George Orwell: «En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario».
viernes, 24 de abril de 2015
Momento
Hay tardes milagrosas que sin saber por qué,
con bruma y cielos turbios brillan sin condiciones.
Y es como si ocurriera de golpe el Universo.
Será porque la calle se ha vaciado de nada
quizás porque hay colores en los ojos
que siembran las aceras de suaves plenilunios
¿Qué importan los motivos de este cruce
entre lo pasajero y lo perenne?
Hay sabor a certeza
en este aroma pleno de manzanas asadas
que ha doblado la esquina de la fugacidad.
Ayer se fue aquel sueño
disuelto levemente
entre las pesadillas de otra sombra trucada;
hay sueños que se mueren porque una vez vivieron
y luego están aquellos que ni siquiera han sido
y por eso se borran a sí mismos sin ningún aspaviento
como un dibujo torpe que nunca representa
aquello que imaginas y al punto se diluye
bajo el roce implacable de una goma
cansada de borrar banalidades
Hay sueños, sin embargo, de otra especie
que siempre te acompañan y te esperan
hechos de realidad y de materia eterna,
permanente;
sueños como este aquí con este ahora
flotando entre los libros y la tarde
gajo de tiempo y luz
que se me ha despedido de repente
lo mismo que ha llegado
en la maceta
con sus hojas de verde prodigioso
y el rojo carmesí de una flor distraída
mirando por sorpresa al suroeste.
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