jueves, 5 de enero de 2017

SILVIO RODRIGUEZ "hacia el porvenir"





Transición por los aires. País hecho unos zorros. Franquismo en conserva. Izquierda en crisis y derecha en modo agujero negro insaciable. Anatomías de un minuto cercadas en la mesa de las auptosias, sin forense que las regule, monederos sin poder adquisitivo, o sea, vacíos de  contenido pero llenos de aire; contrapodres que quieren poder tanto o más que los poderes y acaban despodiéndolo todo, pero poniéndolo perdido de desperdicios  y dejándolo igual de mísero que hace ciento cincuenta años aunque con mucho más glamour mediático y con menos fuelle recuperable. Cuánta copla sin música. Cuánto ruido sin melodía ni ritmo ni compás. Cuánto estribillo suelto sin estrofa de referencia, cuánta esfera sin eje y cuánto palo de ciego, aunque en la ONCE dicen que la cosa tampoco va con ellos, que los ciegos que ven visiones y las reproducen como partidos políticos no son cosa suya como los cupones diarios y el cuponazo semanal.

De momento, como siempre, todo está en la mesa de la cocina a medio amasar, a medio batir, a medio aderezar, a medio cocer, a medio aliñar...a la  espera de que aparezca el cheff ganador del concurso inganable y así poner todo en orden como dios solía mandar;la clientela se empeñó en doblete y por primera vez en la historia, en que ganasen todos y ninguno, o sea, en que aprendiesen a escuchar lo que no les gusta de los demás y a dejar un poco en segundo plano lo que les encanta de sí mismos e imponerlo como código de Hammurabi. Las urnas han desconcertado de tal manera sus hambres hegemónicas que han preferido hacerse el hara-kiri, unos como izquierda anoréxica y los otros como derecha bulímica, que lleva ya cinco años de bacanal sin límites, comiendo hasta reventar para acabar vomitando y seguir devorando todo lo que pillan por el medio y por los flancos.De las izquierdas ni se acuerdan, ya las ha dejado a su aire, tras comprobar largamente que se bastan a sí mismas para hacerse puré.

Ni unas ni otras han caído en la cuenta de que a lo mejor ya no sea el tiempo de las banderas, prietas las filas, buenos y malos, arribas y abajos, diestra y siniestra, ricos y pobres, creyentes y ateos, lo nuevo y lo viejo...Tal vez sea que ha llegado el tiempo de salir del bucle y tomar tierra en la dura realidad en vez de jugar en plan competición a asaltar cielos de colores y siglas variopintas. 

Lo cierto es que nada es casual, pero todo es causal. Más allá de azares o certezas, todo efecto tiene una causa y viceversa. Y este mundo necesitaba un buen capón para despertarse y mira por donde han sido ellos, los lideresos y sus equipos deportivos, los que han hecho la faena definitiva: conseguir con  sus fijaciones estúpidas y haciendo la vida imposible, literalmente, que la sociedad vaya tomando conciencia de que ellos y sus historias solo son una cortina de humo que está impidiendo ver que el verdadero problema no son ellos, ya ni siquiera la pérdida en picado del estado de bienestar, que el problema real es que el sistema inventado por ellos y mantenido irresponsablemente por todos nosotros está acabando con el Planeta y que la cosa va en picado y sólo, de momento, se puede desacelerar un poco, si ellos se hacen a un lado y nos dejan apañarnos, como al fin del imperio romano o como con el Arca de Noé, o sea, salvando lo que se pueda en la Naturaleza y volviendo a ella, no para liquidarla y reducirla a un desierto virtual de frikis, sino para cuidarla y ser cuidados por ella, desde parámetros mucho más sabios y equilibrados. Más justos y solidarios. Más humanos. 

Les/nos guste o no, es lo que hay. Y cuanto más tardemos en comprenderlo y cambiar de registro, más imposible será, no ya el fin de la crisis, sino nuestra supervivencia. 
Con la misma iniciativa y fuerza con que reclamamos el fin de la miseria energética y las desigualdades para los más abandonados, tenemos que conseguir el cambio y el abuso de las energías y nuestras costumbres derrochadoras, insolidarias y letales. Las propias, sí, en casa, en el trabajo, en la movilidad ciudadana, en las compras al tuntún, por comprar y quitarse la depre, en el uso del coche a tutiplén y del móvil y del Ipad y del Smartphone que ya son órganos casi físicos del cuerpo cada vez menos humano y de los viajes maravillosos de vacaciones a las antípodas en aviones que están dejando todo irrespirable extendiendo por todas partes el gofre infinito de sus residuos aéreolíticos. 

Es posible que si los miembros de los partidos actuales no caen pronto del guindo, del montoro y del rajoy, de la aquirre, del gonzález o de la díaz, del iglesias o del errejón, se encuentren de repente solos en medio de la nada. Sin currito que les vote ni perrito que les ladre. Sin ni siquiera papel para el water ni nada que tirar por él; ni los votos, ni las urnas, ni una mísera giga para pantallas ni para el crowdfunding. Ni pelas que cobrar. Los supervivientes, que serán los que resistan con más lucidez y mejor disposición y apertura mental (no el acopling estratégico), se acabarán montando una vida en paralelo, como apuntaba en los noventa aquella novela tan surrealista de "Las Nueve Revelaciones", los estados acabarán disueltos en sus heces ya liofilizadas y en código de barras sin funciones, y las ideologías, por fin, habrán encontrado su sentido primordial:el bien común o la nada. El amor-justicia o la incineradora cósmica inventada en la Tierra por una multinacional de EEUU, gestionada por el ectoplasma holográfico del Trump de turno. La inteligencia colectiva de las conciencias individuales, o la puta extinción.
A nada que se descuiden y los demás se lo sigamos permitiendo, no nos librará de ese futuro infame ni la paz ni la caridad, como se decía en la España de hace sesenta años, y que al parecer sigue vigente y tan pizpireta, bailando zumba en los mismos esquemas mentales, aunque debajo de las rastas y los selfies en Ferraz, Génova, la Complu o Silicon Valley.
Ains!


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