El PSOE no dará libertad de voto a sus parlamentarios en la abdicación del rey
Desde mi conciencia libre
por Odón Elorza
Me pregunto si nuestra defensa acrítica de la monarquía, nuestro
olvido del papel de convidada de piedra que tiene la ciudadanía en este
proceso sucesorio, no estará suponiendo un paso más en la
desideologización del PSOE
"El rey ha sabido dejar todo atado y bien atado"
Debo confesar que soy republicano por tradición familiar, sentimientos y
valores y que han sido los comportamientos de la monarquía los que han
revivido mi republicanismo. Quizás tengan razón mis jefes al acusarme de
carecer de sentido de responsabilidad de Estado y ser un peligroso
enemigo de la estabilidad. Pero tengo conciencia de lo que soy y de que
por ello entré en 1975 en el PSOE. Aunque no sé si hoy sobro; pero sí
que... molesto.
Para mí, la ley orgánica sobre la
sucesión que vamos a discutir es más que una ley procedimental; es el
eslabón necesario para dar continuidad durante el siglo a la monarquía y
a los juegos de intereses que en torno a ella se producen. Por eso no
comprendo que algunos hablen de nuestra identidad republicana de salón
aunque luego ejerzamos de monárquicos en las grandes decisiones. ¿Así
tranquilizamos la conciencia de nuestra memoria histórica?
Me gustaría que hubiera votos de diputados del PSOE que se
interpretaran como un gesto de rebeldía ante quienes aducen
caprichosamente el pacto constitucional sólo para garantizar la
continuidad de la monarquía y la unidad de España. Como un gesto de
protesta frente a quienes no se han molestado en salvaguardar o
garantizar los derechos sociales que se han visto atacados sin una toma
de posición del rey, sin influir ante otros poderes para cumplir las
funciones que le encomienda el artículo 61.1 de la Constitución. Ellos, la gran derecha, han convertido la Constitución en un papel mojado y devaluado.
¿Nos hemos preguntado los socialistas qué ha dicho o hecho el rey, en
cumplimiento de sus funciones, para hacer guardar los derechos
constitucionales de la ciudadanía frente a los acuerdos ministeriales de
recortes y el sufrimiento de millones de familias? Por eso confiaba que
el PSOE aprovechara esta abdicación para salir ese mismo día no con el botafumeiro
sino con fuerza y decisión para decir a la sociedad, al nuevo jefe de
Estado y a todos los partidos que es el momento de sentarse a hablar de
un nuevo pacto para la reforma seria de la Constitucion. Y de hacer su
revisión en el marco de un proceso de participación que culminaría en un
referéndum.
Por otra parte, mi conciencia me dice
que este automatismo en la sucesión real planteada a la ciudadanía en
términos continuistas y como un trágala, "porque eso ya se votó hace 36
años", no casa con el clamor de la sociedad que pide ser tenida en
cuenta, más participación en las decisiones y más calidad de la
democracia.
Las declaraciones tajantes de mi
compañera Soraya adelantando que no habrá libertad de voto por razones
de conciencia, algo que corresponde decidir al plenario del Grupo según
el articulo 33 de nuestro reglamento, entran en contradicción con la
exigencia pública que hicimos al PP, hace bien poco, para que permitiera
a sus diputad@s votar con libertad y en conciencia la proposición
socialista de rechazo al anteproyecto de Gallardón sobre los supuestos
del aborto. Es más, al final se votó en secreto en urna, una torpeza
contraria a la transparencia. Sin embargo, en una votación tan
importante como la que tendremos el día 18, la negación de la libertad
de voto por razón de conciencia supondría una asfixia de nuestra débil
democracia.
Leyendo a los grandes dirigentes y ex del
PSOE hablar del rey, me pregunto si nuestra defensa acrítica de la
monarquía, nuestro olvido del papel de convidada de piedra que tiene la
ciudadanía en este proceso sucesorio, como espectadora de una democracia
espectáculo, no estará suponiendo un paso más en la desideologización
del PSOE.
Somos muchos los que no vamos a abdicar a
la reforma constitucional ni a renunciar al debate sobre la forma de
Estado. Eso sí, sin estridencias, sin demagogías –que también se están
dando en búsqueda del aplauso fácil y la aventura–, con cultura y
madurez democráticas. Porque es un signo de vitalidad para un país que
quiere sacudirse los tabúes; aunque somos conscientes de que ni la
república tiene propiedades milagrosas contra la crisis ni la monarquía
es la única garantía de estabilidad y concordia entre los españoles.
