lunes, 23 de enero de 2017

El rey colorao












La llegada de Trump siembra la incertidumbre en Taiwán
Donald Trump, junto a su mujer Melania, este 21 de enero de 2017. EFE
El horror ya ha redecorado el despacho oval. Cortinajes dorados, sofás dorados y moqueta dorada para que el rey del colorao se sienta como en casa. Mientras media humanidad espera que algún tipo de milagro lo detenga, el profundo programa de contrareforma autoritaria y plutocrática que impulsa Donald Trump avanza entre golpes de efecto y maniobras de distracción para que nos perdamos en lo irrelevante mientras su administración decide lo importante. Hace apenas unas horas, comparar a Melania Trump con Jacqueline Kennedy nos habría parecido tan extravagante como comparar a Belén Esteban con Grace Kelly, pero hoy ya se trata como un asunto de portada.   
El desconcierto es general. Los conservadores bien pensantes que le votaron, convencidos de que el sistema le haría entrar en razón, empiezan a desquiciarse y a deshacerse en disculpas y excusas. Como casi siempre, la izquierda tuitea y se moviliza con esa intensidad que tanta falta hacía antes de la derrota, mientras se entretenían debatiendo ferozmente si Obama había podido o no, o si Hillary era demasiado mayor, demasiado mujer, demasiado prosistema, demasiado militarista, demasiado liberal, demasiado lo que fuera.
En el ala liberal reina el caos. Una mitad de los liberales el mundo, especialmente los entrañables españoles, intentan separarse como sea de la sombra proteccionista, autoritaria y patriotera de un Donald Trump que demoniza la globalización casi tanto como ellos la santifican. La otra mitad, con los españoles siempre liderando el liberalismo mundial, busca afanosamente señales que demuestren irrefutablemente que el nuevo presidente es un redentor venido para salvarnos de la plaga de comunismo, colectivismo y socialismo que nos asolaba y devolvernos el libre albedrío y la felicidad.
En su primer discurso no ha podido hablar más claro, ni resumir mejor su programa. La culpa es de los otros, nos han robado y la solución es defendernos. No hay más. Eso es cuanto necesita para justificar un programa de gobierno que consiste básicamente en gastar masivamente en los negocios de la minoría y recaudar masivamente sobreexplotando la renta de la mayoría. Es la apoteosis de la teoría del goteo: lo que es bueno para los millonarios que conforman el Gobierno Trump será bueno para América, porque su riqueza siempre acaba "goteando" y mojando de una manera u otra al conjunto de la nación.
Hoy la culpa de todos los males reside en la casta de Washington, los liberales de izquierdas, los inmigrantes y, en general, todos aquellos que no son blancos norteamericanos como ellos. Cuando ese plan falle, y fallará porque siempre lo hace y porque ni la grandeza, ni los buenos trabajos, ni el bienestar social han vuelto jamás de la mano del proteccionismo y las políticas de extracción fiscal, se buscarán un enemigo exterior a quien imputar todas las desgracias. Las figuras del elitismo radical americano, como William Domhoff o C.Wright Mills si aún viviera, no deben dar crédito ante semejante pesadilla.

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Comparto esta opinión, Antón Losada. Sin embargo se me quedan demasiadas puntadas sin hilo en ese costurón de semejante esperpento transoceánico, como si fuese un des-tratado para tarados o la caricatura al revés de un nuevo formato de TTIP con que rebañar el descontento a ambos lados del Atlántico y del Pacífico.
Hay varios planos de referencia al respecto. Varias cuestiones que no tienen respuesta y, lo peor de todo, que no hay indicios de que la tengan.

a) Teniendo en cuenta que EEUU wikicontrola desde finales del siglo XIX a todo bicho viviente, que se cepilla sin más a cualquier presidente respondón ya sea quitando esclavitudes y guerras como Lincoln o apartheid como los hermanos  Kennedy, y que no hay gobierno en el mundo al que ellos no autoricen ni tengan la última palabra en darle permiso de existencia, Trump no tiene pinta, como quieren hacer creer, de ser un producto de la inmediatez cabreada que ha llegado a la presidencia por sorpresa ni por casualidad ni  por el birlibirloque de la democracia popular...que precisamente en EEUU es un pitorreo de formalidades aparentemente diversas, de variables factores, cuyo orden jamás ha alterado el producto de toda la vida: su mangoneo imperial sobre el orbe terrestre por medio de los dineros y su floreciente mercado planetario. Vamos, que si no se les escapa una para machacar al mundo en cualquier continente, isla, península, mar, océano o hielo polar, ¿cómo van a consentir sin más que un clown viral y destarifado se les desmadre y asalte la White House porque sí, para dar un golpe de dorados rococó y convertir el despacho oval en un burdel en plan western vintage? Ese resbalón no es creíble, sino seguramente, estratégico y puede que hasta calculado y provocado como herramienta de reconversión al buen camino del rebaño estafado, cabreado y absolutamente fané.

