domingo, 8 de noviembre de 2015


CRISIS EN PODEMOS EUSKADI

Uriarte y 19 miembros de la dirección se van y descabezan Podemos Euskadi

Descabezan la organización vasca a mes y medio de las generales por discrepancias con la secretaría de Organización. Dan su apoyo a Pablo Iglesias y a Juan Carlos Monedero



Uriarte llega al Arriaga a comunicar las razones de su dimisión / P. G.
    Todo comenzó en el Arriaga y allí ha concluido. La plaza del teatro bilbaíno en la que se concentraron y comenzaron a articular su proyecto todos los inconformistas del 15-M ha sido el escenario esta mañana del último capítulo del Podemos de Roberto Uriarte. El profesor de derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco ha sido despedido por sus compañeros al grito de "capitán, mi capitán", emulando el adiós que los alumnos le dieron al profesor Keating en El Club de los Poetas Muertos. "En estas condiciones no podemos seguir haciendo nuestro trabajo de manera digna", ha dicho Uriarte después de criticar a la secretaría de organización.
    Con Uriarte han anunciado que se marchan otros 19 miembros del máximo órgano de Podemos Euskadi, descabezando toda la dirección, a menos de mes y medio de las elecciones generales, en la que solo quedan cinco o seis personas. Tras las elecciones forales están peleando por ser la segunda fuerza de Euskadi, después del PNV y en pugna con EH Bildu. Uriarte, que ha leído un comunicado y después ha respondido a preguntas, ha explicado que la culpa no la tienen ni Pablo Iglesias ni Juan Carlos Monedero, a quienes ha mostrado su apoyo incondicional, sino la secretaría de Organización.

    Nos han impuesto un sistema poco democrático de circunscripción única"
    Roberto Uriarte
    "No responsabilizamos de lo que ha sucedido a Pablo Iglesias, hicimos nuestro y seguimos apoyando su proyecto de cambio. También Pablo como Juan Carlos están sufriendo las consecuencias de esta lamentable situación", ha dicho, para después precisar: "El origen del conflicto está en la secretaría de Organización que actúa como los aparatos de los viejos partidos. Nosotros seguimos creyendo en una política diferente y en una manera de hacer política diferente". Parafraseando a Monedero ha dicho que "hay generales mediocres en Podemos".
    Quien les llamó el pasado martes para paralizar la rueda de prensa en la que ya estaban los medios de comunicación y en la que iban a presentar como cabeza de lista por Bizkaia a López Uralde en vez de al candidato que quería Madrid, Eduardo Maura, fue Íñigo Errejón. A partir de ahí se ha desencadenado la crisis.
    "Nuestro trabajo se ha visto obstaculizado porque han convertido el asalto al poder, desde una posición centralizada,  como la razón que dejaba todo lo demás en segundo plano. Una de las consecuencias de esa política es la falta de confianza en los representantes territoriales", tanto en el plano político como en el organizativo, y electoral, ha dicho el ya ex secretario general de Podemos Euskadi. Uriarte, con una camisa de cuadros y una camiseta morada de Podemos, ha explicado que las consecuencias de esa desconfianza son que se ha intentado desde Madrid que los pronunciamientos en temas como pacificación, convivencia o articulación de país "fueran genéricos", cuando "nosotros preferíamos hablar claro".
    En el plano organizativo "no hemos dispuesto de censos, ni de la posibilidad de hacer consultas a la ciudadanía ni tener una comisión de garantías propia", mientras que la estatal "ha minado la autoridad que nos ganamos con los votos". En el plano electoral ha criticado que "nos han impuesto un sistema de circunscripción única ante el que ya mostramos nuestro descuerdo" y que ha propiciado que "solo gente afín a la estructura central y sin arraigo a los territorios" pudiera ocupar los primeros puestos.

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    Nota del blog.

    Tiene toda la lógica esta crisis de Podemos en Euskadi. Si se es coherente y transparente no se puede estar en Podemos. Y si se está en Podemos es muy difícil ser coherente y transparente. Por eso mismo, el que los portavoces vayan abandonando el Titanic del despropósito antes de que se vaya a pique, es muy natural. Como lo es que la cúpula podemita esté reclutando y fichando marcas personalizadas como independientes para sustituir a la ciudadanía que se las pira porque no comparte los métodos cortoplacistas, opacos y nefastos a largo plazo.

