Punto de destello
El anuncio de pseudo querella que ha lanzado a los cuatro vientos Casado por una, dice, usurpación de funciones de Torra al seguir ejerciendo como president. Una aberración en toda regla lo que plantea que ni en los másters de harvaravaca se sostiene
No es el único movimiento para buscar ese punto de inflamabilidad del gobierno. La propia decisión del Tribunal Constitucional de deducir testimonio por si Torrent hubiera cometido un delito de desobediencia, busca sobre todo poner en un brete a la Fiscalía, una vez que Dolores Delgado haya asumido ya su cargo
Nos previenen hace tiempo
los expertos de que estamos en tiempos líquidos, de una gran
volatilidad política. Vengo a alertarles yo de que, más allá de esa
premisa genérica, en este momento concreto nos encontramos muy cerca del
punto de destello. Es preciso que todos los actores políticos sean
conscientes de que ahora los chicos de la tea no son los de la gasolina
de Arzalluz sino, metafóricamente, los que pretenden hacer explotar
otras cosas utilizando otros recursos. El punto de destello, o punto de
inflamabilidad, es en resumen aquel conjunto de condiciones de presión,
temperatura, mezcla de gases en los que un líquido produce suficientes
vapores como para que, al aplicarles una fuente de calor, se inflamen y
ardan.
No hace falta que les diga que la presión y la
temperatura están de por sí muy elevadas y que hay toda una pléyade de
intereses en excitar los vapores para que, con una llama cualquiera,
este gobierno progresista salte por los aires. Y tampoco les sorprendo
si les digo que la cuestión catalana no sólo incrementa los vapores sino
que es un punto muy obvio para intentar que salte la chispa adecuada.
En eso andan los chicos de la tea, solos y en compañía de otros. Tienen,
según parece, ayuda de tipos muy puñeteros a los que imagino en pleno
recogimiento intentado buscar o recordar si tienen a mano cualquier
asunto, asuntillo o asuntazo que detonado en el momento oportuno pueda
servir al efecto. Lo estamos viendo en los últimos días, con esas
oportunas peticiones del TC de deducción de testimonio a la Fiscalía
sobre Torrent, o la de la JEC y la Sala III para retirar su acta de
diputado autonómico a Torra, que se producen, casualmente, siempre
casualmente, en los días previos al encuentro fijado por Sánchez con el
president de la Generalitat.
A veces los de la antorcha son de un burdo que espanta.
Tenemos delante el anuncio de pseudo querella que ha lanzado a los
cuatro vientos Casado por una, dice, usurpación de funciones de Torra al
seguir ejerciendo como Molt Honorable President. Una aberración en toda
regla lo que plantea que ni en los másters de harvaravaca
se sostiene. La usurpación es un tipo penal incluido en el capítulo de
las falsedades y está pensada para aquellos que se hacen pasar por
autoridad o funcionario con el objeto de engañar a alguien. Por eso, el
elemento objetivo del tipo es el de suplantar o falsear la apariencia de
una autoridad, pero el tipo subjetivo exige que haya capacidad bastante
para engañar a una persona o colectivo. Resumiendo, este tipo penal no
esta para nada relacionado con la cuestión de Torra. Incluso admitamos
que algunos puedan tener dudas sobre su situación -yo no, porque creo en
la presunción de inocencia hasta la sentencia firme y en su derecho a
la doble instancia- aun así no estaríamos nunca ante este tipo penal.
Esta salida de pata de banco de Casado lo que sí tiene es la virtualidad
de mostrarnos qué es lo que se ha estado haciendo en muchos casos en
relación con el independentismo catalán, que no es sino usar tipos
penales completamente inadecuados, hacerlos calzar a martillazos,
intentando conseguir los efectos deseados. En puridad esta debería ser
una cerilla menor, porque no debería haber magistrado decente dispuesto a
aceptar semejante querella a trámite pero ya hemos visto demasiadas
cosas...
No obstante, este oportuno anuncio no tiene
más interés por parte del PP que subir temperatura y presión antes de la
reunión de Sánchez con Torra. En todos los demás casos, incluso
demencialmente admitida, los tiempos procesales se la llevarían al limbo
de un Torra ya con sentencia firme.
Pero no es el
único movimiento para buscar ese punto de inflamabilidad del gobierno.
La propia decisión del Tribunal Constitucional de deducir testimonio por
si Torrent hubiera cometido un delito de desobediencia, busca sobre
todo poner en un brete a la Fiscalía, una vez que Dolores Delgado haya
asumido ya su cargo. Es muy posible que llegue también tarde tras el
anuncio de Torra de que convocará elecciones una vez aprobados los
Presupuestos catalanes.
El tiempo, ese sí que es un
elemento que no cuenta en el punto de inflamabilidad de gases y líquidos
pero sí lo hace en el de la política. La gran pregunta es si la Sala
Segunda del Tribunal Supremo tendría ahora en sus manos el detonador
para fijar la fecha de las elecciones catalanas aunque, por los plazos,
todo parece indicar que no. El Parlament precisa llegar hasta mediados
de abril para cumplimentar los trámites parlamentarios de los
presupuestos y no parece que exista posibilidad de que se dicte
sentencia antes de ese plazo. De momento, el recurso de casación está
anunciado pero aún no se ha sustanciado y permanece en plazo para
hacerlo. Después existe un periodo de tramitación y en cada uno de los
trámites preceptivos hay un plazo de 10 días hábiles -entre 15 y 20
naturales- para cumplirlo. No hay que decir que agotar esos plazos está
en manos de Torra también. Por último, se trata de una causa sin preso
que, por tanto, no tiene ninguna prioridad de tramitación. No, no es
factible que antes de mediados de abril la Sala Segunda tenga una
sentencia sobre Torra.
Más madera. Es seguro que va a
aparecer, existente o inventada. Ahí tenemos, por ejemplo, el caso de la
fianza pedida en el procedimiento administrativo del Tribunal de
Cuentas, que también ha fijado una cifra de dinero público utilizado,
que no casa ni con la de la Fiscalía ni con la del Tribunal Supremo, y
que pretende añadirse a los elementos ambiente para lograr la implosión
de Sánchez y del temido gobierno socialcomunista del demonio.
También
en el independentismo las cosas están calientes. La aprobación de los
Presupuestos como último acto de unidad, antes de lanzarse al cuello
unos de otros, debe leerse también en términos electorales. Junts per
Cat tiene dentro un verdadero pandemónium y necesita tiempo para
organizar la ida a las urnas y ERC teme que su abstención le haya comido
algunos votos, por un lado, y también quiere ofrecer ese triunfo de
gestión del conseller Aragonès, que será su candidato. Así que ellos
irán hasta abril y la idea es que haya elecciones justo tras el verano.
Este
es el mapa de ruta, pero queda claro que la tea sigue encendida y que
la chispa se busca debate a debate, titular a titular y tribunal a
tribunal. Sólo cabe esperar que los que operan en la ecuación como
líquido para inflamar sean muy conscientes de su condición de
combustibles y procuren enfriar y refrescar todo lo posible la
situación. Eso pasa, no hay que decirlo, por no dar pasos en falso y, en
caso de que se produzcan, ¡por Tutatis! tener una explicación clara,
única, verdadera y sin marcha atrás para cuando se conozca. Porque no
hay nada que no vaya a conocerse. No sólo están los chicos de la tea
sino los de las linternas, incluidos los que no reparan tampoco en
falsear los focos si es preciso.
Que sólo haya un
punto de destello y sea el de la racionalidad. Soy de mucho pedir porque
este país, qué quieren, es de poco dar.
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