sábado, 27 de abril de 2013

Esto ya no tiene nombre. Es incalificable.


La presidenta del ‘banco malo’ gana 33.000 euros en su primer mes

Los 15 miembros del Consejo de Administración de la Sareb ganaron en total 142.917 euros en diciembre de 2012.

El exdirigente de IU, junto a Jorge Verstrynge, afirma que hay que llegar a un "plante generalizado" del sur de Europa para hacer frente a la "banca alemana.

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Vayamos por partes y con calma. La deuda pública soberana no se paga a Alemania, ni a ningún otro país, señor Anguita. Se paga al FMI y al Banco Mundial. Europa entera paga esa maldita deuda que nadie sabe de donde sale, pero que con los puñeteros rescates, sí se ha convertido ya en realidad; teníamos la mínima deuda pública y ahora hay una deuda multimillonaria acumulada desde que el pp entró en la timba y nos soltaron una millonada para rescatar a la " la banca amiga", del Gobierno, y pagar porque nos sigan arruinando. Y eso sí se le debe al BCE, que prestó el dinero para pagar esa deuda y se empleó en "salvar" la corruptela bancaria. O sea, se le debe a todos, como lo debe Grecia, Portugal e Irlanda, que tienen la misma maldición gitana y el mal de ojo endémico de la deformación corrupta, del chanchullo como el aire que se respira, inoculado en vena.  
¿Cómo se puede justificar que la presidenta del "banco malo" se lleve al mes más de cinco millones de las antiguas pesetas, o sea, 33.000 euracos, estando ahí para arreglar el despilfarro?...se supone, claro...y que todo su equipo haya ganado, además, la friolera de 142.917 euros. Súmele a esto las evasiones pperas, urdanganeras, el pastón que nos cuesta mantener a su malestad y satélites familiares, las indecencias de las autonomías desmadradas, de las obras faraónicas que se han quedado a medias como la ciudad fantasma  de Soria que he comentado en un post anterior, o que están deshabitadas e improductivas. Siga sumando los sueldos millonarios de un montón de diputados tipo Rosa Díez y Tony Cantó, con doce mil euros del ala por mes, cada uno, más los senadores y asesores, delegados del gobierno en las autonomías, un papelón que puede hacer el teléfono perfectamente, ahorrándose bochornos como los de al señora Llanos de Luna lunera, más los coches y escoltas de los catorce gobiernos que nos marean sin gobernar, más lo que nos cuestan partidos, sindicatos e iglesia, y verá que lo que sale en el resultado. No hace falta nada más que recortar donde toca y no en la fuente de toda riqueza y vida posible, que es el trabajo. Esta bestialidad no se le ocurre ni al que asó la manteca, pero sí se la perpetran los gobernantes de común acuerdo y nos la hacen tragar a todos. 
¿Sabe lo que ocurriría si nos negásemos a pagar la deuda pública? Pues que ellos la pagarían igual quitándonos absolutamente todo, hipotecando pensiones, como ya ha hecho Rajoy a la chita callando, cerrando escuelas, hospitales, mandando funcionarios a la calle, eliminando todo lo que no les afecta. Lo del plante general y negarnos en bloque a pagar y a cobrar impuestos, es lo único que nos puede librar de la peor plaga, que no es esa deuda, sino ellos. Obligarles a dimitir por parón absoluto de todo. Deben caer cuanto antes, es cierto. Y que una selección de ciudadanos expertos en economía decente, y un buen plantel de plataformas con Inicialivas Legislativas Populares, convocadas urgentemente, como haríamos ante una emergencia de catástrofe, aportase todas las posibles soluciones necesarias. Un vuelco total en el sistema que nos hunde. Y estoy segura que eso va a llegar antes de lo que parece. 
Nuestro peligro no es Alemania. No es a Alemania a la que ha que hay que pagarle nada. Ellos también pagan su deuda, pero se quejan de que durante años, con unos impuestos brutales han estado pagando para mantener los fondos de cohesión, que se nos dieron para mejorar la infraestructuras precarias, pero aquí se malgastó; la agricultura no ha mejorado, la sanidad  ha empeorado, la enseñanza se ha dejado en el chasis, el empleo se ha ido al cuerno; esos fondos que los gobiernos corruptos responsables del desastre, se han pulido en comisiones, sobres, evasiones, correas y emarsas, calatravas, parques temáticos ruinosos, aeropuertos sin aviones, copas irrisorias de un américa inexistente y circuito urbano del fórmula uno, todo con dineros públicos, que ha dejado un rastro de miseria y escombros en Valencia, por ejemplo. Los alemanes, los holandeses, los franceses, los finlandeses, los belgas, los suecos, los austríacos, los polacos y los húngaros, se preguntan por qué tienen que pagar ahora nuestros rescates desastrosos, con sus impuestos, que van también al Banco Central Europeo. Y tienen toda la razón del mundo. 
No envenemos la opinión pública contra los vecinos europeos, cuando el mal está en la propia casa. Es lo mismo que cuando vecinos de un edificio no pagan sus recibos de la comunidad y les toca a los demás cargar con el marrón comunitario y encima prestarles dinero para que se arreglen las goteras, los desagües o la luz y el gas, mientras los morosos se pasan el día de compras, de copas, de viajes y derrochando. Lo malo es que en el caso de un país los que sufren el palo son los que no han hecho el mal. Por eso, el plante general es la única solución.
Que se vayan cuanto antes, es lo más urgente para empezar de nuevo. Los partidos tienen que cambiar totalmente. Lo mismo que la ley electoral. La jefatura del estado y la separación de poderes clarísima. Revisión del sistema jurídico; es imposible que paguen por los delitos cometidos ni devuelvan lo que roban, si las sentencias tardan diez años en pronunciarse y los delitos prescriben a los cinco. 
Y desde luego una nueva constitución con debate y aportaciones ciudadanas. Lo mismo que se nos obliga, cuando nos toca, a participar en las mesas electorales, tendríamos que estar obligados, al menos una vez en nuestra vida, a formar parte de las asambleas cívicas, a participar activamente en los plenos municipales y formar parte de delegaciones en el Parlamento. Sin cobrar nada más que la dieta del día en que se participa. Estar informados y en  un proceso de formación humana y ética y cívica, permanente. 
Cuando logremos algo así, ninguna crisis por muy gorda que sea, podrá con nosotros, porque habremos desarrollado las herramientas y recursos suficientes para afrontar con inteligencia responsable y honesta, cualquier vicisitud. Y tendremos los representantes que merecemos, sin que ningún inútil, cantamañanas, corrupto, inhumano o cretino nos venda la cabra como ahora, y encima le paguemos un sueldazo. Como ahora.
Entonces tendremos también la confianza y el respeto de la vecindad. 


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