Sabemos que la democracia no es patrimonio de ninguna de las formas de
Estado y que la discusión entre república o monarquía se resolverá desde
el ejercicio pleno de la democracia. Pero hoy sólo me angustia saber si
acertaremos a la hora de votar. De ello, seguro, algunos::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Si el psoe sigue a esta marcha, será como poner una pica en Flandes que llegue a una decena de escaños en las legislativas del año que viene. Qué manera tan absurda de hacerse el harakiri. Quizás para cambiar necesite un tiempo en el que sentirse minoría absoluta o desaparecer del mapa parlamentario para aclararse en las bases y jubilar los baúles de la Piquer donde se refugian aún los residuos del pasado sin memoria histórica, pero con presente giratorio, a cuyo tirón llaman 'estabilidad'. Un partido 'socialista' que renuncia a la conciencia libre y responsable y está más por la continuidad de lo injusto y de lo opaco que por el bien común, ha perdido ya el sentido y el porqué de su función. Sólo es cuestión de un año para que lo pueda comprobar en las urnas, pero tal vez lo compruebe antes en la fractura y dispersión de su propia esencia fundamental: sus bases y sus representantes más lúcidos, honestos y con una visión certera de la realidad social.
Lo más sagrado que tiene un ser humano, más sagrado incluso que la vida, es la conciencia . Una vida humana sin conciencia es infrahumana y tiene el mismo valor que la de una polilla, un junco o un trozo de cuarzo, aunque esté alojada en un cuerpo millonario, ingenioso, hábil, brillante, exitoso, bello o llamativo. Los grandes disparates y aberraciones que sufrimos se producen precisamente por esa causa, porque la conciencia de los hombres y mujeres no se ha desarrollado o se ha mutilado. O se ha violado, incluso creyendo hacer algo bueno y justo 'por la patria' o 'por la fe' o por cualquier ideología o interés de cualquier clase al que se ha dotado de poder, prestigio o intereses de cualquier tipo.
Lejos de ser un problema, la conciencia despierta e inviolable, nada fanática, flexible y respetuosa, pero libre, consistente y coherente, solidaria y pulcramente ética, equilibrada y sana, es la verdadera riqueza, la solidez de cualquier sistema. Y sin ella las mejores propuestas y programas son ceniza ya antes de empezar a consolidarse y el tiempo lo acaba demostrando. Cuántas veces se oye el mismo estribillo: "nada cambia, todo acaba por repetirse; se empieza con ilusión queriendo cambiar las cosas a mejor, y se acaban haciendo los mismos estropicios que hicieron los anteriores" Y se piensa que es la pésima condición humana la culpable de esa maldición. No es así. La causa es precisamente que esa condición aún no es humana y está tan ensimismada en su inhumanidad narcisa que no lo sabe. Desconoce que no tiene conciencia y que por eso es una sociedad desalmada. La conciencia es la expresión del alma; y el alma la construimos en esta vida con la chispa energética del espíritu universal que pone en marcha la materia por medio de algo tan alcance de todos, tan democrático, como la respiración que mantiene la vida material y mecánica de todos y todas. Con la respiración se comienza a vivir y con el último suspiro se acaba cada ciclo vital. Con esa materia prima comenzamos el despertar, pero es un largo camino, en el que casi nunca vamos a encontrar la explicación de lo que crece o se frustra en nosotros. En el que casi nadie sabe nada importante que nos dé pistas sobre nuestro batiburrillo interior que tratamos de apañar enredados en la supervivencia elemental que Tolkien llamaba la Tierra Media: comer, dormir, hacer cosas, aprender habilidades, dar rienda suelta a las emociones, inventar, tener razón y orgullo, pelear, discutir, montar guerras siempre "justas", soñar e ilusionarnos para desilusionarnos a continuación, poner nombre a todo ello, clasificarlo, editarlo, para afirmar el ego y ser importantes en algo y para alguien...y ya está. Con eso creamos una película que llamamos "vida" y sólo es inercia, y luego una red social que nos conecte con el ego de los demás y todo ello lo convertimos en negocio que dé como fruto el único dios que venera la mayoría: el dinero, que es la bendita llave de todos los bienes a ese nivel inhumano en el que nos arrastramos como mendigos cósmicos, por el reino de Mordor que hemos edificado entre todos y que sólo entre todos, una vez despierta la conciencia, abandonado ya el status de 'desalmados' haremos desaparecer.
