberto,  Garzón, excluido y sacrificado en el altar de la mugre, a causa de no aceptar las treinta monedas del Sanedrín para vender al pueblo del que ha salido; por la decencia de las pocas ambiciones personales de glamour, por la sensatez, y por un superávit de coherencia  para no entregarse al señuelo de un sistema podrido y ya caducado por algo peor que la falta de ética, que es aprovecharse de ella para sacar tajada, como viles y rastreros sofistas de mercadillo. Hay otro Alberto, gracias al cielo. Hay muchos y muchas como él. Que cuando la guerra sucia del boicot ha impedido el censo on line, han venido desde pueblos y comarcas para votar en persona. Hay futuro. Y ese será mi voto ético de base y de conciencia. No para ganar a cualquier precio,  sino para ser. Para levantarme cada mañana con la garantía de oler a verdad cuando miro a los ojos de mis vecinos y puedo verles el alma sin la pantalla de un discurso demagógico de por medio cuya mentira interesada me separe de su realidad que es la mía.

Perder en una cueva de ladrones y marrulleros cortoplacistas, de mentirosos y tramposos maquiavélicos capaces de vender a su padre, de espiar por las redes, haciendo capturas de pantalla, falsos censos on line, de impedir que se vote por internet manipulando el sistema en plan canalla y demás guarradas indecentes, solo para ganar basura en plan miserable, fingiendo ser algo que nunca serán... Perder en ese estercolero, es ganar de verdad el corazón, las ideas, la voluntad y el alma de los decentes, que a la larga, tras el naufragio, son los que salvan la dignidad y los derechos sociales en el bote salvavidas del amor a los otros y la compasión por el sufrimiento injusto... Porque son su conciencia. No es tu caso, Albert/Alberto. Tan ambivalente como tu nombre indica. Como el de Iglesias. Pablo Iglesias I, 'el decente'/Pablo Iglesias II, 'el pícaro'. Nunca segundas partes fueron buenas  y ni el facsímil  más exacto puede igualar al original. Quedaos en vuestro guiñol de espejos vanidosos, representando a Pinocho, mientras las trolas os alargan la nariz cada vez más y hacen que vuestros rostros y miradas vayan reflejando cada día con más precisión, lo que tratáis de ocultar sin conseguirlo.
Los que preferimos la realidad, miramos para otro lado, hartas de tanta mediocridad rimbombante y sin sustancia. Estamos en pie a pesar de los empujones, zancadillas, golpes bajos, boicots escandalosos y puñaladas traperas.
A cada uno  lo suyo. Y vosotros ya tenéis lo vuestro. Nosotros, los de a pie, tenemos lo de todos y todas, la magia de lo colectivo, de lo cívico, de lo directo, de lo que va de frente, de lo que sirve, pregunta y decide en la unidad de lo diverso y no impone nada, la fuerza saludable de lo que siempre está en pie: el corazón, el alma y el programa más decente, que es vivir con honestidad, apertura, limpieza de miras, honesta escucha y flexibilidad, pendientes tanto del bien común como del propio, porque es el mismo, y el gozo de ser verdad, mucho más que de predicar que lo somos, sin rechazar a nadie, ni siquiera a vosotros, con tantos motivos como estáis dando. Sólo es rechazable e inadmisible vuestra mentira, que os envilece y mata lo mejor que tenéis. Nada más.


No hay comentarios: