jueves, 26 de junio de 2014

La trampa mortal del euro pasa factura

Hay una alternativa más allá del euro

Foro Europeo, Asis, 20-24 de agosto de 2014
Comité Coordinador de la Izquierda contra el Euro, Anti-Imperialist Camp ⎮Rebelión⎮26 junio 2014
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos (Iniciativa Debete)




Cualquier persona a la que le importaran los derechos sociales y el futuro de la democracia, aparte de los intereses de los trabajadores, estaba en contra del nacimiento de la Unión Europea. La Unión ratificada en 1992 por el neoliberal Tratado de Maastricht fue un pacto en el que los grandes capitalistas de diferentes países unieron sus fuerzas en una causa común para restaurar su control absoluto tras la euforia imperialista causada por el colapso de los socialismos reales.
A pesar de los evidentes fallos estructurales que había desde un principio en el sistema de Maastricht, los lobbies dominantes siguieron adelante y en 1999 crearon la moneda común.
A espaldas de los pueblos, los partidos (tanto de derecha como de izquierda) y los parlamentos se convirtieron en comités de negocios de los lobbies banqueros y financieros, y de esta manera privaron a los Estados de su derecho tradicional a acuñar moneda.
Los Estados no solo renunciaron a su soberanía monetaria, sino también a gran parte de sus poderes políticos e institucionales. Y no se los entregaron (como habían prometido) a un organismo supranacional y federal elegido por los y las ciudadanas, sino a una oligarquía de tecnócratas carente de cualquier legalidad democrática. El sueño de una Europa de los pueblos se convirtió en una pesadilla reformatoria.
Esta fue la prueba real del plan oculto de la clase dominante: una unión en la que la soberanía no pertenecía a los pueblos sino a unas pandillas financieras bancocráticas y globalitarias cuyo “europeísmo” no era sino un cortina de humo para engañar a los y las ciudadanas con el fin de obtener su consenso.
En vez de mejorar el bienestar de los y las trabajadoras, el euro y el mercado único lo han empeorado. En vez de reducir las desigualdades sociales, las han ahondado. En vez de atenuar las diferencias entre los países, las han incrementado y en vez de ayudar a los países pobres los han destrozado.
La crisis financiera que estalló en Estados Unidos en 2008 se convirtió rápidamente en la crisis del sistema del capitalismo de casino y ha destrozado la construcción europeísta.
Todas las pruebas empíricas han demostrado la falacia de los dogmas neoliberales y la insostenibilidad de la moneda única. A pesar de ello, para evitar que ambos colapsaran, las tecno-oligarquías han impuesto políticas criminales de masacre social, privatizaciones, recortes de prestaciones (Pacto de Estabilidad y Crecimiento, Mecanismo de Estabilidad Europea y Pacto Fiscal) en vez de aflojar su control monetario. El fracaso de esta estrategia es obvio a todas luces. Para los países que consideran que el euro es una camisa de fuerza, librarse de él es necesario e inevitable.
Las fuerzas dominantes tratarán de impedir por todos los medios posibles que los pueblos y las naciones recuperen su soberanía política y monetaria.
Esta lucha por el autogobierno es democrática por naturaleza, pero siempre puede ser dirigida hacia el capitalismo del dejar-hacer y/o a resultados autoritarios por fuerzas reaccionarias y nacionalistas. Hay que detener a estas fuerzas. Por ello, los movimientos democráticos y revolucionarios de los diferentes países deben unir sus fuerzas y demostrar que hay una alternativa, y esta alternativa proviene de los movimientos y de la capacidad para rebelarse en contra de esta moderna dictadura eurocrática.
La historia de Europa vuelve a estar en un momento crucial.
La principal razón de celebrar el Foro Europeo “Hay una alternativa más allá del euro” es comparar diferentes ideas y experiencias, dar los primeros pasos hacia una alianza que pueda construir una plataforma común de las fuerzas democráticas que luchan por la justicia social, la hermandad y la libertad del pueblo.
Comité Coordinador de la Izquierda contra el Euro
Roma, Italia, 4 de abril de 2014

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