viernes, 27 de noviembre de 2015

¿Destruir? Pues conmigo no cuentes, Hollande.

Hollande: “Destruiremos el ejército fanático que cometió estos crímenes”

El homenaje a las víctimas de París se ha celebrado al más alto nivel. El presidente francés arremete contra el ISIS, “que mató a 130 de los nuestros por una causa absurda y un dios traicionado”.

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Y dále molino. Este gabacho insensato se ha empeñado en montar el pollo otra vez. Esto no es una guerra al uso. Ni el mundo es un campo de batalla. Esto es un genocidio de trastornados que han enloquecido y están usando las mismas armas y maldades que tú has usado previamente para bombardear sus casas y sus pueblos y matar lo mismo que ellos matan ¿O es que sus víctimas son serrín porque ya son miles y miles, incontables como las estrellas del cielo y las arenas de los ahogados, y sólo las tuyas alcanzan el trágico caché del recuento y el reconocimiento público? Esto es como los locos yankies cuando pillan un arsenal y se cargan un pueblo o una secta o una escuela. Sólo que esta vez lo han hecho franceses musulmanes renegados, en Francia, como represalia por los ataques de ésta contra Siria, aunque según se va investigando, la cosa comenzó en Irak, después del ataque y montaje de las Azores.
A ver si lo pillas, Hollande. Lo-cos. Fous.  Locos reminiscentes de las hecatombes sucesivas en tantos lugares previamente castigados y aplastados por las "democracias amigas". Locos de atar dispuestos a todos los disparates como lo es atacar y exterminar a los propios musulmanes por todas partes.  psicópatas y orates puestos al límite de su débil resistencia psicoemocional. No un ejército de verdad ni con una finalidad de montar ningún califato manga-outlet. Son frikis que han llegado al paroxismo picados por la miseria en todas sus modalidades. Y montar estos pollos sólo consigue hacerles héroes a los ojos de una masa idiotizada por la publicidad y con menos luces que un black-out. Como tú más o menos, cheri François, chavalote. Y así, aprovechar la coartada del miedo para el negocio del terror global; una especialidad que tiene, al parecer, un gran pasado destrozón y mucho presente matarile, pero ningún futuro, porque en este plan, aquí no va a quedar ni el apuntador para hacer gasto a esa banca mundial rebosante y autista, que se habrá convertido en un cajero automático global, ya sin usuarios y atiborrado de billetes inútiles sin más finalidad que el acumular porque sí. Porque de seguir tus estrategias turulatas, ya no habrá nada que comprar ni vender ni quedará vivo nadie que lo intente. ¿Es eso lo que quieres? Es que lo parece, ¿sabes?

¿Es que no entiendes nada, pseudosocialista y pseudohumano? Por esa misma regla proporcional España tendría que haber arrasado el doble que tú porque el atentado de Atocha casi dobló en número al de París. Vaya argumentos.

Creo que no te has enterado todavía de que la mayoría de europeos no quiere guerra bajo ningún concepto ni chantaje. Y los putos felones que gobernáis a las órdenes del parné no tenéis ningún derecho a jorobar la existencia a millones de personas inocentes en el nombre de la chequera y del  ego de vuestras movidas políticas y de los remiendos financieros a los socavones de vuestra crisis; de vuestro invento estafador de los trabajadores del mundo. Este juego macabro es de una torpeza y de una crueldad sin límites.

Es vergonzoso y rastrero que utilices el dolor de tu pueblo para militarizar el ambiente y llenar de odio y rencor los corazones y los cerebros que ya están abatidos por la pérdida y conseguir tu objetivo: ser el Napoleón del siglo XXI. Cuantas más arengas montas, más vergüenza ajena produces. Personajes como tú dan más miedo que el terrorismo en sí. ¿Para qué pacificar y concluir una guerra si es un filón en armamento, verdad? ¿Cuántos puestos de trabajo crearía el conflicto abierto entre fabricar armas y munición, transportes, blindajes, intendencias, mercenarios y demás faralaes militares? Empleo a tutiplén, claro, fin de la crisis y regulación demográfica "natural" que despeje el panorama de la superpoblación de la miseria. Por eso sólo duelen tanto las víctimas del lado propio y no las otras, que son morralla para vosotros.