Ojo, que el dinero en sí mismo no es nada especial, sino el valor que le hemos otorgado haciéndolo una fuente de poder y valorado no como herramienta sino como finalidad acumulativa. No hemos sido nosotros, uno a uno, los que hemos edificado conscientemente ese gran negocio genocida y 'almicida', nos ha sido impuesto por algo desconocido, que ya encontramos aquí cuando nacemos. Una estructura mecánica que inventada por el hombre ha terminado por dominarlo y anularlo haciéndole creer que cuanto más tiene y consigue más importante y feliz será. No tiene ideología ni religión ni patria, pero está presente en todas ellas y la respiramos mientras no aprendemos a cargar nuestra respiración biológica con un objetivo más alto y evolucionado, como lo es construir la paz interior, la serenidad, el bienestar profundo con uno mismo y la fraternidad con los demás semejantes y seres vivos, que en ese estado es espontánea. En esa onda, el alma comienza a ser tejida por nuestra mente y nuestra emocionalidad en sintonía y empezamos a desbloquear algo que despierta dentro. Y pronto veremos que el paisaje que miramos ha cambiado sin cambiar físicamente. Emite otras ondas. Lo percibimos en otro registro, en otra "programación". en otra intensidad. Cuando ese estado se "fija" dentro de nosotros y comienza a ser parte fundamental de nosotros mismos, empezamos a comprobar que podemos sentir matices y ver zonas nuevas de la realidad que no veíamos antes de despertar. Notamos sensiblemente los fallos profundos de la sociedad aunque no los suframos directamente; nos descubrimos solidarios por un sentimiento que sale del fondo de nosotros mucho más que de unas ideas teóricas. Nos conmovemos ante el dolor y ante el gozo comunitarios, nos indignamos ante la injusticia contra cualquier ser indefenso y nos alegramos con una nueva felicidad ante el triunfo del bien común, aunque no sea obra nuestra. El bien de los otros es como el propio. Ese estado es el signo de que nos ha nacido la conciencia. Los que viven apalancados en el poder por el poder en sí mismo y han perdido hace tiempo el sentido y la finalidad por la que quisieron llegar al poder, no tienen conciencia. Por eso intentan imponer a piñón fijo sus intereses sobre la inviolabilidad de las conciencias despiertas en su entorno, que les ponen en evidencia y les quitan su seguridad y ponen en solfa su obstinación maquiavélica que impide la realización del bien común y obtener sólo una prebenda parcial para unos cuantos, y que ellos llaman, como en acto fallido del inconsciente: 'estabilidad'. Es el caso del psoe con los diputados catalanes del psc que disentían y no podían votar contra sus conciencias como es el caso de los socialistas Ximo Puig u Odón Elorza o el secretario del psoe gallego, el de Baleares, el de Castilla La Mancha o del joven Madina.
Y tiene mucha lógica el proceso. La crisis, con las barbaridades que va dejando al descubierto, está siendo el despertador más poderoso de las conciencias en este nuevo milenio donde los cambios actuales y los que nos esperan, irán facilitando la sustitución de la vieja estructura social por un cuerpo vivo y despierto. Invencible, porque no ha nacido de un andamiaje teórico aprendido, sino de una conciencia experimentadora y creadora de realidades nuevas.
Viejo y deteriorado montaje, tú nos fallaste al completo. No aportas lo que se necesita para el nuevo tiempo que trata de arreglar lo que tú destrozaste. Prepárate para cambiar o desaparecer con más pena que gloria. Amén.
Lo más sagrado que tiene un ser humano, más sagrado incluso que la vida, es la conciencia . Una vida humana sin conciencia es infrahumana y tiene el mismo valor que la de una polilla, un junco o un trozo de cuarzo, aunque esté alojada en un cuerpo millonario, ingenioso, hábil, brillante, exitoso, bello o llamativo. Los grandes disparates y aberraciones que sufrimos se producen precisamente por esa causa, porque la conciencia de los hombres y mujeres no se ha desarrollado o se ha mutilado. O se ha violado, incluso creyendo hacer algo bueno y justo 'por la patria' o 'por la fe' o por cualquier ideología o interés de cualquier clase al que se ha dotado de poder, prestigio o intereses de cualquier tipo.
