lunes, 2 de noviembre de 2015

La voz de Iñaki


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Madrid es un basurero

EL PAÍS  

Iñaki, gracias!!! Te queremos. Todos los españoles y españolas normales, a quienes les interesa por encima de todo el bien común, no podemos hacer otra cosa que quererte siempre a nuestro lado. Gracias, de verdad. Ni te imaginas cómo reconforta escuchar tu alma y tu inteligencia de buena gente al comienzo de la jornada, cada día. 
Lo cierto es que seamos de donde seamos, Madrid es para la mayoría de españoles, la casa de todas. La casa del pueblo, como diría el viejo Pablo Iglesias, que en realidad era mucho más joven que la réplica actual. Porque aquello era de verdad nuevo y lo de ahora es un refrito. Pero, bueno, es lo que hay. Y habrá que mejorarlo en lo que se pueda. 
Y, sí, tienes razón, amigo Iñaki, somos los desaharrapados, la gentuza sin pedigrí, la que, los que por fortuna o porque sin ella, no tenemos nada más que perder que la dignidad, quienes estamos empeñados en que la vida se humanice, la basura desaparezca de las calles y de las conductas y de las mentes, sobre todo. Porque, ciertamente, no es casualidad sino una triste y real analogía, que vaya en paralelo el basurero moral que nos domina, con la basura material que inunda la capital de nuestro País. Lo mismo pasa en Roma, a lo peor es el contagio del detritus imperial que no se deja convertir en compost, y transmuta per se  en una ola de mugre que resbala entre palacios reales, principescos y ducales, entre catedrales e iglesias, palacios papales o arzobispales o episcopales, monasterios y cuarteles....rastros y rastrillos, museos y ruinas que sobreviven a los seres humanos que las construyeron. En realidad estas ciudades guarrísimas son como vivir eternamente en una fiesta de Hallowe'en, en la que se hace un infinito homenaje a la putrefacción,  a los muertos y a los zombies, day by day. Si antes el festejo se celebraba con flores y velitas a los Santos y a los queridos difuntos, ahora se les celebra con los contenedores a rebosar, las bolsas de basura espachurradas en el asfalto, la mierda como medioambiente...o sea, un ámbito mierdambiental. Y todo por des-obra y desgracia de un gobierno 'hidalgo del Lazarillo fashion', pasado por el Patio de Monipodio, donde Rinconete y Cortadillo, junto al Buscón Don Pablos y al muy preclaro pícaro Guzmán de Alfarache, dan unos masteres que alucinas, oye. Y todo por cuenta del Estado; el copago se hace por anticipado con muchísimo sobrecogimiento. 

Afortunadamente, los desharrapados y desaharrapadas, no nos hemos  olvidado de la decencia, ni de que la higiene es un bien común ineludible para la salud más básica, además de ser cosa de los spas, de los centros estética y de los ayudas de cámara y de las señoras de la limpieza, tampoco nos hemos olvidado de como se limpia cada uno su casa y evita manchar la casa de todas, ni de que no es más limpio quién más limpia, sino el que mejor recicla y menos mancha. Y que no es más rico quién más tiene sino quién, de verdad,  es suficientemente libre para necesitar poco y ser feliz. Tampoco hemos olvidado que es imposible que haya cultura, arte, inteligencia y belleza en un estercolero malviviente y apestoso, por mucha fanfarria que de que se disponga. Y lo ridículo que resulta pretender ser 'grandes' de España, en tantos sentidos,  y enanos cívicos y éticos en todo lo demás.

Otra vez, gracias, caballero andante del civismo, de la ética y del sentido común. Iñaki Gabilondo.


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