Acabar con el 'ejército fanático' de esa manera es una propuesta de hincha de fútbol no de un  Presidente de una de las Repúblicas más cultas y avanzadas del Planeta. Y calificar de "dios traicionado" al dios de esos locos, sin calificar de lo mismo al dios de tu cultura, indica una ignorancia prepotente y una miopía hipócrita sin parangón y la utilización de la misma mentira religiosa que viene envenenando a la humanidad desde que tiene memoria. ¿O acaso los asesinos que oyen en misa el Evangelio y celebran la paz sólo por Navidad y en las Galerías Lafayette gastando hasta lo que no tienen para celebrar el nacimiento del pobre más grande y peor entendido de la historia , y a continuación se apuntan a matar enemigos anónimos que no han hecho otra cosa más que sufrir tiranías, son mejores practicantes de la misericordia, la paz, el respeto y el perdón que los locos enajenados del Daesh? ¿Dónde está ese perdón de las setenta veces siete de los Evangelios cristianos? Sobre todo  cuando de él depende la vida de millones de personas y la paz del mundo.

No hay que acabar con las personas, sino con la violencia, la incultura masificada y vendida como status en los medios y el daño social y político que las hace monstruosas. Y para eso está la investigación política, la ciencia del conocimiento social, la unión profesional de los investigadores, un acuerdo consensuado por la ciudadanía global mediante consulta y portavoces, en el uso ético de las redes sociales, -si existen facebook y twitter puede existir también esa capacidad para crear una pedagogía común y reticular del civismo que nos acerque y nos hermane, en el lugar de un ISIS que nos destroce y sus secuelas "civilizadas", en idéntica tesitura-, el interés humano desde la raíz de los problemas, la limpieza de intenciones, la serenidad, la justicia real y la reconciliación de sujetos agentes y pacientes. La creación de tribunales internacionales y competentes de Justicia y la revisión, por la ONU, de todas sus propuestas estupendas que son papel mojado desde el momento  en que sólo tres países o cuatro en el mundo pueden vetar sus decretos e interferir en sus funciones pasando por encima de cualquier atisbo de democracia. 
Y por supuesto, que mientras haya exclusión social, religiosa, económica y cultural, siempre se estará abriendo la puerta a locos y a desaprensivos pobres que querrán ilusamente hacerse con el poder y cargarse a los tiranos para ponerse en su lugar. El modelo de conducta no cambiará si no cambiamos de patrón-base desde la inteligencia emocional y solidaria.
Lo horrible de este panorama es que, además, se ha basado el bien estar y la prosperidad de una parte del Planeta, que nada tiene que ver con la religión pero sí con el dinero y el poder adquisitivo, en esa forma de entender la existencia. Cutre, cutrísimo. Tóxico y letal. Y al parecer tan normal como la vida misma. 

Hollande, hazle un favor a la humanidad y a ti mismo , deja de hacer el vaina, porfa, tómate unas vacaciones y aprovecha la ocasión para darte una vuelta por las ruinas de Siria, de Libia, de Irak y Afganistan, Egipto o Túnez. Por Palestina y Líbano. A lo mejor a la vuelta te pasa lo que a Dominique Lapierre cuando se fue a la India, vio lo que había y se empezó a preguntar los porqués. Hasta se  le curó el cáncer... no te digo más, los milagros que hace el amor cuando le damos permiso para que nos dirija las maniobras (¿no te dice nada La ciudad de la alegría?) . O lo que a Albert Sweitzer cuando vio la tragedia de Gabón y la lepra. No sé, es por dar ideas y no sólo echar pestes acerca de tu conducta irresponsable. Ah, también para que, de paso, Ségolène Royal deje de dar gracias cada día por su divorcio, que ya no sabe en qué idioma agradecer el haberte perdido de vista como parejo y para que tus hijos no se avergüencen nunca más del apellido y los genes. Visto lo visto.
Inténtalo, François, mon frére, que, si lo que te mola es darle una mano de barniz a la grandeur, vale más la pena pasar a la historia como el hombre que  evitó la tercera guerra mundial con su talento político, su ética ejemplar y su gran humanidad que acabar engrosando la lista universal de tiranos genocidas crueles, necios, torpes, paranoicos y engolados que hundieron generaciones enteras por su obstinación y su ego tan inmenso como borderline. Ya sabes, Atila, Napoleón, Hitler, Stalin, Mussolini, Franco...qué te voy a contar sobre el asunto que no te suene a estas alturas...Ains!

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