Lejos de ser un problema, la conciencia despierta e inviolable, nada fanática, flexible y respetuosa, pero libre, consistente y coherente, solidaria y pulcramente ética, equilibrada y sana, es la verdadera riqueza, la solidez de cualquier sistema. Y sin ella las mejores propuestas y programas son ceniza ya antes de empezar a consolidarse y el tiempo lo acaba demostrando. Cuántas veces se oye el mismo estribillo: "nada cambia, todo acaba por repetirse; se empieza con ilusión queriendo cambiar las cosas a mejor, y se acaban haciendo los mismos estropicios que hicieron los anteriores" Y se piensa que es la pésima condición humana la culpable de esa maldición. No es así. La causa es precisamente que esa condición aún no es humana y está tan ensimismada en su inhumanidad narcisa que no lo sabe. Desconoce que no tiene conciencia y que por eso es una sociedad desalmada. La conciencia es la expresión del alma; y el alma la construimos en esta vida con la chispa energética del espíritu universal que pone en marcha la materia por medio de algo tan alcance de todos, tan democrático, como la respiración que mantiene la vida material y mecánica de todos y todas. Con la respiración se comienza a vivir y con el último suspiro se acaba cada ciclo vital. Con esa materia prima comenzamos el despertar, pero es un largo camino, en el que casi nunca vamos a encontrar la explicación de lo que crece o se frustra en nosotros. En el que casi nadie sabe nada importante que nos dé pistas sobre nuestro batiburrillo interior que tratamos de apañar enredados en la supervivencia elemental que Tolkien llamaba la Tierra Media: comer, dormir, hacer cosas, aprender habilidades, dar rienda suelta a las emociones, inventar, tener razón y orgullo, pelear, discutir, montar guerras siempre "justas", soñar e ilusionarnos para desilusionarnos a continuación, poner nombre a todo ello, clasificarlo, editarlo, para afirmar el ego y ser importantes en algo y para alguien...y ya está. Con eso creamos una película que llamamos "vida" y sólo es inercia, y luego una red social que nos conecte con el ego de los demás y todo ello lo convertimos en negocio que dé como fruto el único dios que venera la mayoría: el dinero, que es la bendita llave de todos los bienes a ese nivel inhumano en el que nos arrastramos como mendigos cósmicos, por el reino de Mordor que hemos edificado entre todos y que sólo entre todos, una vez despierta la conciencia, abandonado ya el status de 'desalmados' haremos desaparecer.
Ojo, que el dinero en sí mismo no es nada especial, sino el valor que le hemos otorgado haciéndolo una fuente de poder y valorado no como herramienta sino como finalidad acumulativa. No hemos sido nosotros, uno a uno, los que hemos edificado conscientemente ese gran negocio genocida y 'almicida', nos ha sido impuesto por algo desconocido, que ya encontramos aquí cuando nacemos. Una estructura mecánica que inventada por el hombre ha terminado por dominarlo y anularlo haciéndole creer que cuanto más tiene y consigue más importante y feliz será. No tiene ideología ni religión ni patria, pero está presente en todas ellas y la respiramos mientras no aprendemos a cargar nuestra respiración biológica con un objetivo más alto y evolucionado, como lo es construir la paz interior, la serenidad, el bienestar profundo con uno mismo y la fraternidad con los demás semejantes y seres vivos, que en ese estado es espontánea. En esa onda, el alma comienza a ser tejida por nuestra mente y nuestra emocionalidad en sintonía y empezamos a desbloquear algo que despierta dentro. Y pronto veremos que el paisaje que miramos ha cambiado sin cambiar físicamente. Emite otras ondas. Lo percibimos en otro registro, en otra "programación". en otra intensidad. Cuando ese estado se "fija" dentro de nosotros y comienza a ser parte fundamental de nosotros mismos, empezamos a comprobar que podemos sentir matices y ver zonas nuevas de la realidad que no veíamos antes de despertar. Notamos sensiblemente los fallos profundos de la sociedad aunque no los suframos directamente; nos descubrimos solidarios por un sentimiento que sale del fondo de nosotros mucho más que de unas ideas teóricas. Nos conmovemos ante el dolor y ante el gozo comunitarios, nos indignamos ante la injusticia contra cualquier ser indefenso y nos alegramos con una nueva felicidad ante el triunfo del bien común, aunque no sea obra nuestra. El bien de los otros es como el propio. Ese estado es el signo de que nos ha nacido la conciencia. Los que viven apalancados en el poder por el poder en sí mismo y han perdido hace tiempo el sentido y la finalidad por la que quisieron llegar al poder, no tienen conciencia. Por eso intentan imponer a piñón fijo sus intereses sobre la inviolabilidad de las conciencias despiertas en su entorno, que les ponen en evidencia y les quitan su seguridad y ponen en solfa su obstinación maquiavélica que impide la realización del bien común y obtener sólo una prebenda parcial para unos cuantos, y que ellos llaman, como en acto fallido del inconsciente: 'estabilidad'. Es el caso del psoe con los diputados catalanes del psc que disentían y no podían votar contra sus conciencias como es el caso de los socialistas Ximo Puig u Odón Elorza o el secretario del psoe gallego, el de Baleares, el de Castilla La Mancha o del joven Madina.
Y tiene mucha lógica el proceso. La crisis, con las barbaridades que va dejando al descubierto, está siendo el despertador más poderoso de las conciencias en este nuevo milenio donde los cambios actuales y los que nos esperan, irán facilitando la sustitución de la vieja estructura social por un cuerpo vivo y despierto. Invencible, porque no ha nacido de un andamiaje teórico aprendido, sino de una conciencia experimentadora y creadora de realidades nuevas.
Viejo y deteriorado montaje, tú nos fallaste al completo. No aportas lo que se necesita para el nuevo tiempo que trata de arreglar lo que tú destrozaste. Prepárate para cambiar o desaparecer con más pena que gloria. Amén.
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