Poseer es sinónimo y complemento de poder, un legado muy peligroso, un patrimonio del desguace humano que siempre acompañará a la infelicidad, a la insatisfacción y a la ceguera en el conocimiento, que se deriva de no tener conciencia desarrollada, y que con otras dos "pes", -las iniciales de placer y pánico-, completa el trío de taras y pulsiones que más glamour tienen y más desgracias generan en nuestra automachacada especie.
Lo está demostrando en estos días el berrido reivindicativo del ala parlamentaria conservadora y de una parte aún demasiado numerosa del Poder Judicial, a base de anacronismos y barbaridades, incapaz de mirarse por dentro con ética y sana autocrítica que les permita abandonar el pelo de la dehesa, ¿será que por dentro no tienen nada, sino un vacío almacén de ecos pretéritos ya imposibles de exhumar, porque, sencillamente se han deshecho y carecen de vigencia práctica aunque estén clavados a la pared legal de lo imposible e insostenible?
Poseer dinero, poseer estatus, nivelazo fardón, influencias, poseer parejas, poseer a un dios y una corte celestial que se compra y se vende al mejor y más hipócrita postor, poseer gobiernos que doblen la bisagra y si no la doblan, poseer cuarteles y bancos que dobleguen y liquiden al "enemigo", es decir, poseer el capital del mundo para comprar y manipular el pensamiento y las emociones, y ya, en el colmo de misma patología, poseer a los hijos, como objetos coleccionables, para siguiendo el paradigma de la quiebra absoluta y sin remedio de la humanidad, que sigan la ruta del sedal, del anzuelo y del tiro al blanco.
Para triunfar en esa gesta heroica, se mentirá, se calumniará, se robará a manos llenas, se dará vuelta a la aplicación de las leyes, hasta hacerlas compatibles con todo lo que beneficie al negocio de castas, también se dará la vuelta a la realidad en un perpetuo reino de El Gran Hermano y de Un mundo feliz, cosidos con vainica ciega al Lazarillo de Tormes, al Buscón con el Domine Cabra, las trotaconventos, Guzmán de Alfarache, y el imprescindible Monipodio con sus dos especialidades más puestas: Rinconete y Cortadillo. Vamos, que por falta de recursos no será. Menudo overbooking nos tienen preparado, aquí, los herederos del lumpen histórico. La paleografía de las mafias, que ya se ha superado a sí misma, después de tantos siglos practicando, y se ha hecho con casi la mitad del hemiciclo, a base de vender la cabra de la legión y dar ejercicios antiespirituales a base del gato por liebre, o negocio inmatriculador, especulación inmobiliaria, y áticos/casoplón, por pobreza evangélica.
Para mantener ese nivelazo es necesario que nada cambie en esencia, aunque haya que hacer el paripé de alguna innovación al estilo lampedusiano de casa Salina, eso sí, siempre a favor del rajoyano mantra derechil que dirige sus destinos: cuanto peor para vosotros, mejor para nosotros y viceversa. La única ley, junto a la del embudo, bajo el lema de "por el imperio hacia Dios, arriba España" , que tiene verdadero poderío en el establo/corralón de siemppre, enamorado de la tortura como fiesta nacional y al grito de "¡la calle es mía!", el admirable lema civilizador del inventor del pp: Fraga Iribarne. Ministro franquista y luego demócrata de toda la vida, faltaría más. Esa historia sublime y sus secuelas sociales necesitan unas bases de 'moral' ad hoc, o sea, de fariseismo absolutely, y para eso lo mejor es tener un estado híbrido: aconfesional teórico en la teoría de la Consti pero católico apostólico romano en la práctica, a ver qué va a ser esto, ppordióshlappatriayelrey. Y así llevamos cuarenta añitos de guiñol la mar de majo, oye.
Lo malo del caso es que la evolución humana va por libre. Ya adviritió Darwin que esa gracieta de la misma vida no hay quien la pare. Y eso sí que es un problema gordo, muy mucho gordo. Y un buen día los homosexuales de ambos géneros de hartan de ser maltratados como "mariquitas y maricones", e ignorados, humilladas, postergados y ridiculizadas como "marimachos", se abre la caja de los truenos cuando el Psoe se salta las vallas del paripé y Zapatero legisla nada menos que una Ley de Igualdad, emparejada con la de Memoria Histórica, que tiran de la manta y empiezan a salir espectros, fantasmas, cunetas, crímenes sin nombre, pero con huesos y cenizas a tutiplén, derechos pisoteados durante cuarenta años y toda la basura sin reciclar, podrida. Totalmente.
La cosa no se quedó ahí y llegó a contagiar al pp; tuvo que tragarse un bodorrio gay por todo lo alto de uno de sus prebostes más pimpantes, en cuya celebración bailó como una peonza el mismísimo presidente del gobierno, con una empatía maravillosa. Y como dicen en La Mancha, allá por el Valle de Alcudia, disfrutando más que un guarro en un charco (en aquellas tierras al cerdo, al animal irracional, no al humano que no se lava, se le llama guarro en vez de cerdo)
Por primera vez la homofobia derechil y su paripé mostraba su lado más débil y vulnerable: ellos también estaban igual que los no derechistas. Es más la iglesia católica, su mater et magistra, se descubrió públicamente como un semillero y campo de cultivo de la homosexualidad silenciosa, que además, para más inri, tan mal asumida y gestionada, era un criadero de pederastas cuyas dimensiones aun no se han llegado a determinar: cardenales, arzobispos, arciprestes, curas, frailes, monjas...Sí. Y todo ello fraguado en el campo de la educación . El mismo campo que ahora, a la vejez viruelas, quieren aislar de la homofilia peligrosísima, a "sus" hijos e hijas. No es que les importe que la cosa sea legal o no, ni que haya razones lógicas y jurídicas que no faciliten el derecho de pernada paternofilial, lo único importante para ellos es que la homosexualidad, la transexualidad no abandonen su lugar en la estantería del tabú, sólo quieren que no se vean, que no se sepa nada de ellas, como reza un título surrealista de Jardiel Poncela: "Por Dios, que no se entere nadie". Pero claro, en estos tiempos en los que nada se puede ocultar, porque internet y las redes son el escaparate inevitable, eso ya es imposible, afortunadamente. Se ha normalizado compartir la intimidad, todos pueden acceder a toda noticia, a todo suceso, los colectivos invisibles ya no lo son. El colectivo plural de los géneros, tampoco lo es.
