domingo, 1 de junio de 2014

¿Siniestro total? Así es es así os parece

Lejos de mí la idea del catastrofismo. El título de este post no va con intención destroyer ni mucho menos. Solamente hace alusión a la caída en picado de los dos pilares políticos que hasta ahora han estado al mando de la gestión representativa de nuestro abanico ideológico parlamentario. La chollocracia está en las penúltimas y anda a la greña consigo misma y con todo lo que le sale al paso, porque lo que más le sale al paso es el hartazgo de los ciudadanos que la han estado haciendo ppsoesible durante nada menos que 36 añazos repartidos en casi nueve legislaturas, que hemos soportado en el proceso de tobogán de un crescendo acelerado que ha ido del regulín-regulán de la inopia inicial ciudadana al mal en peor de la experiencia forzosa y desesperada de la misma ciudadanía cuando ha visto y comprobado el percal en su propio cuerpo social machacado y expoliado a diestro y siniestro como a diestras y a siniestras. 
Ahora se acongojan, se mesan las barbas y las mechas californianas, se rasgan vestiduras, y, especialmente, tiran a matar contra todo lo que se mueve para cambiar las cosas e indicarles con el cambio el desastre que han provocado. En vez de aprovechar la energía que les pueda quedar aún en corregir el rumbo, en reconocer limpiamente que han metido la pata hasta las cejas y ponerse a cambiar por completo no sólo de líderes, de trucos cometarros y de maquillaje, sino sobre todo, de planteamientos básicos. 
No se trata de mandar al Borjamari de turno a La Sexta para que le planche las costuras al indómito Pablo Iglesias y le haga un coaching de oratoria sobre como hablar del latrocino sin emplear el término 'ladrones', que es demasiado lacerante para los oídos delicados de los "individuos que se apoderan indebidamente de los bienes ajenos y públicos, para uso y abuso privado, con resultado de empobrecimiento de todos los que no son ellos", quizás así la denuncia les entre mejor; evidentemente en este caso el término 'ladrón' no solamente no es ofensivo, sino denominativo de origen, y se queda cortísimo, porque esos individuos tan sensibles a las palabras que definen sus actos, no sólo se han apoderado de bienes ajenos y públicos, es que lo han hecho con recochineo prevaricador y cohechante. O sea, utilizando como plataforma de lanzamiento nada menos que los cargos públicos de representación democrática que detentan y ostentan por delegación ciudadana, para llevar a cabo su acto depredador, con resultado de ruina para sus representados. Y no sólo son responsables y culpables los ladrones, sino también sus tapaderas cómplices, sus encubridores, los que alegan ser muy honrados y no haber metido jamás la mano en la caja, pero sabiendo lo que pasaba y sigue pasando, se han callado como tumbas, lo han consentido en un "hoy por vosotros, mañana por nosotros, que nunca se sabe a lo que podemos llegar en este tobogán sin freno por el que nos deslizamos, ni lo que tenemos que tapar a nuestros predecesores si un día se tira de la manta con efecto retroactivo... y, además, ¡qué narices! arrieros somos y en las puertas giratorias nos encontraremos si nadie lo remedia impidiéndolo, queridos banqueros patrocinadores del futuro de políticos sin destino" Eso se define como la casta desde que los italianos decidieron darle un nombre a la patología mafioso-político-financiera. No es un invento de Iglesias y Monedero. Es el nombre de un mal tan viejo como la falta de conciencia. Y es paradójico y muy revelador, que los lacastícolas o habitantes del reino lacastense se ofendan por una calificación de hechos abominables y ni siquiera reparen en la condición abominable de esos hechos. Es lo más preocupante del caso: la connivencia absolutamente natural, y sin coscarse, con lo más abyecto, porque ya forma parte del propio código amoral. Como la chulería, el desacato a la autoridad y la falta de pudor cívico, forman parte del código civil de Aguirre, por ejemplo.
Y lo más triste aún, es que si no hubiese sido por la crisis, que ha sacado del armario el quién es quién de cada casa, y ha puesto delante de nuestro ojos el burdel que nos maneja a su aire, los españoles habríamos seguido hundiéndonos poquito a poco en ese pantano de mierda sin rechistar siquiera. Algún día acabaremos dando las gracias al FMI, al rating y a la Merkel. Si no hubiese sido por ellos nunca habríamos despertado de una pesadilla bloqueante y narcótica, que creímos real y hasta normal, por lo larga que ha sido.

Y ahora, cuidado con el pp, porque ya está pergeñando la segunda parte de la jugada manipuladora del monopoly , en vista de que se va por la alcantarilla sin remisión: invertir el dinero del rescate que no quiso emplear hace dos años en evitar la debacle y cuya carencia se ha usado para humillar, machacar y esclavizar con más paro, desahucios, recortes inhumanos obligando a pagar la deuda de los bancos con dinero sacado del dolor y del abuso, para poder ahora con ese capital  "crear inversión y empleo" y desarticular los argumentos de los votantes que se han pasado al enemigo izquierdoso, y con el ojo prevaricador puesto en las legislativas de 2015. Sería el colmo de la estupidez que por un triste plato de lentejas les vendiésemos otra vez el presente y el futuro para que nos lleven a vivir como en el pasado con sus triquiñuelas de siempre. Esta vez la manzana del paraíso fiscal no vamos a morderla como mordimos en su día la manzana felipista del euro y la UE al precio de nuestra industria, de nuestros astilleros, de nuestra agricultura. No, esta vez no. Hay que pararlos a ellos y hacer que paguen y se recorten como han hecho con todos los ciudadanos normales.  Y, ánimo, que ¡sí se puede! Esto sólo es el principio de otra forma de vivir y de entender el mundo en que vivimos. Mucho más hospitalario y humano.

Ah, por cierto, pperos, ¿habéis olvidado que Jesús de Nazaret, ése al que siempre sacáis tan devotamente en las procesiones crucificado, flagelado, maniatado, coronado de espinas y muerto  y luego invisible y reducido a hostia en una custodia portátil llevada por manos muy poco inocentes y tantas veces sacrílegas, también usó el término "ladrones" para definir la cueva de rapiña en que los tenderetes mercantiles y especuladores habían convertido el templo de Jerusalén? ¿Y también habéis olvidado que derribó a latigazos los puestos de los cambistas y vendedores? ¿y que por eso mismo, los que funcionaban como vosotros funcionáis lo crucificaron como vosotros crucificáis a familias enteras? 
Es una pena que las hojas muertas y las ramas secas de la beatería meapilas heredada no dejen ver el bosque fresco y vivo de la realidad. 'Podemos' y su honesta denuncia está más cerca de Jesús de Nazaret y de la humana divinidad del hombre que la casta y su filocatólica corrupción devotísima.


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