domingo, 14 de abril de 2013

Republicanos por saturación

Hoy es 14 de abril. Ochenta y dos años se cumplen del ultimo intento español de convertir el país en un proyecto democrático y posible. Con el resultado que la Historia y nuestros mayores,en primera línea, nos han relatado con tantos filtros, vueltas de tuerca, manipulaciones partidistas y cantinelas azules y rojas, que nunca hemos acabado de entender la necesidad de una limpieza de prejuicios y de un abrazo, de una revisión honesta de nuestro pasado y el gesto definitivo y valiente de acercarnos unos a otros para pedirnos perdón y perdonarnos, para compadecer y empatizar con nuestros sufrientes, nuestros torturados y asesinados, con nuestros huérfanos de padres y de hijos, con las viudas y hermanos, con nietos, sobrinos y amigos...Esa herida tiene que cerrarse y cuanto más tarde se cierre, más hundida estará nuestra sociedad.

Los que "vencieron" arruinaron a los vencidos, los humillaron, los aterrorizaron, los marginaron; los vencidos tuvieron que tragarse todos los sapos de la injusticia, vivieron vigilados y presionados y eran carne de sospecha condenada a ser delincuentes por decreto y por haber apoyado la justicia social, la reforma agraria y la necesidad de un estado laico y aconfesional que no hiciera diferencias entre "buenos" y "malos" desde la escuela; tuvieron que falsificarse y "adaptarse" para no ir a la cárcel, a picar piedra a Cuelgamuros ni a la pena de muerte por opinar algo distinto de lo que opinaba el dictador y su cohorte pretoriana, de ser eternamente la viuda, el huérfano, el hermano, la mujer, la novia o el amigo, de un "rojo" y soportar cada día que el peor insulto que se podía decir a alguien era "comunista" y que te mirasen pensado que "no eres trigo limpio, como califcaban a los de dudosa ideología. Y lo cuento con un conocimiento de causa natural: mi familia era "vencedora" y estaba compuesta por "personas de orden", con un martir incluido: el más joven de mis tíos fusilado por ser falangista a los 18 años, al acabar su primer año de Ingeniería de Caminos. Mi familia paterna sufrió persecución durante los tres fatídicos años de guerra. Se salvaron por los pelos. Cuando todo acaba acabó, es cierto que tenían un héroe del régimen en la lista del honor y del patriotismo, pero es igualmente cierto que el rencor y la amargura destrozó y enfermó a la familia durante toda la vida. Eran tristes, religiosos ritualistas y nos hablaban desde el resentimiento, la revancha y la división irreconciliable; los descendientes recuperados por la conciencia, hemos necesitado años de rehabilitación y sanación racional emotiva, espiritual y humana para reconcernos como individuos y ciudadanos libres de esa maldición y aprender a distinguir la realidad objetiva del subjetivismo convertido en ideología bloqueante. 

Con el tiempo y un trabajo de honesta introspección, con la información imparcial de los científicos de la Historia y cotejando lo que vivíamos con lo que creíamos vivir, aprendimos a crecer y a desear un final para el odio, la comprobación a pie de obra,  de que una guerra civil la pierden todos y no la gana nadie, porque deja tales destrozos y lacras, envenena de tal modo la genética mental y emocional, que es casi imposible curarse de tal enfermedad. Por eso España está tan enferma. Porque la sociedad no se ha sanado aún de su mal endémico y crónico. Y se ve. Se ve en todo. En la sumisión, en la obediencia y la resignación, en ese cinismo con que el miedo se disfraza de duro y sabelotodo; en la frustración perpetua como forma de vida. En la incapacidad para sorprenderse y hacer posible la utopía. El cambio desde dentro. El adecentamiento de una base desde la que funcionar sin ir de sobraos y listillos ni de escépticos permanentes.

