viernes, 24 de abril de 2015

Análisis in situ



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Un síntoma definitivo de esencia y presencia ciudadana en los asuntos públicos  que no estábamos acostumbrados a ver entre la fauna y flora de los partidos políticos al uso, son las dimisiones en los cargos electos por motivos éticos y de conciencia. Podemos está siendo un ejemplo muy ilustrativo de la diferencia que existe entre ciudadanía y apaño encaminado a la rapiña del poder como solución  fast-food del desastre. Cada día surgen más y más dimisiones de ciudadanos y ciudadanas podemitas que no encajan en el 'código  complutemos' y abandonan las tentaciones de poderío a costa de la democracia interna y de la coherencia ética que no se combina bajo ningún razonamiento decente con la incoherencia política. Es muy buen signo de cambio y de esperanza, tal vez no para el Podemos diseñado como herramienta trepadora a cualquier precio, sino para el Sí se puede del resto de ciudadanía que no se quiere conformar con la chapuza de siempre porque ya ha aprendido y escarmentado en estos anni horribiles
Una ciudadanía cada vez más despierta que ya sabe de sobra que es imposible improvisar un cambio de verdad. Que los verdaderos cambios no son producidos directamente por la convulsión traumática de las crisis económicas, sino por  el aprendizaje sosegado que esas convulsiones  sociales provocan en los individuos y en los colectivos que forman los individuos impulsando la creatividad solidaria, el apoyo mutuo, la estatalización participativa, que cambia la condición del Estado desde la desgastada verticalidad de la actual e ineficaz función controladora-policiaco-omnipotente,  sierva y cómplice de los mercados financieros, hacia un proyecto común democrático, abierto, participativo,  autónomo y soberano, responsable, organizado y horizontal. 
 La inteligencia individual cuando se comparte facilita la activación de la  inteligencia colectiva, pero jamás puede hacer nada desde un puesto de mando; el poder de los nuevos tiempos es servicio público a la ciudadanía, no un ten con tén enfrentado  entre poder y pueblo. Lo que llamábamos pueblo se ha quedado reducido al concepto territorial no al contenido humano que cada vez es más ciudadanía y menos masa.
 Quizás el gran fallo del proyecto complutemos, haya sido no haber captado esa particularidad sustancial y original , de nuevo cuño antropológico,  en el 15M, en el que sólo vio una revolución al uso histórico, de cabreados y descontentos desorientados rebaños sin pastor, que les estaba gritando: "conducidme, empoderadme, que yo no sé quién soy ni qué hago aquí". Quizás si el Estado no hubiese apretado tanto las clavijas, si el paro generalizado, los sueldos reducidos a la tercera parte de lo necesario para vivir con dignidad, los desahucios sin compasión y sin parar, los recortes injustos para muchísimos y el lucro descarado para unos pocos favorecidos por el caciquismo, el nopoder pagar los recibos, los niños eligiendo entre cena y desayuno y dependiendo de la escuela para comer a mediodía mientras no sean vacaciones..., los abuelos manteniendo con sus pensiones de 600 euros a los hijos y nietos, y teniendo qu elegir entre las aspirinas y el pan, quizás sin ese empuje de la hecatombe, Podemos hubiese conseguido obtener más adeptos incondicionales, pero resultó que ese partido apareció cuando ya la ciudadanía se había organizado por sectores o mareas, plataformas e iniciativas populares. Habían empezado a comprobar que Sí, se puede caminar juntos sin pisotearse, sosteniéndose unos a otros sin aspiraciones de poder ni de gobernar, sino encontrándose en el diálogo y en la acción. Porque ningún gobierno es capaz de parar la barbarie  de la injusticia pero la ciudadanía, si. Tal vez porque los gobiernos y partidos usan a la ciudadanía para sus fines y la ciudadanía organizada no los necesita tanto como se imaginaba.
 Podemos apareció como una herramienta libre y adaptada a la soberanía cívica, pero cuando fue desvelando su verdadero propósito prefabricado, los ciudadanos fueron comprendiendo que posiblemente ese Podemos al que se ha dado carta blanca y tanta publicidad en los medios tal vez sea un comodín del mismo sistema que interesa potenciar para que los movimientos ciudadanos entren por el aro de su estatalización en vez de que sea el Estado  verdaderamente de Derecho al servicio del bien común, el que se convierta en la expresión representativa real de la ciudadanía. Podemos ha salido rana. Poco a poco fue mostrando el pelaje embaucador de los de siempre, nada de un movimiento social con "asa" en el Parlamento, sino un aparato de poder muy bien organizado desde los despachos, aulas y seminarios de la Universidad Complutense, pasando por el master práctico de Latinoamérica, donde los populismos están a la orden del día con sus cesarismos correspondientes. Y hasta Evo Morales tiene modos de caudillo "popular", nada de indígena sencillo y humilde; menudo ego el de Evo...El populismo confunde la igualdad y la soberanía con el colegueo y lo campechano y  con la ausencia de protocolo, pero tiene la misma indiferencia por los ciudadanos que todos los políticos 'profesionales' de toda la vida. El modelo, de momento, parece haberse reducido a José Mujica. Y nada más.
Con este panorama la desbandada de gran parte de  Podemos hacia candidaturas municipalistas independientes, la misma Manuela Carmena es un ejemplo, -Podemos la apoya, pero ella va por libre-, es el modelo que ahora mismo están eligiendo miles de militantes y antiguos cooperantes y simpatizantes podemitas. Ciudadanía que ha despertado y se ha puesto las pilas y pretende empezar la casa por los cimientos de la municipalidad, que es la base del tejido ciudadano. Cada vez los plenos municipales cuentan con más participación y más propuestas ciudadanas que ya no pasan sólo por los representantes concejales y regidores, sino que se prefiere la participación presencial en directo. Cada vez hay más interés por conocer las leyes, los dictados de los alcaldes y los presupuestos transparentes que se quieren pactados con la ciudadanía. En fin esas teclas eran desconocidas en el teclado artificial y ad hoc de Podemos. Creyeron que bastaba con un buen aparato mediático como fuerza de arrastre de  masas, pero, afortunadamente, no ha sido así. La ciudadanía, cada vez más, pide y exige que cualquier partido empeñado en representarla no tenga menos exigencias éticas y democráticas que ella misma, así que no lo tendrá fácil porque el biparty llega hasta donde llega y sus miniyoes, Podemos y C's tampoco es que estén como para tirar cohetes en asuntos de lucidez y autoridad moral. Pero lo bueno, por ahora, será la pluralidad de los ayuntamientos, la ruptura de la inercia indiferente y la asunción personal de los asuntos colectivos. Y eso ya es muchísimo. Como dice la canción de Nacho Vegas, un hermoso rurún se ha colado en las conciencias y en las mentes. Y cuando ese rurún , para más inri, nace de dentro y no de las cadenas de TV, nada vuelve a ser igual. Afortunadamente.

Líneas rojas:
ES IMPOSIBLE QUE UN VERDADERO ESTADO DE DERECHO Y DEMOCRACIA PUEDA EXISTIR NI  FUNCIONAR SI CARECE DE ÉTICA  CIUDADANA Y DE MORAL SOCIAL E INSTITUCIONAL

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