miércoles, 29 de abril de 2015

Cine para disfrutar

                                    


El cine francés y belga es una mezcla magnífica. Y esta película lo confirma. Bella, entrañable, sencilla, conmovedora y llena de valores humanos con muchos matices y con una capacidad expresiva, tan estética como ética, sin tapujos y con un humor delicioso. Absolutamente recomendable por la profundidad de su mensaje y la gracia de su narrativa. El arte de hacer un cine estupendo sin truculencias ni retruécanos ni horteradas. Tan fresco y natural como la vida cuando no se complica más de lo que ya es por sí misma. Magnífica como material de debate. 






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