Cuentos de hadas
EL PAÍS
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Cuento chino, Iñaki, al paso que llevamos. El de hadas sería más llevadero, más bonito. Más poético e inocente. Pero esta calamidad de bonita no tiene nada, ni de sugestiva. Esto, además de poner la carne de gallina y los pelos como escarpias, cada vez se parece más a la depredación de la economía china, desalmada, descosida, destroyer, cancerígena social. Justificando hasta un ¡comunismo capitalista...! Una aberración de tomo y lomo.
¿Cómo olvidar lo bien que se lo pasó Cospedal en su viaje explorador de descubrimientos marcopolistas en el Oriente Extremo? En la ruta de la lija del 8 y del salfumán-chú. Estaba alucinada, como pez en el agua, disfrutando cual cerdo en charco, desbordada por las infinitas posibilidades de explotación esclavista que ofrece el enjuague contemplado desde cerca, en plena sintonía de sensibilidades y black&decker en ristre. En plan aquí serramos, allí re-cortamos, acullá rajamos en canal, y urbi et orbe desmembrillamos, perforamos, clavamos, retorcemos, martillamos y así, pasito a paso, golpe a golpe, cuento a cuento, nos vamos forrando sin sobre-sobresaltos, pero muy sobre-cogidos, en el lance más descarado y cínico de la historia patria y continental.
En Europa hay algunos precursores de este estilo depredator; Ceaucescu, al parecer y por la reacción enloquecida de las víctimas tras su batacazo final, se ve que conocía estos mismos métodos de abducción, Berlusconi también es un buen practicante, aunque le mantenga el tapadillo su vena escénica con ese peculiar y rijoso sentido del humor, que solo entienden él y sus velinas beneficiarias y esa máscara vitalicia que ha cobrado vida propia e independiente del resto del cuerpo y que en plena metamorfosis, cada día presenta un aspecto más anómalo sobre un rostro ya missing a saber donde. Son las cosas del poder. Del poder arramblar con todo lo que se ponga por delante y si para más honra del cacicato, ese 'todo' da dividendos que se vuelven multiplicandos en un quítame allá esa gürtel y déjala para luego, hasta que caduque en plan yogur del periodo pre-cañetiano.
Sólo la tradición narradora china puede amadrinar una vocación y una praxis cuentista de tal calibre y contenido. Y eso el pp lo borda. Lo de reproducir, como chinos, lo que sea si conviene para mayor gloria y provecho de los paraísos y los bolsillos que acaban en los paraísos.
En el fondo son puro sincretismo, entre la práctica del tao forrístico, el amor por la pasta del catolicismo fetén y más creyentes y devotos que los musulmanes del E.I. Llevan su jihad particular a base de tesoreros, primero subvencionados, luego encarcelados, SMSeados, jaleados, defenestrados y finalmente recompensados con la libertad vacacional bajo mordaza. Ellos no esperan hacer méritos rebanando cuellos de los impíos para ir al Edén, no les hace falta habiendo extranjeros pobres y sin papeles disponibles con los que ensañarse, ya se lo montan en este mundo material en cualquier banco discreto del planisferio terrestre. Y les da mucho más juego. Dónde va a parar.
Y qué mejor ejemplo de cuenta cuentos a cuenta cuántos, que el propio Mariano. Cuánto más habla más la pifia, cuánto más calla más la remata. Un verdadero fenómeno cuántico que algún día estudiará la física del desguace plasmático. Tiempo al tiempo, como define el lema de esa partida, que en realidad nunca fue partido sino banda de todo, menos de música.
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