Las tres semanas españolas de la Navidad tocan a su
fin. Muchos españoles apuran las últimas horas entregados a la tarea de
comprar con encomiable entusiasmo. Los grandes parques temáticos de
centros comerciales llenos desde primera hora de la mañana. Pasillos y
tiendas en alegre festejo. Apenas nadie tiene, como nosotros, doble
visita de forasteros obsequiosos que entran de noche por las ventanas a
traer regalos. Uno, procedente del norte; tres, de Oriente. Como en España no se vive en ninguna parte repetirán algunos.
Las librerías registran una inusual actividad, auténtica aglomeración.
Es fácil comprobar la presencia de neófitos que no distinguen entre las
cajas de pagar y los pupitres de información. Loado sea el espíritu que
los introduce en los templos del saber –y del merchandising,
todo hay que decirlo- piensas por un momento, solo un momento. Dos
tendencias sobresalen entre los libros: los de autoayuda y los de
cocina.
Cualquiera cara conocida por salir en una pantalla cocinando ha debido sacar su libro. Y así encontramos
Cocina para familias o personas solas, vegetariana, verde, sana y de
fritos y tapas. Innovadora y tradicional o casera, rápida y de baja –y lenta - cocción, para adelgazar –comiendo -, para aumentar la longevidad o para Peter Pan
que todavía deben ser los hombres que se resisten a crecer.
Probablemente con un rico surtido de papillas o platos de pasta. Rizando
el rizo es posible aunar las dos preferencias de moda y adquirir libros
de cocina para vivir mejor.
Se unirá así a toda la suerte de consejos en formato libro, cartel, taza, cepillo de dientes o adorno en donde recuerdes que tú puedes con todo, has de perseguir tus sueños –éste se lleva mucho
-, y seguir andando aunque no puedas más porque es lo que te diferencia
de otros. Que rendirse no es una opción, que saldrás de está, que esto
también pasará, que cada día cuenta contigo y que en definitiva tienes que ser feliz.
No deja de ser curioso en un país que registra cifras récord en consumo
de ansiolíticos y antidepresivos. Quizás piensen que tomando el
desayuno con esa frase positiva no será necesario el tranquimazín o el
orfidal. Uno ponía Not, no en inglés, que explica muchas cosas.
La España de Campofrío en su apogeo, la maniquea, la que hace las
delicias de esa simpleza fanfarrona y persistente que ha dado en
llamarse “cuñadismo”. Lo peor es que muchos niños participan de la
ceremonia con similar júbilo. Papa Noel o Santa Claus han caducado por
este año como el yogur y esperan ya a Melchor, Gaspar y Baltasar. Y los
caramelos que se cogen con paraguas del revés para que los otros no
pillen ni uno.
Pobres de nosotros. Quienes viven así y
quienes sufren sus decisiones. Porque mirar la deriva de esta sociedad
lleva a preguntarse si estamos preparados para afrontar lo que se nos
viene encima.
Nos encontramos en uno de los momentos
más preocupantes de nuestras vidas. Todas las piezas del caos
construidas a conciencia están a punto de ensamblarse. No quisieron
evitarlo antes y ahora tampoco. Se están afrontando los alarmantes
cambios con la habitual despreocupación, con insensata
irresponsabilidad.
Estados Unidos y Rusia reactivan
la guerra fría. Reactivan sus negocios para ser más precisos.
Disponiendo ya material de defensa ante amenazas, cuando precisamente
confluirán en la cabeza de ambos países dos personas con muchos puntos
en común y gran afinidad y simpatía el uno por el otro. Trump, el
inminente presidente norteamericano, defendió a Putin, frente a Obama.
El mundo en estas manos vive en un polvorín. Y las empresas empiezan a
tomar partido. Por el poder. La automovilística Ford ha cancelado una inversión millonaria en México por las amenazas de Trump.
Pero aún habría que añadir a Theresa May en el Reino Unido del Brexit
que no pasa por ser la más razonable, ni progresista. Varios más
aguardan la salida. Sin olvidar a unos cuantos sátiros diseminados por
puntos neurálgicos, como Al Asad en Siria o Erdogan en Turquía que está
encarcelando a medio país con la excusa del presunto golpe de Estado que
sufrió. Y sin duda los atentados terroristas que -sean fruto de
asesinos solitarios u organizados por ISIS que los reivindica todos-,
crean una gran alarma social. Añadan la siembra permanente del miedo. Seguridad es la palabra del inicio de 2017, la que cuentan proporcionan los controles y las armas.
Entretanto, muchos ciudadanos, en su nube. Vistas las tendencias de
consumo de estos días, igual piden, en la carta a los Reyes Magos, una
máquina de croquetas para comer la cuarta parte de proteínas envueltas
en harina. Con la ventaja añadida de que son blandas y fáciles de pasar.
Y varias tazas de pensar en positivo.
Pero
convendría más demandar que sus hijos no lleguen a saber cómo, entre las
decisiones de unos y otros, les va a ser más difícil estudiar y
conseguir un trabajo bien remunerado. Y que emigrar empieza a no ser una
salida cuando se levantan las fronteras y en el Reino Unido, o en los
Estados Unidos de Trump, solo quieren a los nacionales. Tenemos tanto
que contarles. Imagínense a quienes ni siquiera les alcanza muchas veces
para croquetas.
Prueben a pedir a a los reyes magos
justo lo contrario: saber lo que está sociedad está haciendo y porqué.
Han de estar preparados. Una reflexión acerca de lo bien que se traga la
corrupción del PP. El constante olor a trampa de muchas de sus
decisiones. El sabor a impunidad llegada al culmen en el caso de las
responsabilidades por el accidente del Yak 42, con 62 militares muertos,
que hubiera sido evitable.
Los privilegios de unos sobre otros. Los apaños para no pagar impuestos. El “cerebro financiero” de la Gürtel se lo amañó a Supermercados Alcampo, según su propia confesión. Los indultos del gobierno del PP, como a ese “promotor inmobiliario” que estafó a numerosas familias
vendiendo casas que nunca construyó. Imaginen que la corrupción
organizada fuera de un partido de izquierdas. Piensen qué pasaría y qué
dirían usted, sus conocidos y los medios. Reflexionen sobre cómo está
sociedad engulle la corrupción letal y se atraganta con fantasmas de
odios inducidos.
Recapaciten sobre qué hay de verdad
en toda esta patraña, en quién se beneficia. Cómo el mundo ha llegado a
las puertas de Trump, y de Putin, y todos los demás de una larga lista. A
un segundo gobierno de Rajoy y a una Gestora del PSOE que da el
gobierno a Rajoy. Cómo se lo han contado o cómo no se lo han contado. Y
por qué. Calibren esa influencia sobre los hechos. Y, sobre todo,
piensen qué van a hacer ustedes.
Para empezar, todos
los niños -y mayores- del mundo harían bien en pedir a los Reyes Magos
que les saquen de debajo de la cama al lobo ComeCaperucitasyPeterPanes. Es lo primero para ser autónomo. Aunque mucho mejor será que lo saquemos nosotros mismos.
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