Es esa retranca miedosa la que hace posible la compraventa de la corrupción generalizada, el apaño vergonzoso con prebendas de por medio, la envidia y las zancadillas contra los que no son mediocres y tienen proyectos que realizar...en el extranjero, nunca en casa; la pereza que deja pasar el compromiso como si fuese una ilusión  "que no sirve para nada" y nos convierte en un lamentable coro de tragedia digno de Eurípides o de Sófocles, llorica y siempre de uñas, repetidor de letanías político-hereditarias que prolonga ad infinitum esa sintomtología recurrente: la repetición del mismo mantra histórico. Una vuelta más a la tuerca y se repite otra vez el mismo drama surrealista ochenta y dos años después. Una ciudadanía cansada y harta de ser la pelota que recibe las patadas de los dos equipos que se disputan otra vez "la victoria" sale a la calle y se despacha con un 4% de monárquicos y casi un 96% de republicanos hasta el pirri, de soportar manarquía por narices borbónico-franquistas.

Esta vez la conciencia está mucho más despierta y el analfabetismo y la miseria tercermundista de aquella España años 30 no existen, es cierto, pero sigue activo el poso oscuro que se dedica a hablar y publicar a toda página lo que pasa en Venezuela, en Méjico o en Colombia mientras silencia y evita hablar de las manifestaciones cívicas que hoy mismo han reivindicado la necesidad de que España se libere de la monarquía y se convierta en república. No porque le apetezca caprichosamente cambiarse look, sino porque necesita con urgencia terminar con el virus de la inercia, de la opresión corrupta y de la manipulación ancestral que venimos soportando con la misma dictadura repartida en distintos formatos. Los españoles quieren elegir un Jefe de Estado que represente a todos y no sólo a los intereses de su familia. Y quiere tener el derecho a quitarlo si no cumple con sus obligaciones y de sustituirlo por otro más responsable y con una vida profesional que le permita no depender de un cargo vitalicio a costa de los ciudadanos y ser una excepción vergonzosa ante la Ley. Los españoles quieren un Jefe de Estado que sea uno más ante la Justicia, que no se escaquee ni se monte un bunker en su cargo para que no le imputen y que cuando un miembro de su familia se haya visto envuelto en un sucio asunto, no sólo no presione para que no sea imputado/a, sino que por decencia responsable, dimita, al menos hasta que la Justicia decida lo que hay y lo que no. La mujer del César además de ser honesta debe parecerlo también. Y está clarísimo que una monarquía como la que soportamos no está a la altura ni de las necesidades institucionales de los españoles ni  a la altura ética de una jefatura de Estado. 

Nadie ha minado ni mina el prestigio de la casa real, son el mismo monarca y su familia quienes han reconvertido a los españoles en republicanos. Como la torpeza y mediocridad del partido popular han convertido el Gobierno en la cueva de Alí Babá y los miles de ladrones que le han crecido como setas al calor de los sobres y su estiércol "fertilizante". Como la inoperancia del socialismo opositor le ha dejado al margen de la ciudadanía. 

Les guste o no a los editores de la componenda, está llegando el momento en que silenciar la verdad en favor del chanchullo acaba por destapar lo que se quiere mantener en la trastienda. Lo mismo que no se puede disimular el pestazo de una cloaca por muchas flores que les coloquen al lado. Y El País digital se está jugando la caída libre de la confianza ciudadana. Ni el mejor periódico del mundo tiene el poder de ocultar con sus cortinas de atrezzo lo que hay y lo que no hay ni puede haber.  Es ridículo ningunear las noticias sobre una realidad que está en la calle, en las encuestas y saltando por las redes sociales. Sólo es cuestión de tiempo. Como la llegada de las estaciones. Como el nacimento de un niño. Imparable.
A su hora y en su momento España demostrará que desde hace más de un siglo ya era republicana por saturación e injusticia manifiesta aunque lo ocultase por miedo e ignorancia, que los medios de comunicación al servicio del poder corrupto y del mismo miedo que los partidos a perder el sobre "benefactor", fomentaban por puro interés. De eso ya hablará la Historia con ayuda de Wikileaks y de diarios como "Público", que por lo menos se esfuerzan en que la realidad se conozca por encima de la apariencia.

TERCERA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA YA!


Bandera de la Segunda República Española

No hay comentarios: