viernes, 17 de enero de 2020

Por fin parece que la medicina hipocrática se impone en la ciencia médica. Los antiguos griegos en sus templos-hospital, lo primero que curaban era el alma, la emocionalidad y la mente en su dos versiones: consciente e inconsciente. Una vez curada la raíz desde su base, el árbol se autosanaba por completo, con el riego, el abono y la poda adecuados...Mil gracias, doctores y maestros compañeros del camino humano y por eso mismo, universal. Con un clik en el enlace se puede leer el espléndido post del Dr. Gualberto Díaz sobre el odio como la enfermedad infecciosa más cruel , estúpiday mortal de todas: la base de todo lo peor. Leedlo y meditadlo despacio, que no tiene desperdicio, especialmente entre nosotros, españoles política y socialmente a la greña, desde que tenemos recuerdo e historia, con amnesia incorporada según el bando en que se nace, y sobre todo, se pace. Gracias, de todo corazón, al Doctor Fernández Quiroga por esta invitación a la asamblea del sentido común en la conciencia colectiva



Si el Odio fuera una enfermedad contagiosa, ¿qué podría hacer la Medicina?


“Lector, no desperdicies la vida en odiar y tener miedo”
(Stendhal) 

¿El odio como una enfermedad? Sí, como una enfermedad infecciosa, además, con sus síntomas, sus factores de riesgo, su prevalencia, su prevención y todas esas cosas…
¿Qué os parece?
¿Qué os parece que esa emoción, tan frecuente hoy día, la considerásemos desde ese punto de vista?
Y más en nuestra en práctica, con todos esos “odiadores” quasi profesionales que desconocíamos que existiesen y que, sin quererlo, nos han ayudado a muchos a conocer un poco mejor la naturaleza humana.
Pues eso, el odio como una enfermedad infecciosa, es lo que explica nuestro amigo el Dr. Gualberto Díaz en este bonito post cuya lectura recomendamos encarecidamente.

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