sábado, 20 de abril de 2013

Cospedal, of course, o un master de clarividencia. Miedo me dan.


Cospedal afirma "no hemos llegado tarde a China, porque nos queda mucho por hacer".


El discurso de Doña Lola, la pitonisa, es la leche. Condensada. Esta vez le ha tocado la china a la China mismamente.
Una vez arruinada Castilla la Mancha y consumido el resto del territorio español por las inteligencias inconmensurables de lo que dice que nos gobierna, la hueste depredadora se lanza a la conquista de sus conquistadores. Los chinos; y su expansión de plaga migratoria que ha dejado la economía de la pequeña y mediana industria y su comercio autóctonos absolutamente erradicados y casi missing.  Bendecidos y aplaudidos por la "élite" gobernante y su ojo previsor. Con una estrategia de desarrollo idéntica a la de una invasión de langostas y saltamontes, cuando se cepillan un sembrado y se lanzan a buscar otro. Las personas no importan. Su supervivencia tampoco, mucho menos sus derechos y necesidades básicas. Lo único que importa es acumular dinero y eso ya en España no es posible. Hay que buscar salvaje y desesperadamente, nuevos espacios que faciliten la depredación y aseguren el holding del sobre-cogido. Y China es el chollo del siglo XXI. Hasta que aguante la cosa, al menos. 
Es decir, como "nos queda mucho por hacer", o sea, por arruinar y esquilmar, y España ya está en el chasis, nuestras magníficas mentes comerciales con todo su potencial tienen que  hacerse las Chinas, como en el pasado vergonzante de nuestro "imperio glorioso"e igualmente depredador, se iban a hacer las Américas, ya que la pobre España estaba como ahora: retrasada, inculta, deprimida económicamente por las guerras internas y enfrentamientos de las "élites", comida a impuestos y recortes infinitos y hecha trizas como si las mesnadas del mismísimo Rajoy la estuviesen "protegiendo" de los moracos -o morancos- de los escraches, a base de mandobles y golpes de maza. Nada ha cambiado. Qué triste. Bueno, sí, algo ha cambiado, ahora el esquilme es a base de "ciencia", "marca Ehpaña" y "tesnología". Pero el analfabetismo moral y cívico es el mismo entre "la casta" del esquilme. 

Hay que hacerse las Chinas, pero ya mismito, o sea, hay que escapar a otros paraísos del enjuague y la permisividad, antes de que cualquier día una troika con lupa descubra lo que hay y lo que ha dejado de haber; paraísos que no tengan jueces rebeldes ni cotillas hurgando en todo y sacando a la luz la lencería íntima del partido, con un emperre pesadísimo en que se haga justicia. Qué cosas más excéntricas, porfa! Con lo normal que es contratar un tesorero molón, que es y no es, o sea, que se despide sin estar contratado ni se contrata estando despedido.
Escapar a donde nadie preguntará cuántos sobres has afanado y quién te ha dado la pasta gansa que tienes en Suiza o en Ulan Bator. De dónde ha salido la privatización capiosa que te está llenando las alforjas. O el Jaguar o el confeti o los trajes y los bolsos o dónde se te han olvidado los fondos para las ONGs que nunca llegaron a su destino. 
Huir a donde no haya ILPs ni idea de que eso pueda existir, ni ciudadanos que todavía protestan y exigen. Igual que pirarse a la Américas, a donde se llegaba no tanto por afán de gloria como por escapar también del hambre, de la miseria, del caciquismo o de la condena a galeras por delitos diversos. ¿La ruina, la cárcel o las Américas? ¿La transparencia, la responsabilidad, la imputación y que salga a luz la fosa séptica? ¿o China  o también  Qatar que no está tan lejos? Escapar. Escapar como sea. A lo Roldán. A lo Alfonso XIII. A lo Felipe González ex alias camarada Isidoro -quien te ha visto y quien te ve-, a lo Aznar. A lo Zapatero. A lo Rajoy, -quien os escuchó y quien os escucha, bonicos-. 
Está claro que el "escaping" es el deporte más practicado por los vivales que se arriman al ascua del poder, para poner al rojo vivo su capacidad de devastar mientras medran. En todas partes cuecen habas, Doña Lola Cohpe, la clarividente, ya se lo maliciaba usted desde hace unas cuantas investigaciones y cuentas barcenoides en ese amarillo-shangay premonitorio escritas a mano para que no haya dudas sobre el autor.

¿Para qué invertir en España si ya no queda nada que hacer ni nadie que pueda comprar nuestras maravillas invisibles de cuento...chino? ¿Dónde podríamos invertir nuestros beneficios con urgencia, ahora que lo de Suiza está en tenguerenge y el saqueo al descubierto? ¿Invertirlo en levantar la economía española con salarios justos y desarrollo sostenible, si se puede exportar la maravilla del pelotazo y venderle a Fumanchú naranjas de Valencia y un parque temático fallero y otro de sanfermines, mientras España se ahoga asfixiada por los almacenes chinos todo a un "eulo" que han crecido como setas y rollitos de "plimavela"? Ya la hemos pifiado en España. Ahora nos toca La China. Aunque bien mirado, con nosotros allí, la china les ha tocado a ellos. En un par de añitos  manos libres, les  dejamos a ras de esquilme sin retonno. 
Ay, ay, ay, ay...que trabajo nos manda el señor, escaparse y volverse a escapar todo el día mangando a piñón...La esquilmadora con su pandilla...(puede  cantarse con la música del coro de las espigadoras de La rosa del azafrán. Una zarzuela ambientada en la Mancha y cada vez más actual, gracias a doña capio, digo a Doña Cohpe)



"...por los carriles de los rastrojos soy la hormiguita de los despojos..." (quejío español.n.d.r))

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