Los niños y niñas, se hacen mayores, adolescentes, y deben afrontar y asumir sus procesos naturales en la sexualidad, que antes eran solo cosa del confesionario y de todo lo que se llegaba a derivar de él. La sexualidad por sí misma, ya era pecado, todo lo que la rodeaba eran "actos impuros". Todos y todas nos preguntábamos en qué estaría pensando Dios, al crearnos por medio de procesos tan asquerosos que luego eran pecado mortal para sus lugartenientes. Y no veas, cuando éstos se dedicaban a meter mano, precisamente a los niños y niñas, antes y después de la pubertad y se comentaba sottovoce, que el padre fulanito era un sobón que se salía de madre en cuanto podía, que el confesor era un morboso repugnante y que por eso no se confesaban ya y comulgaban directamente, hablando con Dios sin intérpretes más salidos que el pico de una plancha. Y que daban un repelús total.
Todas las taras represivas y sus consecuencias derivadas en acosos, vejaciones, manadas violadoras en serie, malos tratos y crímenes de género que se han desarrollado en nuestra sociedad, tienen su origen precisamente en ese pasado vergonzante, hipócrita y obsceno, desinformado e ignorante, y no por su sexualidad depravada sino por su doble cara y su mentira permanente. Por predicar virtud y practicar lo opuesto a lo predicado. La sociedad española no puede seguir siendo cómplice de la misma mentira que le está impidiendo conocerse a sí misma y ser libre para elegir cómo regenerarse y alcanzar niveles de desarrollo en todos los aspectos y uno de ellos, es asumir sana y limpiamente la propia sexualidad, para eso tienen que evitarse conductas y palabras racistas, machistas y vomitivas, pues con ellas se evita ser claros, en el fondo son comportamientos amorales, mucho más huecos y falsos que virtuosos; a veces en el Club de la Comedia, he escuchado en el tema de la sexualidad verdaderas basuras, relatadas y aplaudidas por esos que seguramente no se han podido educar sanamente por ser ante todo, propiedad de "sus" padres y de "su" religión escolarizada, allí se queda el rebuzno soez aplaudido y celebrado, en vez de abandonar la sala y dejar al mastuerzo de turno con la palabra en la boca y a la salida, pedir y firmar una hoja de reclamaciones que deje testimonio de que el público ya no ríe campechanamente las gracias a la crueldad.
Este estado de calamidad puede cambiar si se cambia la educación, si el estado y los gobiernos se responsabilizan de su laicidad y dejan de jugar a un eterno baile de máscaras que no solo no ayuda a nadie, sino que además mantiene la falsedad y la incoherencia como "normalidad" en su propia definición. ¿Un estado laico y aconfesional, consiente en que la enseñanza pública y concertada lave el cerebro con mentiras y cuentos a los ciudadanos desde la escuela primaria e interfiera en la conciencias inoculando dogmas religiosos determinados, cuando la religión es un camino personal entre el ser humano y la energía del espíritu que le hace posible? La religión es terreno de iglesias y comunidades no estatales. Debe enseñarse en la familia y en los centros religiosos de cada creencia. Pues todas son caminos legítimos y válidos si hacen a los seres humanos mejores personas, más felices e inteligentes. Esa dinámica no debe someterse a la política por dogmas religiosos, sino cooperar al bien común de la sociedad, sin bandos, ni interferencias, y no como sucede en España con la Iglesia Católica.
Si el catolicismo siguiera el evangelio de verdad y no solo en las fiestas y procesiones, tendría muy claro que lo justo es "dar a dios lo que es de Dios y al César lo que es del César". La educación pública y concertada es del estado. Las religiones son de sus practicantes. La humanidad es materia y forma, cuerpo, mente, emociones y conciencia, y eso es territorio fenomenológico del espíritu, como afirma Hegel, o sea, de la libertad e inteligencia humana responsable y consciente.
Nadie es dueño de nadie. Los hijos no son propiedad de los padres, sino sus compañeros de camino más próximos, sobre cuya educación, salud y libertad, tienen toda la responsabilidad, no para impedirles saber la verdad acerca del sexo y de la realidad de su naturaleza que como seres humanos debemos conocer. Nada mejor que la colaboración entre escuela y familia para esa tarea. Hay que dejar muy claro a los partidos políticos la esencia responsable y directa de la educación y recordar al pp, que si en la boda de Maroto estuvieron encantados, también deberían estarlo en un estado que quiere y debe educar para que esos derechos de Maroto sean también de todos los españoles en sus mismas condiciones. Sin que nadie los lapide simplemente por no ser diputados del pp y ser gays. Eso no es una blasfemia ni una herejía, es sencillamente un derecho y se llama igualdad. Comprenderlo y respetarlo se llama justicia y fraternidad. Aplicarlo en el gobierno de los pueblos se llama ética política y civilización.
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