b) A estas alturas de la historia del pastón universal y su sistema ad hoc, no creo que nadie dude de lo poco que cuenta ante el trust de la pela en comandita a lo bestia, un presidente de cualquier país, incluidos los de USA, que han sido y son por ahora los promotores tácticos, estratégicos y logísticos del invento pastócrata al por muchísimo mayor y en plan caiga quien caiga. Wall Street, R.F., BM, FMI, Trilateral, Bilderberg, Club de Roma,CE, BCE y Silicon Valley & Company como última adquisición del tinglado, en fin, que ante ese mogollón comercial  y gran hermano vigilante a tiempo completo, heredero de Hitler, Stalin, Mussolini y Paco 'el medallas', pero mucho más refinado mediático y con muchas más horas de spa, cirugía plástica, making-up y coaching, es imposible creer que ese pedazo de mafia financiera globalizada, esté dejando en manos de una masa culturalmente lobotomizada e indespegable de la tele, del guasap y la cocacola (radicales libres implacables en su eficacia neuro-destroyer) nada menos que la elección de uno de sus ejemplares más estrambóticos como cabeza pensante y representante del conjunto del Estado. Un patinazo de tal calibre no tiene sentido ni aporta beneficios al trust del ojo avizor, que ya ha utilizado a todos los presidentes disponibles y maleables, sean republicanos o demócratas, para la misma finalidad de siempre:seguir siendo los putos amos del cotarro, mande quien aparentemente parezca que mande.

c) Ya vendieron la cabra durante ocho años con un presidente negro y maravilloso, alto, esbelto, cultísimo, elegante, guapetón, seductor, magnético, padre y marido ejemplar, ciudadano honorable, cercano, cariñoso, ocurrente, gracioso y hasta premio Nobel...de la paz...-hay que joderse con el sarcasmo sistémico-, sin defecto alguno de fabricación y hasta capaz de protagonizar el papel de héroe de comic en directo, por la tele, ordenando a distancia, como se cambia de canal, a sus leales fuerzas terminators la liquidación del malísimo Bin Laden, que después de participar tanto tiempo en el guión, ya se les había ido desgastado como objetivo digno de consideración. 

d) El sistema imperial pretende ante todo asustar y castigar "al pueblo" gringo que se está rebelando demasiado últimamente con eso de las guerras interminables, el terrorismo derivado de "arreglar" democracias matando y arrasando por la pela todo lo que se encuentran y no les encaja con lo suyo, y los muertos a miles que llenan los cementerios militares de USA y los tarados irrecuperables del basurero bélico, que van en aumento, lo mismo que  los tratados explotadores del ultraliberalismo en los cuatro puntos cardinales. Ese pueblo está acostumbrado a explotar a los demás pueblos como la cosa más natural que da la superioridad de ser herederos de la delincuencia europea de los siglos XVII,XVIII,XIX y XX,(lo recordamos: o te condenamos a muerte, a galera perpetua o emigrar a América, por canalla y criminal y allí, si eso, ya te apañas, pero aquí ni de coña) eso sí, delincuencia blanca y con pedigrí, no mezclemos churra y merinas, y con el vicio rutinario de ser el rico por sorpresa, eterno, optimista siempre alegre y derrochón, con mucho ojo para el trinque en el barrio planetario del que es el poli multiusos, pero nunca, como ahora, se había considerado explotado y humillado por su propio sistema de gobierno, al que ilusamente creía su trasunto ejecutivo en el intocable Capitolio y la impecable Casa Blanca. Con el obseso sexual de Clinton, Bush y Obama, comprobó que da lo mismo un guapo listo y negro que un tonto blanco, salido y feo gobernando, porque ellos, the people mindunding siempre acaban pagando los platos rotos de la casta electa. Solución: un giro de tornillo y que cambie el look mediático-presidencial. ¿Os parece mal lo que habíamos elegido para vosotros, desgraciados votantes irredentos? ¿Estáis dispuestos a gobernar América desde un candidato sin partido, self made, que es la verificación de ese sueño americano que todos deseáis realizar? Pues, venga, ahí va. Marchando una de espumillón-bisoñé. Por nosotros que no quede. 
No hay nada mejor que el golpe zen de un buen trumpazo para comprender que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Vosotros mismos nos suplicaréis dentro de nada que apartemos de vuestra vista esa pesadilla que el pasado otoño os parecía la realización del puñetero sueño americano, que promete hacer de nuestra nación un eterno país de Jauja, libre, especialmente para blancos,asegurados con pasta y cristianos, pero que tampoco hace ascos a la esclavitud de los pobres que trabajan para nosotros en el Tercer Mundo, allí, bien lejos, por una miseria a cambio y la mar de agradecidos, ni tampoco rechazaría jamás a los millonarios árabes, judíos, negros o chinos, y de cualquier religión o cultura, que a millones invertibles no se les mira el diente en esa tierra nuestra donde siempre es posible hacerse millonario antes de los 30 si se encuentra el anzuelo adecuado sin escrúpulos ni ñoñeces en el que piquen todos los peces de todos los mares del cuento chino yanky, que a su vez sienten en sus carnes la libertad de elegir su autonomía sanitaria, sin derechos laborales, ni pensiones estatales ni seguridad social  ni de nada, donde el Estado es una foto fija que todos pagan libremente hasta que logran que él los mantenga a base de negociar el futuro con el mismísimo diablo ya convertido en Reserva Federal autónoma y arruinador de ahorradores y confiados inversores convencidos de la infalibilidad de sus Lehman Brothers y sus Goldman Sachs decentísimos.  Así, sin trabas de ningún tipo, a la aventura, viviendo a  pelo, como los pioneros del My Flower, que ya está bien de pretender seguridades en un mundo tan inseguro como divertido y de blandeguerías peliculeras navideñas todo el año, joder, o sea fuck!

Está claro que de improvisación y de susto, lo justo. Tutto sotto controllo, Don Vito.






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