    Cambiar este país no se reduce a conquistar el fortín de la Moncloa ni a obtener un rodillo parlamentario como hasta ahora. Ni de coña. Cambiar este país y, también, cambiar Europa significa que sea la ciudadanía la que se vaya haciendo cargo de lo que que necesita y lo construya, que sea la ciudadanía la que elija y se presente a las urnas para ser portavoz de sí misma y no los elegidos a dedo por el jefe del cotarro "pablemos" y su cúpula de neo mandarines (o su versión bancari-a-tutiplén, en replay, dirigida, manoseada y  orientada a la diestra de lo siniestro en plan naranjito apócrifo, por el nudista Rivera y sus huestes femeninas, paripuestas, cocidas en rayos UVA, como es lo propio(¿?), en tales ambientes, donde la frescura, la espontaneidad y la belleza de lo natural no deja huecon para lo rancio ni para lo viejuno ni para lo insolidario ni para la cutrez personalizada)Estamos que lo tiramos con los recambios del mismo archivador. Ains!

    Y esto es el resultado: lo que está pasando, y por eso se descompone todo lo que no va en la dirección sana de la democracia. Por eso sólo las formaciones podemitas que logran tener en sus filas más ciudadanía que aparato, resisten y adquieren solidez democrática, saben y pueden confluir sin  montar tensiones ni cavar abismos, sino dialogando de verdad y tendiendo puentes; no sucede tal cosa con las formaciones a la valenciana, sostenidas por un bunker obediente a "Madriz" y de espaldas a Valencia, que tiene menos apoyo popular en la medida en que se aparta de la asamblea y se concentra peligrosamente en el "aparato". 
    Lo cierto es que Podemos está roto por dentro por las presiones de una cúpula ávida de poder y deshonesta con la ciudadanía. No parece probable que en un mes y medio, el clan Podemos logre superar lo que en más de un año no ha sabido comprender ni mucho menos gestionar. Una pena. Pero no se puede negar lo evidente. Podemos no podrá ser algo más que un partido de remiendos, justo, por creer que aceptar la unidad popular de esa izquierda que está empeñado en desbaratar para hacerse el amo de los derribos y desguaces, es sólo una sopa de siglas. Y se encontrará siendo el amo de la nada de nada, pudiendo haber sido el motor y la base organizada de casi todo.

    Ya lo describió perfectamente Carlo M.Cipolla  en su lúcido y breve ensayo Allegro ma non troppo : El inteligente de verdad construye el bien y el acierto para sí mismo y para todos, en el mismo impulso. El listo perverso y egoísta construye su propio bien a costa de exprimir y hacer el mal al resto. Pero sólo el imbécil hace papilla al prójimo mientras él mismo se hunde y fracasa en su propia y desastrosa imbecilidad.

    Si no nos espabilamos y nos votamos a nosotros mismos como en Mayo, en una Unidad Popular seria y con ganas de sacar adelante la eficacia de la decencia, España será una vez más una cloaca muy constitucional, muy puesta, muy ceremoniosa y muy dinástica -puesto que al parecer la mugre de la pseudopolítica también se hereda, como los títulos y prebendas- a la hora de celebrar el triunfo de la caspa  de siempre. Será de nuevo otra astrakanada a lo Lina Morgan.  Tal vez otro programa de Gila. U otro Sálvame de luxe, pero parlamentario, ejecutivo y judicial, eso, si los C's no llegan al punto de gobernar forzando pactos, porque como lleguen a pintar algo de verdad, también nos recortarán el Poder Judicial, como piensa hacer el TTIP en cuanto consiga colarnos el gol gracias, no sólo a la derecha con su terrorismo social en ristre, sino también gracias a la falsa izquierda como el Psoe y a la comedieta de Podemos apostando por la OTAN, que es el TTIP de la guerra.

    Esperemos y hagamos todo lo posible para que la lógica del desastre anunciado no se cumpla, y como en Mayo, la ciudadanía salga por la tangente una vez más, obligando al lumpen habitual a aceptar lo irremediablemente justo.
     


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