viernes, 20 de junio de 2014

La coherencia de la izquierda es su valor. Como reconforta leer estas cosas. Qué escuela de honestidad



 

Las elecciones europeas y sus repercusiones han puesto de manifiesto la rápida descomposición del régimen del 78. En aquel momento las élites económicas lograron construir una serie de consensos sociales y políticos en torno a la estructura de poder económico, político y cultural que derrotó y asimiló a muchos de los que apostaron por la ruptura democrática. Consensos que hoy ya no tienen la capacidad ni de mantener ni de recomponer porque no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época, en la que desde las élites económicas se determina para España un proceso de empobrecimiento y camino hacia el subdesarrollo, que conduce en definitiva, a la eliminación de las conquistas históricas del movimiento obrero y a la eliminación de los espacios democráticos conquistados.
Desde IU, un sector no ha sido capaz de adaptarse al momento histórico. Desde el inicio de la crisis hemos desarrollado una apuesta política que era más lenta que las transformaciones que imponía el ritmo del capitalismo actual. De ahí que no entendiesen lo que supuso el 15-M y no le diésemos importancia, entre otras cosas, a algo clave: las nuevas formas de organización de lo popular propias de sociedades neoliberales que han llegado a un fin de ciclo histórico, la participación de las masas en política en torno a un lenguaje de época mientras nosotros seguíamos con nuestro modo organizativo y relato discursivo propio de sociedades fordistas.
Las elecciones europeas han puesto al descubierto la crisis de régimen, pero también que IU necesita unidad para el cambio. La refundación fue un proceso inconcluso por las resistencias de una parte sustancial de la dirección federal, y el proceso de construcción de Bloque Político y Social no se desarrolla por error de posición política. No es posible desarrollarlo si hacemos candidaturas sin implicar a las bases, si el perfil de las candidaturas no representa a los nuevos sujetos sociales y políticos que determinan en gran medida la agenda política y social contra el saqueo del país, si nuestro discurso anti Troika y anti bipartidismo no es, en sus fundamentos políticos, coherente, si entre el eje ruptura democrática y el esquema de las élites “derecha-izquierda” apostamos en ocasiones por el segundo, generando una contradicción evidente entre teoría y práctica y tampoco es posible desarrollarlo, sin un relato de país que construya un agregador colectivo de unidad popular como nexo de unión entre los pueblos frente al saqueo.
La mala lectura que hizo un sector de IU del surgimiento de Podemos es una conclusión más de todo esto. Nosotros/as queremos cambiar el país, apostar por la ruptura democrática y un proceso constituyente, y si no somos parte del proceso lo harán otros sujetos político-sociales. No podemos seguir haciendo procesos en clave interna, preocupados por la correlación de fuerzas que determina la dirección política, que no entienden o no quieren entender el momento histórico y lo aprobado en la Asamblea Federal del año 2012. El momento es de urgencia existencial a la vez que tenemos determinación y energía para lo fundamental: ser pueblo y ser útiles a nuestro pueblo como actor de transformación social, pero esto implica que no es posible volver a hacer cambios cosméticos y de cara para mantener la posición política (aún siendo esencial la necesidad de que las caras sean coherentes con el momento histórico y no cometer el error de la Transición, es decir, que los protagonistas provengan del ciclo político anterior). Implicar al conjunto de organización, construir relatos discursivos de época, adecuar las estructuras organizativas, etc. en una Asamblea Federal para a su vez construir una posición política colectiva y unitaria, cuya base sea la ruptura democrática con una dirección que aplique los documentos aprobados es el camino. Si los que nos llevaron a la crisis económica no nos van a sacar de ella, los que han puesto en crisis la centralidad política de IU como organización nucleadora de la unidad popular tampoco podrán hacerlo.
No podemos dar otro paso en la dirección incorrecta, y no lo vamos a hacer. Una redirección desde arriba implicaría volver a cometer otro error grave y sumirnos en la crisis. Por el contrario necesitamos el esfuerzo e implicación colectiva de abajo a arriba para ganar el futuro y cambiar el país, y es lo que vamos a hacer.
  • Pedro de Palacio, Coordinador Provincial IU Burgos
  • Isabel Ruíz Crespo, Coordinadora de Áreas de IU Cantabria, Ejecutiva Federal
  • Pino Sánchez Bogatell, responsable electoral y convergencia de IU Canarias
  • Jorge Crespo del Rio, Coordinador de IU Cantabria
  • Laura Domínguez, Coordinadora local de IU Burgos, Ejecutiva Federal

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